11| Cenizas

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¡Hola! Me hubiera encantado subirles un capítulo por navidad, pero sinceramente me olvidé, además de no tenía ganas. Me di cuenta de que no me gusta sentir presión por actualizar algo, porque siempre me termina quedando mal. Así que, espero que la hayan pasado muy bien ;)

CAPÍTULO ONCE

Lo malo de ser una ayudante de Coin, —o mejor dicho, una esclava amenazada con la muerte de muchas personas a consecuencia de sus acciones—; era que el soldado encargado de ella, llamado Remus, nunca se separaba de su lado. Tal vez la excepción era cuando estaba en su habitación, y a pesar de esa lejanía entre las paredes, podía aún notar su mirada traspasando los muros. Y no sólo podía sentirlo a él, sino que también a Alma Coin. Esa misma mujer que la había amenazado a grandes escalas, demostrándole que era la misma escoria que Snow.
Si tan sólo pudiera decirle a alguien lo que estaba realmente sucediendo allí, lo que verdaderamente sucedía atrás de esa máscara. Pero no podía hacerlo. Estaba segura que los soldados la perseguían por todos lados y escuchaban cada mínima palabra de lo que decía. Por esa razón, siquiera lo había intentado. Se sentía a si misma como la misma niña que había vuelto a casa luego de los juegos, con la intención de que todo volviera a la normalidad, pero se había encontrado a hombres que le doblaban la edad y con la imposibilidad de decir una palabra en contra de ello. Estaba presa una vez más.

—Ellos quieren que vea lo que sucedió con el doce.— la voz de Katniss hizo que apartara la vista del soldado personal que tenía, para verla. Sus ojos estaban apagados, podía ver la tortura en ellos.

Oh, Katniss, cuanto ansío poder decirte la verdad. Pensó Keera, con nostalgia. 

—¿Tú quieres verlo?— preguntó en respuesta. Supuso que Coin haría que Katniss se destruyera a si misma, para construirse nuevamente. Vería todo lo que el Capitolio le había hecho a sus vecinos y amigos, lo que haría Snow con los demás distritos al pasar el tiempo. Y momentos después de verlo, el sinsajo estaría enfurecido, preparado para montar una guerra. Renacido.

—Por una parte sí, quiero ver lo que Snow hizo, y por otra, me aterra. Nada bueno saldrá de eso.

—No irás sola, si quieres, puedo acompañarte.— las órdenes eran órdenes.

Katniss asintió.— Gracias.

No estaría muy agradecida cuando supiera que todo eso tenía un objetivo oscuro y oculto.

Ninguna habló por veinte minutos, Keera contempló los rostros felices de los sobrevivientes del doce, los niños que se abrazaban a sus familias, pensando que ya todo estaba acabado y podrían dejar de temer. Ellos no estaban a salvo allí.
Soltó un suspiro cansador. No había nada que pudiera hacer para explicarles todo lo que sucedía; eran muchas cosas las que pasaban por su cabeza, pero ninguna tenía una explicación sencilla y que convenciera a todos allí. Los sobrevivientes necesitaban creer en algo, no podía llegar y decirles que todo era una farsa: que el Capitolio y el distrito trece eran iguales.
Apretó sus puños con fuerza, sintiendo como sus uñas se clavaban en su manos y se abrían paso por la piel.

—¿Estás bien?— oyó decir a su compañera.

—No.

La cena terminó y se percató en que apenas había tocado su comida. Sin embargo, no tenía hambre y no sintió culpa. ¿Cómo carajos podría preocuparse tanto en el hambre cuando su familia estaba muerta y seguía estando en territorio enemigo?
Apenas podía mirar a su compañera a la cara, sin soltar todo lo de Coin.
Caminó hacia su habitación y se despidió de Katniss Eveerden con un seco saludo. Había escuchado decir a su aliada que iría con la presidenta, para hablar de su próxima salida.

Hurricane ✓ ⋆ Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora