{Capítulo 10}

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La habitación de Danielle se ubicaba en el segundo piso, y como el pequeño ascensor que funcionaba para llegar hasta el ático estaba descompuesto, Logan se vio obligado a  usar las escaleras. No le molestaba usarlas, pero los recuerdos que florecían en su mente cada vez que usaba el elevador no tenían precio. Amaba ese pequeño espacio para no más de cinco. Al entrar en la habitación de su novia se encontró con su bello reflejo en el espejo de su tocador. Se estaba retocando el maquillaje; brillo labial color rosa atardecer y máscara de pestañas que realzaban el castaño de sus ojos.

En cuanto la imagen de Logan se reflejó a sus espaldas, aventó todo lo que había en sus manos y corrió a sus brazos, como una pequeña niña que vuelve a ver a su padre.

— ¡Mi amor! —le reconfortaba sentir los fuertes brazos del joven rodeándola.

— Te extrañé. No podía soportarlo más y por eso pasé a verte.

Danielle se separó de él, rosando sus labios contra su piel hasta presionarlos sobre los de Logan. Aquel simple acto desencadenaba dentro de él una montaña rusa de emociones.  

— Me encanta que lo hayas hecho. Tengo algo que quiero mostrarte.

— ¿Qué cosa?

Ella soltó una risita divertida, mientras se adentraba en el armario. Logan, por otra parte, no podía dejar de sentir curiosidad. Al cabo de un segundo Danielle apareció, apoyándose sobre el marco y escondiendo algo a sus espaldas.

— ¿Qué tienes ahí?

Mordió su labio inferior, dio un paso adelante y develó un bello vestido corte sirena. El mismo era encantador, pero el color y estado de la tela le restaban puntos en elegancia. El verde olivo ya no estaba muy de moda, y se notaba que en algunas áreas estaba algo desgastado y arrugado.

— ¿Te gusta?

Definitivamente no era el mejor vestido del mundo. Cuando había salido a recorrer tiendas con Alice había visto un sinfín que le sentarían de maravilla. Pero ninguno de los estilos o modelos que se le ocurrían, incluyendo las objeciones que tenía para decir, sirvieron de algo en cuanto vio aquella singular sonrisa. Estaba feliz y él no era nadie para arrebatarle eso.

— Si a ti te gusta a mí igual —se acercó a ella y besó sus labios—. Ya no puedo esperar para verte en él —susurró cerca de su oído. Danielle rió divertida, sintiendo como sus mejillas se ruborizaban.

— Me alegra que te guste. En verdad es muy importante para mí ya que este vestido tiene una historia.

— ¿En serio?

— Ajá. Este vestido fue el mismo que mi madre uso en su noche de graduación cuando conoció a mi padre. Según ella fue un momento mágico. Yo solo quiero intentar ver si nuestra noche será igual de especial que la de mis padres.

— Y lo será —tomo a la joven por la cintura, mientras que ella depositaba el vestido sobre la cama—. Te prometo que será la mejor noche de graduación... —pegó su frente con la de ella.

— Eso espero. Mi madre está feliz de que utilice su vestido... y yo me siento orgullosa de hacerlo. Te juro que soñé toda mi vida con usar ese vestido. Sentía que cuando me lo pusiera sería mi momento mágico y conocería a un chico que fuese solo para mí —sintió la respiración cálida de Logan sobre sus labios—. Y que estaríamos juntos... para siempre.

— Tú ya encontraste a tu chico, pero aun así, éste chico intentará darte la más mágica de las noches que hayas podido imaginar.

— Cualquier momento es mágico cuando tú estás conmigo.

MANIPULADO | Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora