Capítulo 30 "Te necesito aquí conmigo"

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Estaba hundida en mis pensamientos mientras Damien maneja y me miraba de reojo en repetidas ocasiones pero sin decir ni una sola palabra; quería gritar, quería que todo él mundo supiera mi indignación, quería llorar y desahogarme pero me resultaba imposible, permanecía en un estado de shock la mirada fija en la ventanilla del copiloto mientras él auto se movía entre la desolada obscuridad de la noche. Después de un tiempo me dejo en mi casa ya el sol estaba saliendo y antes de traerme hasta mi hogar me llevo con un tipo para que se asegurara de mi herida.

-Natalie- Me llamó en cuanto baje del auto pero no me gire a verlo.

-Ahora no Damien... Ahora no- Cerré la puerta y me dirigí a entrar a mi casa, cuatro entre todo estaba obscuro y el sonido de mis pasos era lo único que se escuchaba, recorrí toda la casa en busca de mamá pero no se encontraba así que me fui directo a mi habitación y sin más me tire al suelo mientras partía en llanto. No tenía idea de cuanto dure así hasta que fui a la ducha me mire en el espejo y era una asco total, el vestido estaba totalmente estropeado, mi piel era un asco estaba sucia y pequeños cortes por todos lados más un vendaje que cubría parte de mi hombro derecho, comencé  a  quitarlo con cuidado   junto con la pequeña banda que cubría la herida que aún estaba fresca; quite todo lo que tenia encima y mientras me miraba en el espejo no pude contener el llanto y volver a llorar mientras recordaba todo, además estaba exhausta había durado varias horas inconsciente antes de que despertara y encontrara a Ian para después sucediera todo aquello.

-Dijiste que nunca te aburrirías de mi- Toque él espejo mientras veía mi reflejo pasando mis sucios dedos por el vidrio- Me pediste que jamás me alejara de ti, prometiste que jamás te alejarías de mi, ¡Pero lo hiciste!, ¡Fuiste tú quien termino por irse!- Golpee con toda mi fuerza el espejo provocando que tan sólo se estrellara un poco y que yo soltara un grito de dolor, pero no físico si no emocional; siempre creí que eso de sufrir por alguien era una tontería, pero es tan fácil decirlo y tan difícil comprobarlo, sentir una opresión en el pecho y el llanto incontrolable, deseaba que esto no estuviese pasando pero no puedes cumplir cada cosa que desees.

Me metí a la ducha lavando cada parte de mi cuerpo tratando de no lastimarme, salí y coloque ropa cómoda  que me cubrirá hasta él cuello y muñecas evitando que mamá viera mis heridas. Cuando baje hasta la sala ahí estaba, su rostro estaba cansado, en cuanto me vio dejo la taza de té que sostenía entre las manos y se levanto acercándose unos pasos hacia mi.

-¡¿En donde estabas?!, ¿Crees que es correcto irte no se a donde sin avisar y tenerme en vela mientras me imaginó que algo pudo haberte pasado?- Reprocho mientras contenía él llanto.

-Lo siento, el móvil se me quedo sin batería- Me excuse sin darle importancia mientras miraba él suelo, no podía mirarle a los ojos mientras le mentía

-Llame a todos tus compañeros y todos me dijeron que te marchaste desde muy temprano, e incluso Liam dijo que no te vio desde que llegaron, fui a la policía y me dijeron que no podían hacer nada hasta que no pasarán 48 horas, que tal vez debías estar con alguna amiga, que las jóvenes de tu edad se van a un antro a pasar la noche con algún hombre, para ti es fácil, ¿No?, nunca habías hecho esto, ¿Por qué lo haces ahora?-

-No quiero hablar contigo, además ya no soy una niña, así que dejame en paz- Me miro incrédula e impacto su mano en mi mejilla, me fui a mi habitación corriendo; no la culpaba, mi actitud con ella había sido detestable, jamás habíamos discutido y siempre nos habíamos dicho todo sin importar lo que fuera y sin embargo le había fallado.

No salí de mi habitación en toda la tarde, simplemente me sentía culpable, además de tan solo estar pensando en lo ocurrido me ponía paranoica y no esta de más decir que tenía los ojos rojos de llorar y todo él cuerpo me dolía tremendamente. Ya era pasado de las 11:00 pm. Tome las llaves y salí a la calle aprovechando que ya estaba dormida mamá, en cuanto abrí la puerta de entrada allí estaba Liam vestía unos jeans y una sudadera gris, me dedico una sonrisa; cerré la puerta tras de mi y lo lleve a unos pasos lejos de la casa, para evitar que cualquier cosa que dijese llegara oídos de mamá.

Para Siempre #PS1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora