El pasado

3.3K 215 27
                                    

Marinette sin decir nada más entró de golpe a la oficina donde se encontraba el rubio, esta se acercó a su escritorio y lo vio con una mirada llena de nostalgia.

- ¡Discúlpame por entrar sin avisar!-exclamó la joven. - Es que... vi a Félix salir de aquí hace unos momentos y... quería saber que ibas a hacer.-dijo acercándose al rubio.

- ¿Acaso tengo otra opción?-dijo el joven desanimado.

- No me digas que... vas a entregarle la empresa.-dijo la chica abriendo más los ojos.

- No quiero que le haga daño a nadie, por mí, estaré bien si nadie está en peligro.-respondió el rubio.

- ¡No puedes rendirte ahora!-exclamó la azabache casi gritando.

Adrien volteó a verla, se había sorprendido por su reacción, sus ojos brillaban al ver su actitud tan firme.

- Te he visto trabajar muy duro para poder mantenerla, para llevar adelante esta empresa poco a poco, es posible que hayas caído, yo no sé, porque vine hace unos meses.-dijo haciendo una pequeña pausa. - ¡Pero esa no es la solución! Si tanto adoras esta empresa, ¿Por qué no seguir luchando por ella?-dijo la chica en tono firme.

La azabache le brindó una cálida sonrisa, desde que ella había llegado, el joven había admirado esa actitud de ella, sin duda había cambiado demasiado a como era antes, y simplemente le gustaba.

- Gracias, Marinette.-dijo el rubio en un tono dulce. - Voy a luchar por esto que tanto quiero, y voy... o más bien dicho, vamos a lograrlo.-dijo con tono firme.

El rubio se sentía aliviado, una vez más Marinette le había brindado esa paz que desprende, sus palabras lo hicieron animar para no dejarse vencer.

- Pero... quisiera saber exactamente cuál es la razón de la rivalidad con tu hermano.-preguntó la chica.

El joven solo dio un gran suspiro y se dio la vuelta para ver a través del enorme vidrio, como si estuviera recordando algo.

- Félix y yo éramos muy unidos desde pequeños, siempre fue mi hermano, amigo y hasta mi cómplice en nuestras aventuras, solíamos pasarla bien, él siempre cuidaba de mí, porque yo era el menor, nos queríamos mucho... como si fuéramos fieles compañeros. - dijo sonriendo. - Pero... un día, él se fue de casa.-dijo haciendo una pausa. - Nuestra madre estaba muy enferma, sufría de una enfermedad del corazón, yo cuidaba de ella constantemente, un día Félix decidió irse, dijo que iba a estudiar duro y se convertiría en doctor para ayudarla... ese día, todo cambio en mí, lo extrañaba y mucho, prometimos estar siempre juntos y... yo pensé que se había roto esa promesa, yo también quise ayudar, no quería quedarme de brazos cruzados, mi padre y hermano se esforzaban mucho, por eso cuando cumplí los 18 años, lo más pronto posible me fui de París para estudiar y a la vez trabajar aquí en Italia, quería ayudar también, un año después decidí volver a casa, para ver como seguía mi madre... pero ese día...

********

Era un día de invierno, él volvería pronto a su país natal, Francia, estaba ansioso por ver pronto a su familia.

Cuando bajó del aeropuerto fue directamente a su casa, no había dicho nada acerca de que venía, quería que fuese sorpresa, al llegar logró ver a Félix salir de la puerta.

- ¡Félix!-exclamó su hermano emocionado.

- Adrien...-dijo un poco desanimado.

- ¿Félix? ¿Qué ocurre? ¿Acaso no te alegra verme?-preguntó el rubio sonriendo.

- ¿Dónde estuviste todo este tiempo?-preguntó subiendo su tono de voz.

- ¿Qué?-preguntó Adrien confundido.

ReencuentroWhere stories live. Discover now