Hurricane ✓ ⋆ Finnick Odair

15| Familia

Hola amores míos, tras varios días, pude escribir algo y la verdad es que estoy contenta con el resultado. No quedan varios capítulos hasta el final, así que estén preparados. (yo no lo estoy)

Nota del futuro (2020) acabo de subir una nueva historia de Finnick, pueden encontrarla en mi perfil. <3

CAPÍTULO QUINCE

La muchacha se quedó sentada en una de las sillas de la enfermería, sin saber realmente cómo seguir después de todo aquello. Porque luego de tantas emociones en su sistema, se sentía vacía. Era como si todo el tiempo se hubiera detenido, como si todos a su alrededor sólo fueran sombras que la acompañaban. Cerró sus manos, deseaba golpear algo, a alguien. Hacerle sentir dolor a alguien, sentir dolor en ella.

—Gale me dijo que no te has movido ni un poco.— Keera levantó su cabeza hacia arriba, donde la voz de Finnick daba orígen. Ella corrió en sus brazos, se levantó lo más rápido que pudo, para sentirse segura con él. Las manos de su amante ocuparon lugar en su espalda, mientras ella lloraba en su pecho, por el mundo, por todos. Porque no podía ser fuerte todo el tiempo. Finnick la recibió gustoso, sintiendo el cuerpo de la chica temblar bajo su toque.

—Ellos le hicieron demasiado daño.— le explicó. Él rubio besó la frente de la chica. Luego, se sentó a su lado. Keera dejó de sollozar, mantuvo su rostro serio.— No sé lo que haré. Artemis era la de las buenas decisiones.

—Entonces la ayudaremos.— Keera asintió ante las palabras de él. No creía que era tan fácil poder solucionar todo aquello, podría llevar días, meses e incluso años. Sin embargo, no estaba de ánimos para discutir con él.— No estás sola y ella tampoco.

Soltó un suspiro y depositó su cabeza en el hombro de Finnick. Pasaron varios minutos en los que ninguno de los dos necesitaba decir palabras, estaban apoyados uno al otro y eso bastaba. Las enfermeras pasaron por los pasillos, atendiendo a algunos pacientes. Oyó los inconfundibles gritos de Johanna, que insultaba a cualquiera que la tocase. Pero de un momento a otro, se silenció. Eso permitió a su mente trabajar correctamente, sin traumatizarse pensando que Artemis podría estar haciendo lo mismo en su habitación.
Por la cabeza de la mujer pasó una idea, un pensamiento que hace mucho estaba creyendo que debía decir.

—Quiero casarme contigo.— le dijo, sin dudas en su voz. Él rubio movió su cabeza en su dirección y sus ojos se cruzaron. A pesar de que Finnick creía que tal vez Keera solo estaba diciendo las cosas por impulso, no había nada más que verdad en ella.

—Yo también.

—Quiero ir contra Snow, y sé que una guerra se acercará. Quiero disfrutar del tiempo que queda, que nos queda. Sé que te dije que esperemos, pero viendo todo lo que sucede con las personas que me importan, Artemis, Rocco, todos alrededor mío salen lastimados. Sólo quiero ser feliz. Sé que seré feliz siendo tu esposa. No quiero perder la vida sabiendo que no lo di todo de mí para que esto funcione.— tomó una bocanada de aire, había hablado demasiado rápido.— ¿Hay alguna manera de casarnos lo más pronto posible?

Finnick se encontraba petrificado en su lugar, nunca hubiese imaginado que ella se apurara en el asunto de su matrimonio. Él había creído que Keera se lo quería tomar con calma, despacio, para hacerlo cuando realmente lo quisiese.
No era una mujer que se comprometía al romance, o a una relación. Se había dado cuenta de todo aquello en todo el tiempo que habían pasado juntos. Ahora estaba sorprendido. Ante tal cosa, no hizo nada más que besarla. No había palabras para explicar todo lo que ella significaba para él. Ella respondió el gesto, colocando sus manos en los cabellos de Finnick, con dulzura y él depositó sus manos en sus caderas.