Capítulo 34.♡

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Domingo. El despertador de la mesita de Sakura marca las 10:47am. Ella se despierta, bostezando. Se frota los ojos. Echa algo en falta. Sasuke no está.

No le hace falta abrir los ojos para saberlo. Gira sobre ella misma, y se levanta de la cama, despejándose.

Algo de la mesita de Sasuke le llama la
atención. Un papel amarillo.

Kakashi me llamó, quería verme para hablar conmigo sobre algo. Vuelvo dentro de un rato. Te quiero. Sasuke.

Sakura se dispuso a ir a desayunar. No iba a vestirse. Hoy no había nada que hacer. No, absolutamente nada. Y por eso iría en camisón todo el día. Buscó las zapatillas. Quizás estaban debajo de la cama, donde sin saber cómo, siempre iban a parar allí.

Cuando vio que encima de las sabanas, había la BlackBerry de Sasuke.

- Seguro que iba con prisas y se lo ha dejado. – se dijo a sí misma.

Cogió el aparato y lo fue a dejar a la mesita.

Cuando la curiosidad… mató al gato.

La desbloqueó, por suerte no la había apagado. Ojeó las llamadas, nada
interesante. Nombres de hombres, seguramente compañeros de faena.

De su hermano Itachi, de su jefe. Se dirigió a la carpeta de sms.

Cuando vio un nombre que no le sonaba. Para nada. Y de mujer. Madison.

Abrió el primero que vio.

Mi niño, necesito verte, de veras, esto es frustrante. Kakashi ha dicho que
tiene que hablar conmigo. Te quiero.

Fantástico. Además, por lo que había
deducido, trabajaban en la misma compañía y para Kakashi. Bueno, un mote cariñoso lo podía tener cualquiera ¿no? Sakura intentó que no le hirviera la sangre.

Y intentó controlar sus celos, también. Abrió otro que ella había enviado.

Hey, bebe, lo de hoy a estado genial, la verdad es que necesitaba eso. A ver
cuando repetimos.

El corazón de Sakura empezó a latir fuerte. La vista se le volvió borrosa. Y las contestaciones de Sasuke no es que ayudaran mucho.

Mi amor, no te preocupes, ya verás cómo no te despide por esa tontería. ¿Hoy nos vemos?’.

Ya ves, eres una fiera eh, por mí, mañana mismo. Te quiero, tigresa.’

Sakura lanzó el móvil al suelo. Por suerte no se rompió. Quería, necesitaba explicaciones.

Y ahora… ahora si tenía que vestirse. Por cojones. Y entre lágrimas.

Sarada ~ (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora