♡ིུ Million reasons

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Parte dos de dos.

Estaba cansado, su cuerpo estaba adolorido por el duro entrenamiento que habían tenido esa mañana, pero no se podía quejar, era el último juego de la temporada y tenían que ganarlo. Eran las tres de la tarde y se encontraba caminando hacia su pequeño departamento, con la pesada mochila colgada en su hombro y en su otra mano cargaba su celular, cambiando de música. Con los audífonos tapando sus oídos.

Miro las calles casi desiertas por el frío de diciembre, los árboles secos y la helada brisa eran su única compañía en su recorrido. Tenía frío y eso hizo que sus manos se ocultaran en su sudadero negra. Lo único que deseaba era llegar a su departamento, prender la calefacción y tomar un café caliente con galletas.

Sus ojos miraron a lo lejos una panadería, así que cambio de curso y dio la vuelta hacia la izquierda. Su estómago gruñendo por hambre. Entro a la panadería, abriendo la puerta de cristal y fue recibido por el calor de la calefacción. Suspiro de gusto y sonrío a la chica que se encontraba en el mostrador.

—Buenas tardes—saludó la chica rubia, sonriendo con entusiasmo y el le devolvió aquel gesto. La chica era guapa, quizás más atractiva que su ex.

—Buenas tardes—Harry guiño un ojo, coqueto y la chica solo rió, sonrojada. El ojiverde camino hacia los estantes de panes, mirando cual se le apetecía más. Tomo una charola y unas pinzas, tomando dos panes en forma de flor y en medio cubiertos de mermelada. Después una esponja que se veía deliciosa y por último un pan en forma de media luna.

La chica los empaco en una pequeña bolsa café y pago con un billete, recibiendo el cambio y el número de celular de la linda chica llamada Kendall. Tal vez la invitaría a salir.

Salió del establecimiento, pero ahora decidió tomar otro camino, quería pasar por el parque, hace mucho tiempo que no lo hacía. Tomo un pedazo de pan y se lo metió a la boca, demasiado hambriento como para esperar a llegar a casa. Cruzó la calle, cuidando que no viniera ningún automóvil. Cuando subió a la acera miro su celular, eran las 3:12.

Miro hacia el parque, pero no se encontraban casi personas, solo una madre con su pequeña hija, una chica sentada en las bancas hablando por teléfono, y por último un chico sentado en el césped que quedaba, con su espalda recargada en el árbol. Frunció el ceño, nunca lo había visto cuando pasaba por el parque.

Siguió caminando hasta quedar lo suficientemente cerca para mirarlo con más detalle. Su cabello era castaño oscuro, su piel era blanca y era pequeño. Era un omega. Sus pasos se habían detenido y sus ojos lo miraban con detenimiento. En sus manos había un libro, y sus dedos estaban sobre las hojas, moviéndolos con sutileza. Bajo su mirada hacia el pasto y vio un bastón rojo doblado.

«No puede ver», pensó con una extraña sensación en su pecho. En sus 21 años jamás había visto a una persona invidente. Sacudió su cabeza y decidió seguir con su camino, no quería que alguien lo viera mirando al omega con tanto detenimiento y se confundieran las cosas. Quito los audífonos de sus oídos y los guardo en su pantalonera.

Vio de reojo que él omega guardaba el libro en la pequeña mochila y la cerraba, sus manos tomaron el bastón y se levanto con cuidado. Su corazón comenzó a latir con fuerza en su pecho cuando se dio cuenta que caminaba hacía dónde estaba él, tragó saliva y miro sus ojos azules como el cielo, que miraban directo a él. Se quedó ahí de pie, sin poder moverse y seguir con su camino.

El omega era tan bonito, incluso más que todas las chicas que ha conocido. Se sintió sonrojar. Cuánto más se acercaba el chico su olor lo empezó a embriagar, un aroma dulce y a primavera.

Camino hacia él, decidido hablar con el bonito Omega, aunque sean unos segundos. El bastón del omega choco contra su pie y miro la expresión facial del omega.

—Oh, perdone—murmuró, con unas mejillas sonrojadas—, no fue intencional.

Harry sonrío—: No hay problema, chico lindo.

Louis labio su cabeza hacia un lado, comenzando a jugar con su bastón. El olor a Alfa lo empezó a invadir sus sentidos. «Huele bien». Mordió su labio inferior.

Harry siguió hablando—: sin embargo, creo que me debes un café.

Louis soltó una risita avergonzada. Nunca había conocido a un Alfa que lo invitara a tomar café cuando su bastón chocara con su pie. Levanto sus ojos y Harry quería morir por aquella hermosa mirada.

 Levanto sus ojos y Harry quería morir por aquella hermosa mirada

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—¿Y porque debería?—pregunto, con ambas cejas levantadas.

Harry se acercó un poco más:—Te daría un millón de razones por la que deberías salir conmigo. ¿Las quieres oír?

El corazón de Louis se aceleró, y, por primera vez decidió aceptar la propuesta de aquel alfa que no conocía, sin saber si tenía malas intenciones con el.

—Me las dirás con un café caliente—su pequeña mano se extendió hacia el frente y Harry la tomo con rapidez, sin hacerlo esperar—. Louis Tomlinson.

—Harry Styles, tu próximo novio y esposo.

Louis se sonrojó furiosamente, soltando la mano de Harry. En ese momento deseando poder ver a aquel alfa.

—Eso lo veremos, Harry.

—Lo mismo dijo, Louis—susurró de vuelta.




Fue corto, pero solo quería terminar la segunda parte. Pronto actualizare.

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