Princess

♡ིུ Baby

8

Sus manos temblaban ligeramente, sus ojos estaban fijos en el reloj y su cuerpo recostado en la cama de su habitación.

—Solo tres minutos más—miro la prueba de embarazo de nuevo y tragó saliva. Sabía que antes no había probabilidades de que estuviera en estado, porque era virgen, pero su celo había sido hace un mes atrás y lo había pasado con su alfa, y a pesar de que Harry se había resistido un poco a sus lloriqueos lastimeros y su olor, no pudo evitar tomarlo en su primer celó juntos. Así que las probabilidades habían aumentado.

El reloj seguía avanzando con lentitud ante sus ojos, con el constante sonido que se repetía en sus oídos sin parar "tic tac". Mordió su labio inferior con fuerza, deseando devolver el tiempo y haber hecho caso a Harry sobre esperar a tener relaciones en sus celos, pero por su terquedad a querer entregarse a Harry había sido tan grande que tuvieron su primera vez en la cabaña de los padres de Harry.

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—Louis, yo pienso que debemos esperar—él omega negó con su cabeza y se removió con fuerza sobre el rezago del ojiverde, con sus mejillas rojas y sus ojos brillantes.

Louis dio una tímida sonrisa mientras deslizaba su mano en el cierre de los jeans del alfa, desesperado por tocarlo.

—Tienes que ayudarme, duele.

Harry lo miró por unos segundos y negó con la cabeza repetidas veces.

—No estás pensando, puedes quedar en estado.

—No, mira lo que conseguí—su mano temblorosa fue hacia su bolsillo trasero, sacando un condon que había robado a su hermano mayor—. Ayúdame, Harry. Me duele dentro.

Harry tragó saliva. Sus dedos acariciando los muslos del omega—: Lou, estas en celo, algo puede salir mal.

Louis cerró sus ojos con fuerza, era la segunda vez que Harry lo rechazaba en su celo. Tomó aire y se levantó del rasgo de Harry, el cual lo miraba nervioso.

Solo le quedaba una opción, y era la que Sasha había sugerido: provocarlo.

—Cierra los ojos.

—¿Que?—Harry lo miró con el ceño fruncido.

—Solo cierra los malditos ojos—el rizado obedeció, no muy convencido.

Louis se colocó en frente de Harry y se quitó sus vans sin hacer ruido, prosiguiéndo con el cierre de sus jeans negros. «Tú puedes, que no te avergüenze tu cuerpo». Miro el techo y fue quitando su pantalón, sus mejillas tomando un intenso color rosa y sus ojos dieron un brillo de pena al encontrarse semidesnudo con su novio.

Decidió dejarse la camisa blanca, le cubría parte de su gordo trasero y se sentía mejor. Sus dedos fueron hacia atrás; húmedo, está húmedo. Tragó saliva avergonzado.

—¿Louis?—Harry habló despacio. El menor se guardó un jadeo de calor. Su piel estaba caliente, su entrada estaba lubricando y comenzaba a contraerse con el simple olor de Harry.