Reencuentro

El verdadero beso

Marinette estaba viendo que vestido iba a usar, pero simplemente no se decidía por cual usar, quería verse linda para su cita.

Estaba feliz de que hoy tuviera el día libre pues podría pasar toda la tarde con Adrien.

Fue entonces que escuchó su celular sonar, era Alya.

- ¡Hola Alya!-dijo respondiendo a la llamada.

- ¡Marinette! ¿Cómo estás?-dijo animada la morena.

- Bien, me alegra de que me llamaras Alya, necesito tu ayuda.-dijo la azabache.

- ¿Mi ayuda? ¿Qué sucede?-preguntó curiosa.

- Bueno... es que hoy... voy a tener una cita con Adrien.-dijo poniéndose sonrojada.

- ¡¿Qué?!-exclamó la peli castaño gritando lo cual hizo que Marinette alejara por un momento el celular de su oído casi dejándola sorda por completo. - ¡¿Por qué no me habías dicho nada?!-exclamó alterada.

- Bueno, fue muy reciente, ayer me invitó.-respondió ella.

En ese momento la joven recordó el momento cuando le pidió salir con ella y solo volvió a sonrojarse.

- Bueno... ¿Y para qué necesitabas mi ayuda?-preguntó Alya.

- Oh, es cierto, quería que me aconsejaras de que vestido puedo usar, realmente estoy en una situación indecisa.-dijo mirando su ropero.

- Yo tengo la respuesta a tu duda.-dijo la morena de manera pícara. - ¿Recuerdas aquel vestido rosa con adornos blancos? Fue uno de los primeros que hiciste, y sinceramente me gusta el diseño, es muy bonito.-comentó la peli castaño.

- ¡Tienes razón!-exclamó Marinette.- Lo había olvidado por completo.-respondió.

En ese momento la azabache buscó en su ropero aquel vestido rosa con adornos blancos, llegaba casi al cuello, era algo corto, y en la parte de la cintura tenía un lazo blanco, era algo sencillo pero sin duda no perdía su belleza.

- Veo que te quedaste sorprendida.-dijo Alya. - Yo sé que siempre te salvo en estos casos, soy muy lista.-dijo riéndose.

- No sabía que podías ser tan presumida.-dijo divertida.

- ¡Oye! Bueno, es posible.-dijo ella.- Por cierto, ahora quelo recuerdo, nunca me dijiste que pasó con Dugès.-dijo acordándose de la situación.

En ese momento la azabache recordó cuando el castaño se le había declarado, dijo que el entendía los sentimientos de la chica, pero todavía se sentía algo mal por eso.

"Está bien, yo lo entiendo, sé que estás siendo sincera por como ves al señor Agreste".

Esas fueron las últimas palabras que vinieron a la mente de Marinette, luego siguió hablando con Alya.

- Bueno, él me entendió, sabe que no estoy enamorada de él.-explicó la azabache.

- Vaya, sí que es una buena persona, no entiendo como lo rechazaste.-dijo Alya divertida.

- Bueno, sabes la razón, me hubiese gustado no rechazarlo pero, con que seamos amigos, todo estará bien.-dijo sonriendo.

- Bueno... volviendo a lo de la cita, buena suerte, Julieta.-dijo la morena riéndose.

- ¡Eres muy graciosa!-exclamó la azabache.- Bueno, te llamaré luego, se me va a hacer tarde.

- ¡No se te olvide contarme todo! ¡Quiero detalles!-exclamó la peli castaño.

La morena se despidió y luego solo colgó el celular.

La azabache volvió a dar un vistazo al vestido color rosado y solamente sonrió.