Lexa es camarera en una discoteca de ambiente en Nueva York, le encantan las mujeres e ir de cama en cama disfrutando de la vida y sobre todo del sexo sin ataduras. Su trabajo le permite conocer a todas las mujeres que quiere y su irresistible apari...
Octavia se ha quedado más de una vez mirando a Clarke durante el día, en algunos momentos ésta parecía ausente, como si su mente corriera a una velocidad que ella no alcanzaba, pero también entiende la lucha interior que tiene su amiga, ya que ella es la única que sabe lo que pasó la noche anterior y esa misma mañana con Lexa, a las demás, solo les ha contado que discutieron y que no le apetecía estar más rato en la discoteca por si se la volvía a cruzar.
Después de ponerse el pijama y meterse en la cama, pasan pocos minutos hasta que Octavia se queda dormida, Clarke por su parte, finge estarlo durante un rato para que su amiga no sospeche nada. Coge su móvil silenciosamente y decide que escribirle es la mejor opción.
- Puedes venir cuando quieras – teclea algo nerviosa, mirando de reojo como Octavia duerme como un tronco.
Lexa no se hace esperar ni un segundo, la verdad es que la ex camarera lleva esperando ese momento todo el día, y Clarke sonríe cuando lee en la pantalla, justo debajo del nombre de Lexa, un 'Escribiendo...'
- Dame 15 minutos y allí estaré.
Clarke bloquea el móvil sonriendo, y con lentos movimientos se levanta de la cama, coge el vestido que ya tiene preparado debajo de la mesita de noche y se mete silenciosamente en el baño, comprobando primero que Octavia sigue en los brazos de Morfeo.
Se viste rápidamente, se pone un poco de maquillaje que realza su mirada y sus labios, y sale en completo silencio de la habitación, con los zapatos en la mano para no hacer ningún ruido, vitoreándose a sí misma una vez fuera por haber conseguido salir sin levantar sospechas.
Durante el trayecto en ascensor, empieza a debatirse si lo que está haciendo es lo correcto o no, aunque sabe perfectamente la respuesta. Está cometiendo una locura, escabulléndose de noche como una adolescente a la que le han prohibido salir para encontrarse con su ex amante, esa mujer que la abandonó, que la rompió de una manera que jamás creyó que pudiera romperse, y ahora está ahí, mintiendo a su mejor amiga para poder tener qué ¿una respuesta? No, sabe que no lo hace solo por eso, sabe que necesita verla, estar a su lado, tenerla cerca, perderse en ese profundo bosque que son sus ojos, sentir que la mira como si fuera la única persona en el mundo para ella. Sí, es un error, uno de esos enormes errores que comete con ella, pero desde que se conocieron, cometer esos errores ha sido lo mejor que ha hecho en su vida aunque quiera negárselo.
Por fin el ascensor llega a su destino, y sale derecha por la puerta del hotel, con la intención de esperar a Lexa allí, pero amplía sin querer su sonrisa al ver a la ex camarera de pie, apoyada en un flamante Ferrari descapotable de color rojo, vestida con un traje chaqueta negro entallado y una camisa blanca con un lazo negro haciendo de corbata que quedan realmente sexys en ella, con esa sonrisa socarrona que tanto le gusta poner, recorriéndola de arriba abajo con la mirada sin ningún disimulo, y si, ahora siente más humedad en su ropa interior de la que había antes de verla.
(Imaginad algo así pero con un Ferrari detrás xD)
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