Capítulo 32 (Final)

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Estaba en shock, acostada en mi cama mirando en un punto fijo, sin saber que decir, que hacer solo sentí que mi vida paró recordando que tenía que respirar debido a tanto dolor que sentía, en un llanto inmenso trate de aliviarlo pero me era imposible y como no si había perdido algo irreemplazable.

Hace un mes que murió mi madre y la herida y el dolor en mi aún no sana, en su entierro solo quise estar yo, todas las personas que fueron las corrí, nadie comprendía realmente no dolor, ¿Creían que con un lo siento terminaría todo mi dolor?, ese maldito sentimiento de quitarte a la persona que más quieres es irreemplazable, no sabia hasta que punto podía soportarlo. Desde hace dos semana que no salgo de casa, mi aspecto es horrible, me alimento con lo poco que quedó en la despensa y notablemente he adelgazado, mi piel es más pálida de lo normal y las ojeras son terriblemente notorias, pareciera que estoy muerta en vida y justo como me siento. Al día siguiente a pesar de mi estado llame a mi hermano para darle a conocer la noticia y hasta después de tres días respondió tan solo para decirme un "Está bien, veré cuando voy " después de eso colgó, quería volver a marcarle y decirle todo lo que se merecía, pero era una pérdida, ya era suficiente él dolor que sentía.

De Ian no volví a saber nada y lo agradecía, y a pesar de todo no podía ocultar que seguía sintiendo sensaciones demasiado fuertes por él, es masoquista que a pesar de todo lo siga queriendo, aunque también es ilógico olvidarlo en tan solo un mes, pero joder rompió mi corazón en mil formas posibles y aun así lo sigo queriendo y anhelando como el primer día. Lo peor es que al pensar en él recuerdo a mi padre y eso me llena de rabia cómo es posible que lo haya matado y a pesar de que en un principio no lo creí, busque de nuevo a Damien y me lo confirmo y aunque me dijo que solo fue un accidente que él no tenía la culpa me da asco pensar a Ian con un arma entre sus manos y disparándole como un cobarde, eso es lo que era para mí.

-Joder Natalie ninguno de los dos tuvo la culpa, tu padre por quererse ganar unos dólares fue hasta ese almacén por un paquete que le encargaron sin saber en lo que se metía, Ian tuvo que hacerlo, tuvo que dispararle, era su cabeza o la él, pero te aseguro que no sabía que ese hombre no tenía nada que ver, tu padre solo hizo lo que le pidieron. Después se enteró que tu eras su hija, hizo lo posible por acercarse a ti y así fue como terminó todo -Eso fue lo que me dijo Damien al ir a buscarlo , le creí, pero aún así la repugnancia y el dolor que tengo hacía Ian ahora me es incontrolable.

Una parte de mi no quería continuar por más tiempo así en esta escoria, así decido levantarme y hacer algo por mi vida, hacerlo como hace años se lo prometí a mamá, quería dejar todo e iniciar de nuevo. Hace tres días aún con dudas acepte la petición de la Universidad en Londres, a pesar que me dijeron que ya había expirado rogué y me concedieron una entrevista vía Skype, por suerte recupere la beca.

Voy hasta mi baño, me desvisto, me miro en el espejo que hay en esta y miro mi rubio cabello enredado, mi delgadez es muy notoria, y la cicatriz de hace casi dos meses extiende una delgada pero abultada línea desde la clavícula hasta el hombro, cierro los ojos y doy un ligero suspiro abrazándome a mí misma ante la soledad y el dolor que siento, voy a la regadera y meto mi cuerpo al agua caliente, enjabono mi cuerpo y cabello, en cuanto salgo voy hasta mi computador donde me llego una notificación, es la confirmación de mi vuelo a Londres. De mi armario saco una chaqueta negra, unos jeans y botas militar del mismo color y me visto.

Antes de ir hacia el aeropuerto decido pasar hacía la cabaña donde me había llevado Ian, una ola de recuerdos me invaden, siento que me derrumbare en cualquier momento, pero esto no es lo que quiero, no ahora, camino hasta la desgastada puerta de madera y paso mis dedos sobre está mientras recuerdo todo lo que Ian me dijo, todas sus promesas, cuando me pidió que me quedara, pero lo que más inunda mi mente fueron aquella últimas palabras que me dijo y por último el recuerdo desgarrador de mi madre aún en el piso revoloteaba en mi cabeza llamándome a gritos, era suficiente, tenía que cesar este dolor; con un nudo en la garganta camine de vuelta, tomé un taxi en la carretera indicando que me llevara hacía el aeropuerto.

Para Siempre #PS1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora