Una propuesta

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El rubio por un momento pensó en detenerse, le había prometido que no iba a acelerarse pero luego no le importó eso y solo unió sus labios con los de la chica en un tierno beso.

Ella pasó puso sus manos en el cuello del rubio mientras se dejaba llevar por el beso un poco lento dado por el rubio.

Pero en ese momento escucharon unos toques en la puerta y se separaron rápidamente.

- ¿Justo ahora tenían que tocar?-pensó el rubio molesto.

- Después seguiremos con esto.-dijo el rubio en tono pícaro.

Ese último comentario hizo poner a la azabache más roja que un tomate.

Adrien fue a sentarse en su respectivo lugar, y Marinette solo optó por quedarse parada y disimular, porque realmente tenía algunos ataques de nervios.

- Adelante.-dijo el rubio.

En ese momento entró a la habitación el señor Stefano Ambrossini, ambos se quedaron muy asombrados por su visita.

- Señor Ambrossini.-dijo Adrien un poco confundido.- No pensé que vendría hoy a vernos. ¿Desea algo?-preguntó el rubio.

- Mis cordiales saludos Sr. Agreste y también a usted Srita. Dupain, disculpe si he interrumpido su trabajo, no era mi intención.-dijo Stefano.

- Buenos días Sr. Ambrossini.-dijo sonriente la azabache.

- No se preocupe, no ha interrumpido.-dijo Adrien medio sonriéndole.- ¿Quiere que le traiga un poco de agua?-preguntó el rubio.

- No, así estoy bien, gracias.-dijo Ambrossini.- La razón de mi visita es porque, bueno sabe que quede fascinado por su desfile de modas, no sé si se dio cuenta pero hasta hice un comentario en el periódico de la ciudad.-dijo el empresario.

- No, no me había enterado.-comentó Adrien sorprendido.

- Bueno, ya que no lo ha visto, aquí está.- dijo mostrándole el periódico.

El joven tomo el periódico y empezó a leer:

"Éxito en el desfile de modas en AG Designs"

La gran fama que tuvo el desfile de modas de la famosa empresa causó mucho furor en varios países de Europa y algunos en América.

La empresa es dirigida por el famoso empresario Adrien Agreste el cual es admirado por miles de jóvenes que a diario van a verlo a la puerta del lugar.                                                                                  

El millonario empresario, Stefano Ambrossini, famoso por varias de sus empresas en Italia asistió al evento e hizo un comentario a la dicha empresa:

"El evento fue una gran celebridad, estuvo a la altura, los diseños fueron muy originales, y que decir del Sr. Agreste, es una gran persona y me recibió de una manera cordial, quedé muy sorprendido y agradecido a la vez."

El Sr. Ambrossini comentó que está dispuesto a volver a la empresa para ver otros de sus deslumbrantes proyectos.

Adrien terminó de leer la nota junto con Marinette, ambos se veían sorprendidos y felices por el comentario del empresario.

- Ahora que ya lo saben, es por eso que vine a hacerles una propuesta.-comentó el castaño.

- ¿Una propuesta?-preguntó algo confundido el rubio.

- Bueno, como usted sabe, mi trabajo es llevar a grandes empresas al éxito, más alto del que ya poseen, ir a otro nivel, no sé si me doy a entender.-explicó el empresario.

- ¿Realmente nos dará una oportunidad?-preguntó Adrien algo sorprendido.

- Quiero hacer de esta empresa algo enorme, ayudarles a dar el salto que necesitan, es por eso que mi propuesta es financiar su empresa, claro que no voy a quitarle su lugar señor, pero tendré un puesto similar.-siguió explicando.

- ¿Un puesto similar? ¿A qué se refiere?-preguntó Adrien.

- Bueno... es casi lo mismo que usted realiza a diario ya que yo voy a poner una mano aquí, pero no es nada que vaya a afectarle a usted ni a su empresa, así que no se preocupe.-explicó el castaño.- Aquí le dejo el contrato, no se preocupe puede leerlo las veces que quiera, le daré un lapso de una semana para decirme su respuesta.-dijo Stefano.

Adrien solo agarró el escrito y empezó a verlo, sinceramente el no entendía mucho de estas cosas.

- Muchas gracias Sr. Ambrossini, le estaré dando la respuesta esta semana.-dijo el rubio.

- A ustedes gracias, me despido por hoy.-dijo el empresario.

Antes de salir él se quedó viendo fijamente a la azabache y medio sonrío, ella no se había percatado de esto pero luego volteo a verlo haciendo que desviara la mirada, lo cual a Marinette le pareció extraño.

Salió de la habitación dejando solo a ambos jóvenes.

- ¿Y qué piensas hacer?-preguntó la joven.

- No lo sé, primero tendría que revisar esto con un abogado para que pueda leerme esto y decirme si es seguro.-dijo Adrien.

- ¿Acaso crees que podría estar engañándote?-preguntó curiosa.

- No creo que tenga razón para hacerlo, solo quiero asegurarlo.-dijo el rubio.- Por cierto, deja de referirte en singular, ahora tú también eres parte de esto.-comentó el rubio.

- Tiene razón jefe.-dijo Marinette riendo.- Bueno, creo que voy a retirarme.-dijo levantándose de la silla.

- ¡Espera!-dijo el rubio tomándola del brazo.

Marinette solo se dio la vuelta y en un momento la tiró de un pequeño jalón haciendo que se acercara más a este.

Ella solo miró directamente a los ojos esmeraldas del rubio que llegaban a hipnotizarla de una manera inexplicable.

- Quiero que salgas conmigo, mañana, por la tarde.-dijo el rubio.

La azabache solo se sorprendió por su propuesta, no se lo esperaba.

- Está bien, acepto porque creo que no tengo otra opción, no tiene remedio usted Sr. Agreste.-comentó la azabache divertida.

- Solamente quiero estar más cerca de usted.-dijo el rubio.

Luego soltó lentamente a la azabache, ella solo le sonrió, esa acción hizo ruborizar un poco al rubio pero trato de ocultarlo al instante.

- No se te vaya a olvidar, mañana a las 3:30.-dijo Adrien sonriéndole.

- Entendido, 3:30, nos vemos Sr. Agreste.-dijo saliendo de la habitación.

Al cerrar la puerta esta solo se puso a gritar como loca en su interior dando pequeños saltos, no podía creer lo que estaba pasando, finalmente iba a salir con su excompañero de escuela y ahora su jefe.

- Solo espero que todo salga bien.-pensó en su mente.

ReencuentroWhere stories live. Discover now