Capitulo 25

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Recuerdo las luces y las sirenas. Recuerdo el grupo de gente que vino a ayudarnos. Noté la sangre correr por mi frente, vi el arbol atravesandon la ventana del coche, Jeremy a mi lado, completamente quieto. Había mucho ruido. Mucha luz. Mucha gente. Recuerdo haber vomitado e intentar despertar a Jeremy que seguía sin moverse. Me dolía el cuerpo, atrapado en mi asiento de copiloto. Le golpeé y cayó un lado, como un muñeco. Después de eso sólo recuerdo despertarme en el hospital.

-Camz? Te has movido o estoy soñando?. - La voz de Lauren me llegó de ningun sitio en concreto - Camz... - cuando abrí los ojos vi como sus lagrimas caían sin control y sus piernas fallaban, se agarró a la cama y se quedó quieta a mi lado. - Camila... - yo podía verla pero no podía moverme. -Lo siento Camila, lo siento... - sus ojos estaban completamente inundados y su voz me desgarraba el corazón. ¿Por qué lloraba? ¿Por qué estaba en el hospital? Pensé en todas las posibilidades pero me dolía la cabeza. -No hables - me pidió al verme intentar hacer el esfuerzo - Llevas tubos, Camila.

Entonces recordé todo: las luces y las sirenas. El cuerpo de Jeremy cayendo con todo su peso contra la ventana. Y tuve pánico, completo terror. Lauren seguía llorando a mi lado. Yo tenía un brazo vendado y marcas de cortecitos por la piel, notaba tubos y cables por mi cuerpo, sentí la venda de mi cabeza. Intenté levantar el brazo, completamente dolorido y con mucho esfuerzo pasé mi pulserita plateada ante sus ojos. Lauren miró lo que le enseñaba y acarició la J que colgaba de mi muñeca con las yemas de los dedos. Cerró los ojos fuerte y noté como tragaba. Volvió a abrirlos, enrojecidos, hinchados, completamente desesperados. Agarró con fuerza la barra de metal de mi cabecera.

-Ha muerto, Camila. - consiguió decir, le tembló la voz pero fue directa. - Lo siento, lo siento, lo siento... - no paraba de pedirme perdón. - Esto es una mierda... - y entonces cedió al esfuerzo y se sentó en el suelo. Solo podía ver su cabeza y observé como se pasó la mano por el pelo. La oía llorar a mi lado y no podía levantarme, no podía hablar. Estaba intentando entender lo que acababa de decirme.

Deseé haber muerto. Juro que deseé haber muerto en ese mismo momento. Sentí que mi corazón se hacia pedacitos al recordarle. Quise salir de esa habitación y encontrarmelo afuera, como si fuera el instituto y me estuviese esperando en mi taquilla. Entonces pensé que estaria ansioso por contarme el ultimo capitulo de su serie preferida. Como iba a estar muerto Jeremy si tenía que contarme el último capitulo de Pequeñas Mentirosas? Quise chillarle a Lauren que no mintiese, que con la muerte no se bromea, pero mi incapacidad para hablar me lo impidió. Tomé mi muñeca con la mano y apreté con fuerza la pulserita, notando como se me clavaban las piezas pequeñas marcando suavemente mi piel. Después de eso me escuché a mi misma, mi propio sollozo escapando de mi cuerpo. Sin levantarse del suelo, Lauren tomó mi mano.

-Necesitas descansar - ahora era la voz de mi madre la que me llegaba y no veía a Lauren por ningun lado. - Pronto te dejaran marchar, cielo. No llores más. - entonces sentí una punzada en mi corazón, fui incapaz de recordar qué estaba haciendo segundos antes, ni cuando había aparecido mi madre.

Los días se convirtieron en algo abstracto, mezclandose las tardes y las mañanas. Yo estaba completamente sedada y mis recuerdos son borrosos. Visitas continuas de Lauren, de Dinah y Ally. Vinieron Matt y Normani. Incluso mi padre y mi hermana pequeña pasaron conmigo una semana.

-Vuelve pronto - me dijo Alice una tarde - Te echamos de menos... - jamás había imaginado a un profesor preocupado por mi, y menos a esa perfección de ser humano. Sin embargo eso no me ayudó a olvidar a Jeremy.

¿Y ahora qué? Mi madre estaba en mi cocina, preparando algo de comer. Y yo estaba perdida en mis recuerdos, memorizando todo lo que había salido mal esa noche. Me enfadé conmigo misma por haberme preocupado de algo tan absurdo como la pelea con George al lado de lo que había sucedido después. Se fue, Jeremy se fue, Camila.

-Amor, ¿Quieres mayonesa? - la miré, atravesandola con la mirada. Se veía pequeña y cansada. ¿Cuantas noches llevaba sin dormir? ¿cuantas noches pasé en el hospital? ¿Cuanto tardó en venir? ¿se imaginaría ella mi muerte? ¿podría superar ella algo así? - Camila, solo asiente si es sí, y niega si es no. - me dijo finalmente. Negué com la cabeza. - Gracias.- me dedicó una sonrisa y siguió cocinando.

El timbre de mi piso sonó. Mi madre me miró y dejó lo que estaba haciendo. Fue a abrir la puerta y oí la voz de Dinah y la de Ally. Pero la de Jeremy no las acompañaba por el pasillo. Sus pasos, que ya había aprendido a reconocer, no se acercaron y una sensación de absoluto vacío se apoderó de mi cuando solo ellas dos entraron al salon.

-Mila, tus amigas... - intentó mi madre, pero quedó muda al encontrarme llorando en silencio.

-Cielo... - susurró Ally, seria y enseguida se acercó a mi para abrazarme. No pude aguanta mis lagrimas al sentir su calor. Dinah permanceció a su lado, callada, sin saber qué decir. - Camila, nosotras también le echaremos de menos - dijo al tiempo que una lagrima rebelede se escapaba de su ojo. Se frotó rapido los dos ojos y se sentó a mi lado, tomando mi mano, - Pero nos tienes aqui para lo que quieras...

-Si - la voz de Dinah tembló con solo una palabra.

No sabía como se suponía que tenía que vivir yo. No entendía por qué él tenía que estar muerto y no entraba en mi cabeza que el lunes no fuera a verle en el colegio. Su sonrisa cruzó mis recuerdos y su voz pidiendome que me despertase, que no le ignorase mientras me hablaba, me golpeó por dentro. Deseé volver a mi epoca en que no tenía a nadie ni a nada. Ahora tenía amigos, gente a la que querer, y por ello había sufrido más de lo que jamás imaginé. Querer significaba dejar tu felicidad, tu vida y tu salud en manos de otra persona. Es una completa locura, querer es un acto suicida.

-No os esforceis chicas, - dijo mi madre, con ese tono triste que había adoptado - No ha dicho una palabra desde que despertó en el hospital. - me miró, casi suplicando que la contradijese - Ni una sola palabra. - repitió en un susurro.

Estaba sola en aquello. Completamente sola. Jeremy no iba a abrazarme para animarme. Él no iba a dedicarme una sonrisa comprensiva ni iba a intentar hacerme reir para distraerme. No iba a contarme nunca más lo ilusionado que se sentía por participar en la función. Pensé en la función y sentí ganas de vomitar.

Jeremy no iba a actuar, no le verían cantar, no oiría al publico aplaudir. Jeremy no estaba. Jeremy había muerto. Rompí a llorar de nuevo y empecé a morder mis nudillos, sin reparar en que me estaba haciendo daño. Dinah apartó mis manos de entre mis dientes y se quedó observandome.

-Vuelve porfavor, Mila... Te echamos de menos. - me pidió, igual que había hecho Alice en el hospital. No entendí a qué se refería, ni de dónde tenía que volver, ya había salido de ese sitio, ya había vuelto a mi casa.

Cerré los ojos, sentí que necesitaba hacerlo. Me dolía la cabeza, no entendía qué había sucedido. Sólo intenté darle logica a lo que me rodeaba. Dinah y Ally estaban en mi casa, eso no era raro. Pero mi madre no pintaba nada en Nueva York. Sentí sus miradas, tristes, posadas en mí. Jeremy no estaba. Jeremy no iba a estar nunca más. Jeremy había muerto. Respiré profundo y no sentí que el aire entrara en mis pulmones. Estos se contraían solos. Puse mis manos alrededor de mi vientre intentando acompasar mi respiración. Deseé que nunca lo consiguiese, deseé morir ahogada por haber olvidado como se respira. Pero no lo había olvidado, yo sabía respirar como siempre, ese sólo fue uno de los muchos ataques de panico que tuve durante esas horribles y agonizantes semanas.

One Wish [Camren fic]Where stories live. Discover now