—Y lo seguiría escogiendo una y mil veces más, Alois —lo soltó, viéndolo con desprecio mientras caía al suelo—. Será mejor que lo entiendas de una maldita vez, yo jamás estaría con alguien como tú, me das asco.

Después de aquello, Claude salió de la iglesia farfullando en contra de Alois. No lo culpo, cualquiera hubiera hecho lo mismo, por lo que suelto un suspiro cansado, tomando a Beast en brazos para irme, no tiene caso quedarme aquí y esperar a que alguien me reconozca como el nuevo actor porno, o en todo caso, que me hagan un sin fin de preguntas por ser el hermano menor del novio.

—¿Qué harás ahora?

—No lo sé —gire la cabeza, contemplando el semblante sereno de Agni mientras salíamos de allí—. Son muchas cosas... estoy cansado. Hace nada quería estar con él, sabía que era imposible, más bien es algo incorrecto, ahora existe una oportunidad, una que no deseo... 

Camine hacia los jardines de la iglesia seguido por Agni, necesitaba despejarme con urgencia, esclarecer mis pensamientos y disipar todos estos sentimientos que no tendrían por qué atormentarme. Termine sentándome en una banquita bajo la sombra de un inmenso árbol, cerrando los ojos como si eso ayudara en algo.

—¿Por qué no?

—Sabes el motivo.

—Él no regresará, Sebastián. Es tiempo de seguir, tiempo de dejarlo ir, de tomar una decisión, por ti, por ella, por todos.

—Sí, pero no a costa de la felicidad de Claude.

En ese momento, Claude pasó a unos metros de distancia de nosotros ignorando todo a su alrededor, se dirigía al cuarto que le prestaron los de la iglesia para que alistara los últimos detalles de su vestimenta antes de casarse. Tenía la mirada perdida y una expresión de nostalgia en su rostro, tan similar a la que puso cuando le notificaron que Hannah había muerto. Sonara estúpido pero siento que de nueva cuenta es mi culpa, le volví a quitar a la persona que más ama.

—Ve con él.

—Necesita estar solo.

—¿Realmente piensas eso?

—Vaya, no sabía que querías que Beast fuera huérfana —intente esbozar una sonrisa ladina, abrazando a mi nena—. Creo que ya he hecho suficiente.

—Es tu hermano —Agni estiró los brazos tomando a Beast, que parecía encantada—, ve con él.

Me tomo milésimas de segundos hacer una lista mental de los pros y contras. Todo indicaba que era mejor dejarlo solo, pero al igual que siempre, termine haciendo lo contrario, comenzando una estúpida persecución sin sentido.

—¿Planeas seguirme cómo cuando éramos niños, Sebastián?

—Si es la única forma en que me escucharas... entonces sí —me miró de soslayo, soltó un bufido y entró a la habitación dejando la puerta abierta en una clara invitación a que pasara.

—Ciel está embarazado, felicidades —soltó con ironía—. Él cree que eres el padre, yo lo creo, así que tú también debes de creerlo.

—No puedes estar seguro, lo sabes. ¡Ambos tenemos las mismas posibilidades!

Su maldita actitud comenzaba a crisparme los nervios, es como si no le importara el hecho de que estadísticamente hablando él tienes las mismas posibilidades de ser padre que yo. Ni siquiera me estaba viendo, se mantenía en su maldito mundo, como si pudiera evadir la realidad con ello. Tan solo tomó una botella de brandi —que no tengo idea de donde mierda sacó— y se sirvió una copa, tomándose su tiempo para degustarla, mostrándomela cómo si fuera a brindar.

Sexo casualWhere stories live. Discover now