{Capitulo 17}

11.5K 574 58
                                    

Las calles, como laberintos gigantes, los alejaron lejos del perímetro escolar —incluyendo su propio vecindario.

Dean había empujado a Alice lejos de la sangrienta escena, aunque no fuese por voluntad propia. Quería regresar y estar junto a su amigo, pero desgraciadamente su psicópata novia no se lo permitía. Había tenido que decidir entre quedarse o recibir otro balazo.

Así mismo, Alice no había dejado de pensar en la tontería que había cometido. ¿Cómo se pudo haber dejado intimidad? Logan estaba agonizando; Danielle no era nadie para decirle que se fuera. Debió haberle plantado frente, escupirle sus verdaderas, de cualquier forma, si recibía un disparo estaría agradecida de encontrarse con Logan del otro lado.

«¡Maldita Danielle!», pensó con rabia.

Entre la maraña de pensamientos suicidas, se preguntó a sí misma: ¿no hubiera sido una mala idea quedarse? ¿En verdad deseaba que Logan también muriera?

Se sintió fatal al reconocer su pensamiento egoísta, el cual solo los beneficiaba a ambos, pero dejaba a los demás bajo un manto de tristeza y soledad. Además, nadie le aseguraba que Danielle cometiera suicidio y siguiera atormentándola hasta en el más allá. Aunque pensándolo bien, ella no merecía estar en el mismo lugar que ellos.

Su mente comenzó a maquinar nuevos pensamientos; pensamientos que exigían un gran consumo de energía. El correr se le hizo una tarea difícil, y sin darse cuenta aminoró el paso hasta quedar estática en un punto. La hoja afilada de una daga penetró en su pecho, sus piernas fallaron y cayó al piso.

Dean siguió camino sin percatarse de la ausencia de Alice, hasta que al pasar debajo de una farola notó que solo su sombra lo seguía. Se detuvo y al girarse vio a la joven arrodillada en el duro suelo de concreto. Volvió sobre sus pasos y se incoó a su lado para consolarla. Por primera vez, después de lo sucedido, Alice había dejado que todo aquello que sentía saliera al exterior.

— Me duele, Dean... No puedo... ya no puedo.

— Él estará bien, ¿sí? Te lo prometo.

— La realidad es totalmente diferente. Logan está muerto... ¡Está muerto! ¡Esa maldita lo mató!

— ¡No, no lo está! Lo conozco demasiado bien y sé perfectamente que, aunque esté manipulado, sigue siendo igual de fuerte. No va a rendirse; tú más que nadie debería saberlo. Luchará para seguir adelante, ¡te lo aseguro!

— No, Dean. No es verdad. ¡Deja de decir mentiras! —Hundió sus dedos en sus cabellos, alborotándolos. De sus ojos las lágrimas salían a raudales.

Le dolía. Le dolía mucho todo lo que estaba pasando, y Dean se rehusaba a verlo. No toleraba verla a los ojos porque sabía que también podía caer en un pozo sin fondo.

— Acaba de morir la persona que más amo en el mundo... y siquiera pude despedirme.

— Alice, no...

— ¡¿Por qué diablos no lo quité de en medio?! Yo debía de morir—le interrumpió—. ¡Yo tendría que haber recibido las balas, no él! Logan no se merecía esto. ¿Por qué diablos la vida es tan injusta?

La desesperación y la angustia crecían en Dean a pasos agigantados. Ya no sabía qué más decir. Nadie nunca lo preparó para una situación como esta. Todas las alternativas que se le ocurrían sonaban tontas en su cabeza. No tenía ni idea de cómo consolarla; solo deseaba abrazarla, susurrándole al oído que todo estaría bien, pero no era suficiente. Estaba destrozada.

MANIPULADO | Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora