Capítulo 26

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Editado: 14/ 07/ 2021

[Shikadai]

Claro que la extraño, y puedo imaginarme como pudo pasar todo el tiempo en el que no sabíamos nada del otro, creo que pude haberlo sufrir igual, fueron meses tratando de escapar... y luego el recibir las llamadas de mi padre que buscaba saber como estaban mis estudios, luego vinieron los momentos en que tome el bate y golpee pelotas hasta que mis brazos dejaron de sentirse... noches llorando por su recuerdo...

Claro que no quería dejarla, ¿Por qué dejaría a la chica que me hizo volver a la realidad? De verdad quería ir tras ella a pesar de todo, volver a su lado, pero me era imposible teniendo a dos idiotas que me vigilaban hasta afuera del baño... ella logro revivirme nuevamente cuando su carta llego a mis manos, pude notar como había llorado en el proceso de escribirla pues había manchas de lágrimas encima del papel. Yo abracé con fuerza esa carta cada noche, y las llamadas que le hago... aunque sean cortas, las disfruto como si nunca nos hubiéramos dejado de hablar.

Yo la amo, la amo de verdad y por ella acabaré este tema cuánto antes para volver y pedir su mano, tengo que confiar en que Shinki no le dirá nada del lugar en el cuál me encuentro, pero dios... estar encerrado en este auto mirando por las mismas ventanas cada día es tan... aburrido, yo también quisiera tenerla a mi lado, de verdad la extraño demasiado, sus besos... sus abrazos, su aroma, sus ojos...

—Al campo de beisbol.

—Ahora vamos.

— ¿Tienen mi bate y las pelotas en el auto?

—Si.

Me quito los malos vicios y me salvo del vacío, además me ayudo a volver al mundo viéndolo de mejor modo, ella es como un sol para mí, lo mejor que me ha pasado, simplemente es imposible pensar en dejarla, no importa qué Himawari, iré por ti sin importar quién se oponga a eso... si es necesario te robaré, pero necesito tenerte porque eres lo único que necesito para no perderme de nuevo.

—Ha llegado un mensaje... —revisa el móvil —debe reunirse con otra persona en el Star Two.

—Vayamos entonces —respondo con calma.

Voy a volver a tu lado Hima, volveré por ti, yo voy a volver y tomaré tu mano para caminar de nuevo por aquella plata, veré tu hermosa sonrisa dirigiéndose a mí.

—Llamada de su padre —entrega el móvil.

—Hola...

— ¿Qué tal va todo por allá? Himawari de verdad te extraña.

—Créeme que lo sé padre, yo también la extraño demasiado...

—Perdón por haberte enviado allá, pero lo necesitabas Shikadai, tenías que ponerte en línea.

—Ella me puso en línea...

—También a mí, —ríe levemente —pronto... iré a ver a tu madre, ¿Quieres que deje algo de tu parte?

—Ve con Hima, ella quería ir a platicar con mi madre por mí, padre... sobre lo que sucedió esa vez...

—Sé que hiciste lo posible aquella vez, sobre todo... hiciste más que yo, así que... sinceramente estoy orgulloso de ti por haberla protegido y vengado, y lamento mucho haberte lastimado durante todo este tiempo... yo no merezco ser llamado padre....

—Tú la hiciste feliz durante mucho tiempo, eras la razón de su sonrisa... no importa qué, eres mi padre. —suspiro —cuando vuelva padre... pienso casarme con Hima, así que... por favor apóyame en eso.

—Claro que lo haré Shikadai, ahora me tengo que ir... suerte con todo allá.

—Si, adiós padre.

Al terminar la llamada nos veo llegar al siguiente hotel en el cuál se llevará a cabo la siguiente reunión, el gorila a mi lado baja del auto y mantiene la puerta abierta en la espera de mi salida, con todos afuera inicia la escolta hasta el lugar de la reunión. Al entrar puedo ver al hombre sentado en un amplio sofá mientras una chica permanece a su lado tomando tranquilamente su bebida; me detengo frente a ellos y elevo mi mano hacia ellos iniciando un saludo y presentación para después tomar asiento en un sofá al lado de ambos.

—Joven, la razón para citarlo aquí es una propuesta que podría interesarle.

—Usted dirá, ya veremos que me parece —sonrío levemente.

—Verá... —tiende la mano detrás de los hombros de la chica —usted realmente parece gustarle a mi hija, y yo...

Al escuchar aquello puedo ver como la chica rubia deja su bebida de lado para cubrirse levemente el rostro con algo de vergüenza, ella desvía la mirada. Sin dudarlo me levanto algo apenado con la situación, acomodo mi saco y luego de un leve soplido subo la mirada hacia el hombre.

—Me disculpo, pero... —relamo mis labios llevando el dorso de mi mano sobre mi barbilla —ya tengo a una persona en mente para contraer matrimonio, así que... como veo que eso es todo lo que teníamos que hablar, —doy una reverencia —temo que llego la hora de retirarme.

— ¡He! —levantándose da un pisotón con brusquedad — ¿¡Acaso no puede ver a mi hija!? ¡Ella es hermosa! —apunta a la joven — ¡Heredará mi línea hotelera, es buena ama de casa! ¡Es una oferta que solo un idiota rechazaría!

Sonriendo doy media vuelta hacia él y doy una nueva reverencia —Disculpe a este idiota... —dedico una sonrisa a la joven —ahora debo irme, con el permiso de ambos.

El tipo sigue gritando, pero no le presto mucha atención. Al regresar al auto vuelvo a pedirles que me lleven al campo de béisbol. Hima... sé muy bien por qué, pero de verdad, cada vez que tomo ese bate puedo sentir el calor de tu cuerpo rodeándome... y cuando cierro mis ojos en espera de aquella pelota puedo imaginar tus ojos mirándome con cariño, tu voz animándome, nombrando mi nombre... tu sonrisa, estoy seguro de que aun recuerdas nuestro primer beso.

Te juro que aquel día intenté resistirme de besarte, pero simplemente no pude evitarlo, y no me arrepiento de hacerlo, ¿Recuerdas la pelea con aquellos torpes? Dios, eres tan increíble Hima, tu forma de luchar, la fiereza de tu mirada... eres una gema única que soy incapaz de dejar ir, tu valor es demasiado alto como para desperdiciarlo, una gema que solo fue hecha para mí Hima... así que, cuando hables con mi madre asegúrate de decirle que su hijo nunca hizo anda malo, pero que cayó redondito por una chica.

—Ya hemos llegado.

—Ahora mismo le llevo sus cosas —sale del auto.

Al salir elevo la mirada sobre el cielo azul y no puedo evitar recordar tus ojos, tus hermosos ojos tan bellos y brillantes, simplemente eres la persona más increíble que el mundo me pudo presentar, y me atrevo a decir que talvez... hasta eres el amor de mi vida.

—Sus cosas.

—Gracias... —dedico una mirada severa —tú tiras.

—Enseguida.

Apretar el bate como si fuera la mano de Hima,golpear la bola como si alguien intentara lastimarla, y correr como si ellaestuviera a nuestro lado... eso fue, lo que hice en mi primer juego, solo pensaren ella, y por esa razón ganamos. Sea el pitcher o cátcher, lo que tenía enmente en cada juego que tuve... era Hima, siempre fue Hima... lo que sostenía en mimano y en mi pecho, tú y siempre tú serás lo que este cerca de mí. Al ver la bolavenir ajusto mi agarre... el golpe resuena en mis oídos y puedo verla irse demasiadolejos como para que los gorilas puedan ir por ella.

Un delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora