Algo inoportuno

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Sebastián Michaelis Pov

La tensión era casi palpable. Claude permanecía sentado frente a mí con una expresión que iba de la molestia a la decepción. Le había contado sobre Beast, mi vida y sobre el que fue y sigue siendo mi esposo, incluso le conté sobre la proposición del médico para desconectar a Gregory -la cual rechace rotundamente-. Él simplemente escucho atentamente durante dos horas, y lo más extraño de todo es que me siento tranquilo, irónicamente me hacía falta hablar con alguien, aunque no pensé que ese alguien pudiera ser Claude.

-Michaelis -carraspeó acomodándose las gafas-, después de cumplir los quince años te volviste un desastre. Te culpaste por la muerte de mamá y años más tarde por la de Hannah -levantó la mano, evitando que lo interrumpiera-. Reconozco que nunca supe cómo lidiar contigo, así que cuando te fuiste a Estados Unidos fue un respiro, pero también un error.

-Vaya, vaya -sonreí con burla-. ¿Acaso esto es una disculpa por ser mal hermano?

-No -tajó-, es una afirmación de lo estúpido que puedes ser. Eres un idiota, pero lo quieras o no sigues siendo mi hermano. Tampoco iba a negarte mi ayuda o apoyo si me lo pedias.

Inevitablemente mi ceño se frunció y aquella sonrisa ladina se desdibujo de mi rostro.

-No puedo cambiar el pasado, pero tampoco me arrepiento porque la tengo a ella... -en ese momento, Beast corrió desde la cocina, arrojándose a mis brazos, mientras exclamaba que ella y el tío Agni habían hecho la cena.

Los cuatro nos sentamos a la mesa, y terminamos por centrar nuestra atención en Beast que no paraba de hacer preguntas sobre su nuevo tío, cuestionando los días que podría venir a casa a jugar con ella. Curiosamente el tiempo paso más rápido, Agni se fue en cuanto acabo de cenar y entre charlas triviales, Beast se durmió en el sofá, recargando su cabeza en el regazo de Claude.

-Sebastián, si bien, me alegro conocer a Beast, yo vine por otro asunto -sus penetrantes ojos ámbar se clavaron en los míos-. ¿Qué paso aquel día?

-¿Ya hablaste con Ciel?

-Aún no. Quiero conocer primero tu versión de los hechos -comenzó a repartir mimos sobre la cabeza de Beast-. Ciel era mi pareja, tiempo pasado, pero por muy idiota que seas, tú siempre serás mi hermano, eso es algo que no puedo cambiar... y a pesar de todo te conozco tan bien, que te puedo asegurar, que todo lo que paso en el elevador lo continuaron en el hotel más cercano, pero no me interesa eso.

-El video...

-Sí, no sólo eso, también aquel correo. Evidentemente querían separarnos y lo lograron.

Recargue mi cabeza en el respaldo del sofá, mientras meditaba lo que ocurrió aquel día. «Ciel...» susurre su nombre para mí, permitiéndome sonreír con ironía, y es que por primera vez no me podía sacar a alguien de la mente. Lo sentía injusto, yo tengo a Gregory... debería pensar en él y orar para que ocurra un milagro y despierte, pero mi subconsciente grita que él se fue hace mucho, y por más que lo desee no regresara, en cambio Ciel... ¡Ciel es de Claude...! Lo sé, me obligo a creerlo... pero no quiero que siga así. La parte egoísta y posesiva que tengo lo anhela de una forma casi primitiva.

-Se supone que tu lo conoces... -farfullo molesto, sin saber con quién-. Aquel día estaba cabreado por tener que asistir a una reunión con viejos empresarios. Pase la mayor parte de la fiesta sonriendo falsamente, intentando poner atención pero mi mente estaba en casa con ella y nuestro gato -me reincorpore un poco, mirándolo seriamente-. Los padres de Ciel quisieron presentármelo pero no se dio la oportunidad, así que fastidiado me acerque a la barra, bebí mucho y cuando estaba a nada de irme, lo vi.

Sexo casualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora