Capítulo 29

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*Lauren pov*

Tendida en la cama con una pierna flexionada, veía a mi novia sacar algunas cosas de mi mochila para dejarlas listas por si quería usarlas. Llevaba un short de jean y una remera de musculosa a tiras ajustada a su perfecto torso. Me tenía idiota hace unos diez minutos viéndola sin despegar los ojos de su cuerpo, sus largas piernas y ese culo que cargaba…

—Nunca me reí tanto como hoy.—Dijo mientras cerraba el cierre de la mochila y se recogía el pelo rápidamente dejando algunos mechones cayendo por sus lados y por la nuca.

—Te dije que eran divertidos y eso que solo fue el viaje.—Nosotros acabábamos de llegar donde nos quedaríamos el fin de semana.

Había un lago cerca, una pequeña feria y el lugar estaba lleno de árboles, parecía que estábamos en un bosque. Era precioso y tranquilo a pesar de que lo habitaba mucha gente. Camila y yo teníamos nuestra propia cabaña, para más comodidad, además ella y yo estábamos acostumbradas a tener nuestro propio espacio. Yo me había acostumbrado a compartir todo con ella, cosa que no pasaba nunca con nadie. Digamos que tenía un problemita con mi espacio personal. Pero con Camila no pasaba aquello, lo contrario, la necesitaba cerca.

—Cuando terminen de acomodarse irán a la feria, ¿Tienes ganas de ir a camina un rato?—Le pregunté mientras me sentaba apoyando mi espalda en el cabecero de la cama de madera y la ayudaba a ponerse a horcajadas sobre mi regazo.—Podemos comprar algunas cosas.—Murmuré abrazándome a su cintura con ambos brazos.

Yo podía abrazarla por completo con un solo brazo y me encantaba aquello. Éramos tan diferentes pero encajábamos con la otra perfectamente y en todo sentido.

Me abrazó del cuello asintiendo y colé mis manos por debajo de su remera que ante sus movimientos se había levantado.

—¿Vas a ir así?—Levanté una ceja y acercó su boca a mi mejilla para morderme sin hacerme daño.

—¿Qué tengo?—Miró hacia abajo, en vano porque yo la tenía apretada contra mí y no podía verse.

—La remera te deja ver las tetas y el short es muy corto. ¿Eres loca o quieres que yo mate a alguien hoy porque te mira?

—Bueno, me prestas una remera tuya y listo.—Sonrió y me dio un besito en los labios antes de ir a mi mejilla a morderme otra vez.

—¡Para de morderme!—Soltó una carcajada y sabía que era porque me había dejado la mejilla roja, me mordía hasta que lograba eso y le divertía.

Me impulsé hacia adelante sin sacar mis brazos de su alrededor y la dejé de espaldas en el colchón quedando entre sus piernas, sobre su cuerpo mientras ella se reía.

—Mi turno.—Dije antes de comenzar a besarle y morderle el cuello sintiendo como se retorcía debajo de mí.

—¡Lauren! ¡Para!—dijo riéndose mientras intentaba sacarme de encima suyo. Me alejé riéndome también y comencé a besarla en los labios con pequeños besos castos y rápidos.—Basta.

—La próxima no te salvas.—Se mordió el labio ocultando su sonrisa y envolvió las piernas alrededor de mí.—¿Qué tal si ya salimos a esperar a los demás?—Asintió tirando de mi rostro hacia el suyo para que la besara.—Pero antes te pones algo que te tape más.

—Bueno, mi amor.

*

—¿Sabes qué pensaba?—Pasé un brazo por los hombros de Camila mientras caminábamos un metro más atrás del grupo que iban riéndose entre ellos.—Que puedo acomodar algunos horarios míos y así tengo uno o dos días más libres para que nos vayamos a mi otra casa. Tú y yo.

—Y Junior.

—Y nuestro hijo.—Se rió.

—¿No crees que estamos desapareciendo mucho? Nos pasamos el tiempo libre juntas, encerradas en tu casa, haciendo nada y hoy aquí. Juntas.

—No y no me parece mal. Eres mi novia. Podemos pasar todo el tiempo del mundo juntas, solas. Además, amo estar contigo.—Sonrió y me dio un beso en la mandíbula. Enlazó nuestros dedos sobre su hombro donde d colgaba mi mano.—¿Qué piensas?

—Que eres la mejor novia del mundo.—Bajé la mirada a ella para besarla cuando noté que alguien iba a mi lado. Era Kristen y caminaba viendo hacia otro lado.

No la había visto y seguro había escuchado todo. No debería, pero me sentía mal. No quería que pensara que Camila y yo lo hacíamos a propósito, es que no era la primera que pasaba esto. Seguro se ponía incómoda porque yo lo estaría si me pasara.

—Hey.—Camila miró a mi lado y la vio también.—¿Todo bien? Es lindo lugar.

—Sí.—Asintió sin mirarme.—Te dije que no podías perdértelo. Vamos a la parte de comida ahora.—Señaló la dirección con la cabeza y asentí.

—Iremos también.—Le sonreí y luego se adelantó para caminar con el resto del grupo.—Vamos con ellos.—Camila me dio una mirada mientras asentía.

*

Estábamos todos juntos almorzando pizza mientras hablaban sobre lo que haríamos en la tarde y al día siguiente. Yo estaba con Camila apoyada contra mi pecho sentada entre mis piernas gracias a que habíamos tomado una mesa de cemento con bancos del mismo material y tenía una pierna a cada lado de este para que se me haga más fácil tenerla cerca de mí.

Dinah me molestaba porque no la dejaba de abrazar nunca, ni ahí ni en ninguna parte. Pero es que me encantaba tenerla así, cerca de mí, abrazándola y besándola cada vez que podía. Camila y yo no nos cansábamos de la otra, lo contrario, era como si cada vez nos necesitábamos más y más.

Apoyé mi barbilla en su hombro mientras acomodaba bien mis brazos alrededor suyo. Se llevó una porción de pizza a la boca y mordió dejando ver como el queso se estiraba mientras se alejaba la comida de la boca. Se lamió los labios lentamente quitando cualquier rastro de salsa o aceite que quedara. Levanté mi mirada un poco para verla a los ojos y noté que ni siquiera había notado que la estuve mirando todo el rato. Dios. Era tan hermosa.

—¿Y tú, Lauren?—miré a Vero que me había hablado y fruncí las cejas al no entender.

—Que si quieres ir a la fiesta esta noche.—Me dijo Camila girando un poco su cabeza. Quería besarla pero tenía todas las miradas puestas en mí.

—Ni loca. Tengo planes con mi novia.—Todos se rieron y gritaron el típico “Uooooo” que hacen todos los amigos cuando dices algo inesperado. Camila me había apretado la mano fuertemente y se ruborizó de inmediato haciéndome reír.

—Con razón se pidieron una cabaña para ellas dos.—Dijo Dinah alargando las risas.

—¿Qué decirte, Dinah? No se resiste a mí. Ya sabes.—Me encogí de hombros y Camila me rasguñó la rodilla sin que nadie viera.

—¿Puedes parar con tanto cartel que luego te duermes temprano?—Se me borró la sonrisa cuando todos se rieron otra vez.

Bien sabía Camila que eso era mentira pero quería avergonzarme un poco y lo logró aunque no sea cierto.

—¿Alguien quiere otra cerveza?—Preguntó Kristen y nuevamente me sentí una idiota. Yo negué y Camila ni siquiera lo hizo porque estaba tomando agua y su botella tenía más de la mitad.

Kristen se fue por las cervezas que le habían pedido y yo simplemente apoyé mi frente en el hombro de Camila. No me daba cuenta de que Kristen se sentía incómoda, me olvidaba de que estaba allí.

—¿Quieres?—Camila me habló y levanté la mirada para ver que me combinaba de su porción de pizza. Negué sonriéndole y se encogió de hombros dándole un mordisco. No pude evitar darle un beso en la mejilla.

—No deberías seguir comiendo pizza. Ya van tres porciones, pide una ensalada o algo sano si tienes hambre.—Le dije en voz baja y se giró a mi haciendo puchero.

—La última.—Asentí quitando un mechón de pelo suelto que tenía en la mejilla y aprovechando para darle una caricia allí.—Te amo.

—Y yo a ti.

*

—Te pasaste, Rafael.—Dijo un chico moreno, no recordaba su nombre, pero sabía que era primo de Kristen.

—Está buenísimo.—Habló otro dándole un mordisco al trozo de carne que tenía en la mano. Todos se rieron porque hablaba con la boca llena y les divertía aquello.
En realidad, todo los divertía y me gustaba ese clima donde lo que hagas lo encontraban con humor y diversión. Camila y yo estábamos teniendo un buen día y para terminarlo mejor seguíamos juntas. Yo estaba sentada con una pierna a cada lado de un tronco grande frente a la fogata, abrazada a Camila por la cintura quien estaba de lado apoyada contra mi pecho y de a ratos escondía el rostro en mi cuello soltando pequeños suspiros.

De vez en cuando le daba besos en la cabeza, mis brazos estaban a su alrededor todo el tiempo de forma protectora y yo sabía que a ella le gustaba aquello. Le encantaba que yo la tuviera así, que le diera besos delante de todos, que me pusiera a hablar solo con ella dejando de lado a los demás, sé que le encantaba que le dijera cosas lindas y aunque se ruborizara también le gustaba que le diga cosas delante de todos, además, ni hablar que desde que llegaron un grupo de chicas, amigas de los amigos de Kristen, Camila estaba aún más cerca de mí.

—¿Estás cansada?—Le pregunté llevando una mano a su mejilla para que me viera y así sostenerle el rostro cerca del mío. Negó apretando los labios en una sonrisa.—Te queda preciosa mi ropa.

Me había sacado una remera de las mías y simplemente llevaba aquello puesto ya que le quedaba enorme.

—¿Viste que la rubia de allá tiene la falda muy corta?—Solté una risa sobre sus labios.

—No sé. No vi.—Negué y entre cerró los ojos haciéndome reír aún más fuerte pero no tan alto.—Estoy contigo. Te miro a ti.—Le di un beso en la boca.

—Te conviene.—Me abrazó de la cintura  apoyando la mejilla sobre mi hombro y giré un poco el rostro para darle un beso en la mejilla que dejaba ver.—Te mato si haces algo malo.

—Entonces nunca.—Se rió dándome su boca para que la una con la mía. Así estuvimos un rato hasta que las carcajadas a nuestro alrededor nos sacaron de nuestra burbuja.

Se estaban riendo de algo que dijo Vero y no me sorprendía porque mi amiga tenía habilidad para decir cada pavada. Frente a nosotros en otro tronco estaba Kristen con algunas de sus amigas hablando entre ellas, pero más de una vez la había visto mirarnos a Camila y a mí. Además, no sacaba de mi mente que quizás ella pensaba que Camila y yo nos mostrábamos así a propósito.

Bajé un momento la vista a mi novia que estaba sonriendo mientras escuchaba lo que Dinah contaba y luego volví a mirar a Kristen. Le hice una seña con la cabeza para que se fuera a alguna parte y me entendió. Así que moví un poco a Camila y le di un beso en la mejilla cuando se alejó sentándose mejor.

—Ya vuelvo.—Le di un beso en los labios.

—¿Adónde vas?—Me tomó la mano cuando me  paré. Yo sabía que había visto a Kristen salir antes.

—Ella quiere hablar conmigo.—Su rostro se endureció un poco pero asintió de todos modos.—No me tardo y cuando vuelva, tú y yo podemos irnos.—Le sonreí mientras me inclinaba para besarla.

—Bueno.—Asintió no muy convencida y se fue con Dinah.

Caminé algunos metros lejos del grupo y vi a Kristen apoyada en un caer el de bienvenida grande, estaba de brazos cruzados y la mirada en el piso. Me acerqué a ella y sonrió al verme.

—Hey. ¿Todo bien?—Asintió.

—Sí, me lo estoy pasando genial.—Me reí un poco.—¿Estás bien?

—Sí, ¿Por qué estaría mal?—Se pasó una mano por el pelo.

—No lo sé.—Negué.—Kris, mira, no pienses que Camila y yo hicimos todo a propósito hoy. Se me olvida que estás y no quiero hacerte sentir incómoda con nada, de verdad.

—Está bien, Lauren.—Sonrió un poco.—Me gusta verte feliz. No voy a negar que se me hace un poco difícil porque te quiero, pero también por eso estoy contenta porque ella te hace feliz. La miras y te cambia el rostro. No te preocupes por mí, no dejes de tratarla como la tratas porque le gusta.

—Es un poco mañosa.—Me reí en voz baja.—Gracias. De verdad, no quería que pienses eso, ni que te pongas incómoda.

—No te preocupes.—Le restó importancia.—Por si te hace sentir mejor… Estoy saliendo con alguien.—Sonreí tomando su mano.

—¿De verdad?—Asintió.—¿Quién es? ¿Todo va bien? Quiero decir, ¿te trata bien y te cuida?

—Sigues siendo una protectora loca, ¿eh?

—Siempre. Vamos, dime.

—Sí, todo está bien. La conozco hace varios meses y días atrás… bueno, me dijo que quería salir conmigo, conocerme y eso. Le dije que sí, por supuesto. Ella es una persona encantadora. Y muy linda.—Se rió.

—Me imagino. Siempre tienes buen gusto, confío en ti.—Dije algo divertida y Kristen soltó una carcajada contagiándome—Me alegro por ti. De verdad. Te lo mereces.

—Gracias Lauren.—Nos abrazamos por algunos segundo hasta que ella se alejó mirando sobre mi hombro y me di la vuelta. Camila estaba yendo hacia nuestra cabaña sola y suspiré.—Oh. Quizás nos vio. Yo no quería…—Negó y la detuve.

—No, no eres tú.—Me pasé una mano por el pelo.—Es muy insegura y… ya sabes.—Kristen asintió porque ella había pasado por eso alguna vez.—Voy a irme. Discúlpame con los chicos.

—Tranquila. Les diré que se sentía mal y quería descansar. Nos vemos mañana.

—Hasta mañana.

Me apresuré por llegar  a la cabaña junto a Camila pero había entrado antes que yo así que abrí la puerta después que ella la cerrara. Entrando al lugar cerré con llave y fui directo al baño porque la sentí allí. Estaba buscando algo entre  nuestras cosas, donde ella había acomodado todo.

—¿Camila?—Se dio la vuelta para verme y sonrió de lado.—¿Estás bien?

—Sí. ¿Qué me va a pasar? Solo quería venir a la cama. Estoy cansada.—Dijo intentando pasar junto a mí, pero no pudo porque la detuve para abrazarla contra mi cuerpo.—Lauren…

—Estábamos hablando. Quería aclararle que… ya te dije hoy, me sentía mal, pero está todo bien.—Busqué  su mirada.—Me dijo que está saliendo con alguien. ¿Mejor?—Me dio una mirada seria ante mis palabras.—Recuerda que ella nos juntó otra vez.

—Lo hizo por ti, no por mí, Lauren.—Sacó mis brazos de su alrededor y salió del baño.

—Hey, no puedes ponerte así por eso. Es una tontería.—Me quedé en la puerta del baño viéndola levantar las mantas.—Bueno. ¿Quieres terminar así el día hermoso que pasamos juntas? Prefecto.—Negué molesta y dispuesta a salir de la habitación.

—No.—Bufó cubriéndose el rostro con ambas manos.—Perdón.—Luego las bajó y me vio desde la cama. Por supuesto no dudé en ir hasta ella.—Soy una idiota. Siempre lo arruino.

Me quité las ojotas que tenía y me saqué el short de algodón para luego ir hasta estar tendida de mi lado de la cama.

—Ven aquí.—Camila se dejó abrazar y apoyó medio cuerpo sobre el mío, con sus piernas y sus brazos por encima.—Te amo, loca celosa.

La abracé dejándola sobre mí y besándola lentamente. Colé mis manos bajo su remera y acaricié la piel de su trasero puesto a que también se había sacado los shorts.

—¿Todavía estás cansada?—Murmuró entre besos.

—En realidad, no lo estoy y esperé éste momento desde que llegamos. Así que mejor ponte a hacer algo.

Sonreí acercándome a su boca y la besé mientras dejaba que mis manos la acaricien por todas partes. Le hice el amor hasta que no pudimos más, terminamos agotadas y riéndonos por todo. Camila había intentado no gemir tan alto puesto a que las paredes de maderas, obviamente, no retenían tanto el sonido y nos habíamos divertido bastante con eso, en especial yo que quería hacerla perder el control de la situación y por supuesto lo logré.

Estuvimos abrazadas un rato mientras hablábamos y nos dábamos besos, había intentado tener más de ella pero me obligó a que la abrazara mientras me daba la espalda y finalmente se durmió luego de un rato.

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Ya estoy escribiendo para +1k de personas acá y yo pensé que no me iban a dar bola nunca. Así que muchas gracias.


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