Capítulo 35.♡

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Aparcó el mini justo en el final del callejón. El Lamborghini de Sasuke yacía allí, aparcado.

Ninguna señal de movimiento.

- ¿Me esperas aquí, cariño? – le dijo a Sarada. – Mamá ahora viene ¿vale?

- Si. – le dijo la niña, centrada, con sus muñecos.

Sakura se aseguró de dejar el coche bien cerrado. Total, en ese callejón no
había ni una sola casa. Y no pasaba ni un alma. Sakura echó un vistazo al
aparato que le pedía la clave de acceso.

Por suerte, de momento, la memoria no le fallaba. Tecleó con ímpetu y las puertas se abrieron. No dudó ni un segundo en entrar. Los dos guardas que estaban en esa parte del pasillo se la quedaron mirando.

- ¿Qué se te ha perdido por aquí, nena?

- Uno, no me llames nena. – dijo Sakura amenazante y súper cabreada. Por todo. – Y segundo, soy la mujer de Sasuke Uchiha, así que, machomen, déjame pasar.

- Ya, y yo soy Johnny Deep. Lo siento, solo agentes que pertenezcan a la agencia.

Sakura se puso en frente del agente, vacilante. Igual o más que él. No.
Definitivamente, más, mucho más.

- Mira, no me toques la pera. – le dijo, señalándole con un dedo. – No hay
nada peor que una mujer de veinticinco años cabreada con su futuro marido.
Tengo una hija de cuatro años que me está esperando en el coche, se utilizar mis manos y he matado a dos personas, solo porque me tocaron mucho la moral. Cuando me enfado, hasta Sasuke me tiene miedo. Y si tú, pedazo de idiota, no me abres la puerta en cinco segundos te juro que te cogeré de las pelotas y te las pondré de
pajarita. ¿Estamos?

El agente tragó saliva. Se giró hacia la maquina y las puertas de metal no
tardaron en dejar pasar a Sakura.

Ella no dedicó ni una sola sonrisa. No
estaba para sonreír. El ajetreo del otro día volvió a recordarle cosas. Como el
polvo en la oficina de Sasuke.

Pero… no. No podía estar o parecer feliz. No. Estaba dolida, cabreada. Si era lo que pensaba… si Sasuke… le había sido… de nuevo… Y más… cuando quedaba nada y menos para su boda.

Las miradas se centraron en ella.

Los hombres la devoraban, las mujeres, recelosas, comentaban cosas sobre ella. Sakura se preguntó cuál de ellas era la puta de Madison.

Y no había mejor manera para saberlo:

- ¿Madison? – se plantó en medio de esa gran sala tintada de un blanco puro y calmante y miró a su alrededor. Sin avergonzarse, volvió a llamarla. - ¿Alguien me dice quien es Madison? ¿Eh? Una tal Madison que se mensajea con MI novio. – dijo dándole énfasis a esa palabra.

- ¿Qué haces aquí? – sintió la voz de Sasuke, a sus espaldas. Ella se giró, y lo vio. Lo vio, tan guapo como siempre. Pero a la vez, tan cabrón como antes. - ¿Sakura? ¿Qué haces?

Sakura se sacó la BlackBerry del bolso y enseñó la pantalla por la página de los mensajes de texto de él y esa tal Madison.

Sakura no contestó a su pregunta.

Simplemente, se limitó a formular otra:

- ¿Que son estos mensajes en tu móvil?

- ¿Qué haces tu chafardeando mi cel? – arqueó una ceja, arrebatándoselo de las manos y leyendo lo que él mismo había escrito.

- No sé - dijo irónica. - dentro de una semana seré oficialmente tu mujer, creo que tengo derecho a ojear con quien te escribes, y más si te dejas el cacharro en casa ¿no? – suspiró, con lágrimas en los ojos. - ¿Quién es esa Madison?

Sarada ~ (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora