—Pruebatelo.— propuso Artemis. Y su hermana asintió, porque realmente deseaba hacerlo y tenía. Faltaban unas tres horas para su casamiento y aún no se había probado nunca el vestido. Se preguntó que sucedería si le quedaba mal a su cuerpo. Katniss y ella no era muy diferentes físicamente, así que supuso que de ser necesario, las estilistas harían algunas pequeñas costuras.

Colocarse el vestido era difícil, pero llevaba tiempo yendo a fiestas y a eventos donde eran necesarios vestidos con clase, así que no se inquietó cuando se necesito a las tres mujeres para colocarle todo correctamente. Inhaló cuando la tela apretó su piel, temía romper aquella pieza que tanto le había gustado.
Su cuerpo era bastante menudo y atlético, así que el vestido le quedó muy bien puesto, era su talle. Ninguna de las mujeres que habían venido necesitó hacerle alguna costura para que quedara pegado a su cuerpo, porque no la necesitaba. Trató de no temblar mientras le ponían la ropa, pero lo hizo.

—Guau.— exclamó Effie. Katniss y Artemis quedaron calladas, viendo a la chica, sin decir nada, pero con unos ojos soñadores en su atuendo. Y las demás mujeres presentes parecían fantasmas, puesto que sólo abrían la boca cuando tenían que darle algunas instrucciones.

Sus ojos volaron al espejo, viendo el vestido que le había regalado el sinsajo, de su colección de vestidos no usados. Era hermoso, pensó. ¿Cómo podía tener Katniss un vestido así? No se parecía en nada a su estilo, ni un pelín de esa tela podría agradarle a su amiga. Era totalmente revelador, ideal para la futura Odair. Era una falda larga con bastante volumen y un top, pero ambos estaban unidos entre ellos con una tela delgada, muy similar al tul, —que mostraba parte de su estómago—. En la parte de arriba, se podía notar un gran escote que resaltaba y visibilizaba parte de sus pechos. Además, Tenía varias líneas de color dorado alrededor de la tela blanca.
Algunas mujeres dudarían en usar un vestido así en su casamiento, pero Keera no lo hizo. El vestido era largo hasta los pies y no era esponjoso, ya que su tela no era de ese material. Sofisticado y sexy, eso era lo que le gustaba vestir. Ese era su día. Era su casamiento.

Estaba lista para cambiar frente a todos y reclamar en matrimonio a Finnick.

(...)

Lamentaba saber que su padre no estaba acompañadola en un día tan especial. Había tenido tiempo para pensar en su pérdida, pero a unos minutos de dar el sí, su hija pensó en él nuevamente. Troye era un buen hombre, que los había cuidado con su vida y amado por años. Pudo tan sólo marcharse, como lo hacían muchos padres, pero no hizo. Él optó por vivir el recuerdo de su mujer muerta, viendo el reflejo de los hijos que habían creado y que tenían varias similitudes con ella. Si bien su presencia en la casa no era demasiado consoladora y nunca había sido de esos tipos que mostraban sus sentimientos, él velaba por ellos todos los días. Keera necesitó a su padre. Necesitó tenerlo a su lado y preguntarle cómo había sido el casamiento de él con su mamá, pues nunca habían hablado de ello. Pero cerró su boca, sintiendo la amargura.
Supuso que él estaría en un lugar mejor, con su esposa. Algo dentro de la joven quiso creer que sus padres la estaban mirando desde el cielo.

—¿Estás nerviosa?— cuestionó Rocco, abrazado de Artemis. Unas horas atrás se habían reencontrado y el pequeño parecía que quería llorar. Desde que él niño había llegado recientemente, sólo abrazaba a su hermana y Artie hacía todo para mantenerlo a él consigo. La visión la hacía enorgullecerse. Artemis actuaba de una buena manera, mejor de la esperada.

—Demasiado y creo que si sigo pensando en aquello voy a enloquecer.

—Ya es momento.— dijo Katniss, abriendo la puerta. Le sonrió a sus hermanos y ellos la miraron como si estuvieran viendo a su ídola. Y lo era. La habían admirado desde los juegos anteriores, cuando se había ofrecido por su hermana. Ahora ella estaba frente de ellos y se preguntó cuánto tiempo tardarían en pedirle un autógrafo.

Hurricane ✓ ⋆ Finnick OdairWhere stories live. Discover now