Capítulo 24 "Pasado"

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-Ven aquí- Tomo de mi mano, baje del auto el frío de la noche se hacía presente, nos encontrábamos en medio de la nada, literal, Ian me condujo hasta los adentros de un bosque, ya era muy noche y mi cuerpo pesaba, sinceramente no entendía el porqué esa necesidad de traerme hasta aquí.

-Espera un momento- me detuve en seco- ¿Qué hacemos en este sitio?- Pregunté cruzandome de brazos.

-No hagas preguntas y camina- Dijo serio, me preocupe un poco y por un momento recordé las palabras de Eva.

Después de diez minutos caminando, por fin llegamos, era parte de un bosque, pero no cualquiera, daba un aspecto como el de aquellos cuentos de terror que de pequeños solíamos escuchar, aquellos que nos atemorizaban, el ruido era inaudible, tan solo se escuchaban nuestras respiraciones, a unos metros se encontraba una pequeña cabaña, un lago se encontraba cerca, pero se asemejaba más a un pantano, el simple hecho de encontrarme aquí me daba un temor, este era el escenario perfecto para una película de terror, era sin duda una naturaleza completamente muerta.

-¿Qué hacemos en este lugar?- Mi voz era temblorosa no sabía con exactitud si era por el frío o el miedo que sentía.

-Si crees que te he traído hasta este sitio para secuestrarte, abusar de ti y matarte, te equívocas- Frunció los labios, lo mire confundida

-¿Entonces?- Me atreví a preguntar

Una sonrisa se postró en su cara, pero no cualquiera, era una sonrisa que caracterizaría a cualquier psicópata antes de asesinar a su víctima a sangre fría, pero con una pizca de tristeza; me acerque y me senté a un lado suyo y lo miré fijamente tratando de descifrar lo que trataba de decirme.

-Es tan ridículo saber que te he traído para que conozcas este sitio a donde suelo venir, tal vez esperabas que fuese un lugar hermoso, pero no, es este- Su rostro estaba neutro, pero su mirada mostraba tristeza y me dolía el no saber qué le sucedía- Te diré una cosa, este maldito lugar me trae recuerdos imposibles de borrar-

-Ian, que es lo que te sucede, sabes que estoy para ti, se que esto es tan cliché, pero dejame entrar a tu corazón, saber lo que sientes, saber lo que tienes en tu cabeza, permíteme ser yo quien te guíe, tal vez no sea lo mejor para ti, pero haré mi mayor esfuerzo-

-Natalie, no quiero perderte, se que si te cuento mi pasado huirás, no querrás saber nada más de mí y yo de verdad no quiero perderte- Me dolía verlo así, tenía que ayudarlo, no me perdonaría verlo sufrir

-Aun así seas el causante de mi muerte, jamás me alejaré de ti- Era demasiado masoquista pero qué más podía hacer, si él se ha convertido en el camino por el cual quiero luchar.

Me dedico una mirada tratando de averiguar si debía decirme o no, pero al final decidió hablar- Mi madre era una prostituta, pero a pesar de eso era hermosa, tenía el cabello oscuro, ojos verdes y una piel bronceada, en cambio a mi padre jamás lo conocí, en cuanto supo que yo iba a nacer la dejo sola; cuando tenía siete años uno de sus tanto clientes que estaba bajo los efectos del alcohol la mató mientras yo veía como la apuñalaba, ella murió en mis brazos- Una lágrima resbaló por su mejilla- las últimas palabras que me dijo fueron: quiero que seas un buen hombre, siempre seguirás siendo mi pequeño. Pero mírame ahora soy todo lo contrario- Me partía el corazón verlo así, lo estreche entre mis brazos mientras susurraba un -tranquilo, tu madre debe estar orgullosa de ti-

-¡No!, ella estaría todo menos orgullosa, después que murió jure vengarme, crecí en el peor barrio, peleaba comúnmente, conforme fui creciendo mi vida se convirtió en peleas y alcohol, participa en peleas callejeras, cada vez fui siendo más peligroso, al cumplir los diez y siete encontré a ese enfermo; él fue el primero de mucho a los que he matado, dos años después maté a mi padre, dime qué persona asesinaría a su propio padre. Desarrolle una reputación terrible, participaba en peleas clandestinas, llegue a matar con mis propias manos a muchos, desde entonces mis pensamientos solo se basan en ser el rey del mundo clandestino, nadie se ha interpuesto en mi camino, me tienen miedo. Natalie todos huyen de mí por miedo a correr con la misma suerte de aquellos-

-Yo no te tengo miedo, podrás ser un monstruo, pero se que detrás de todo lo que demuestras está el verdadero Ian, ese que yo conozco- Hable segura.

-Natalie, no sabes lo que dices- Dijo entre dientes

-No Ian, se perfectamente de lo que hablo, sabía el riesgo que implicaría quererte y aun así lo hice, a mi no me importa tu pasado, me importas tú y lo que seamos en un futuro, solo necesito que me permitas estar a tu lado- Me acerque a su lado y lo bese, haciéndole saber que lo necesitaba, necesitaba hacerlo entender que él era todo lo que quería y sin importar lo que haya hecho para mi no habrá ninguna barrera, nos separamos por falta de aire, comencé a temblar por el frío que hacía, además de que ya era muy noche.

-Ven pequeña, vamos adentro- Tomó mi mano y nos introducimos dentro de la pequeña cabaña, a pesar de que por fuera se veía descuidada, por dentro era hermosa y estaba bien conservada, no me lo explicaba, pero supuse que Ian era el que cuida de esta.

-Es muy noche y es necesario que duermas- depósito un pequeño beso en mi frente y se dispuso a salir de la habitación.

-Espera- Lo detuve- No quiero dormir sola- Me miro confundido pero enseguida cambió su gesto y se acercó a mi.

En cuestión de minutos nos encontrábamos los dos acostados, tomó mi cintura y me acerco a él mientras acariciaba mi cabello con su mano, los párpados comenzaban a pesarme y no tarde mucho en caer profundamente dormida no sin antes escuchar su tranquilizante voz cerca de mi oído.

-Buenas noches pequeña- dijo mientras daba un último beso en la coronilla de mi cabeza.

Para Siempre #PS1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora