31. Ain't my fault

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-         ¿Te recojo esta noche? – pregunta expectante.

-         Sí, pero tendrás que esperar a que te avise cuando Octavia se haya dormido, si se entera de esto, creo que podría cometer un homicidio contra mi persona – suelta una risita nerviosa, sabe perfectamente de lo que es capaz su mejor amiga cuando está enfadada.

Lexa lleva su mano al bolsillo del pantalón y le extiende una tarjeta.

-         Toma, este es mi número aquí, esperaré tu llamada, o mensaje, o WhatsApp, o lo que quieras... - lo dice de carrerilla y maldice a sus inútiles nervios – esperaré lo que sea necesario Clarke.

Clarke estira la mano para coger la tarjeta y en el leve momento en el que sus pieles entran en contacto en un tímido roce, ambas notan una chispa recorriéndolas, se miran a los ojos sin decir nada más, con una sonrisa en la cara que ambas se ven incapaces de eliminar.

-         Hasta esta noche, Clarke – le guiña un ojo y sin más, se gira y se marcha, mientras la rubia observa en silencio su partida.

Suspira sintiendo como todo su cuerpo tiembla, sin saber que Lexa siente exactamente lo mismo mientras cruza las puertas del ascensor.

-         ¿Y bien? – pregunta Octavia en cuanto Clarke cierra la puerta entrando de nuevo a la habitación.

-         ¿Y bien qué? – pone los brazos en jarra apoyando las manos en su cintura – Te has pasado tres pueblos con la bofetada.

-         Samantha y Charlotte me han poseído, pero se merece eso y mucho más, quería pegarle un puñetazo pero no tengo ganas de que llamen a la policía por un altercado en un hotel. No sé ni cómo tiene la decencia de aparecer por aquí. Espero que la hayas echado de tu vida de una vez por todas.

-         Sí, eso mismo he hecho – Bien Griffin, miéntele otra vez a tu mejor amiga, así se hace.

Fuerza una sonrisa mientras le grita a su mente que se calle, odia tener esa voz interior que parece la mismísima Octavia.

-         ¿Y ya está? ¿La has despachado sin más? – pregunta sorprendida su mejor amiga, moviendo las cejas, mostrándole que sospecha que no le está diciendo la verdad.

-         Que sí, no seas pesada, le he dicho que no quiero verla más, que lo que pasó fue un error que no se volverá a repetir, que ya tengo una vida sin ella y quiero que siga así ¿contenta? – y otra mentira más, te estás luciendo, rubita.

-         No sé si contenta es la palabra, sorprendida más bien, no pensé que fueras capaz de hacerlo – su expresión cambia a una más tranquila y Clarke se da un choca esos cinco mental por haberla convencido.

-         Yo tampoco, pero en fin... ¿nos vamos? – coge su bolso esperando que Octavia se quede del todo convencida y la siga.

-         Sí, las chicas estarán esperándonos.

Clarke se prometió a sí misma que no volvería a mentir, pero ahí está, una vez más, cómo hace casi cinco años, mintiendo por ella, y también sabe, que como por aquél entonces, esto acabará explotándole en la cara.

*****

Pasan el día para arriba y para abajo, descubriendo algunos de los más famosos edificios de Gaudí, disfrutando la tarde en el Parque de la Ciudadela, donde entre muchas risas y buenos momentos, recorrieron el pequeño lago remando a lomos de unas adorables barcas que estuvieron más de una vez a punto de hundirse por las bromas y los movimientos de Nylah y Raven.

El cansancio les gana la partida, así que deciden irse a dormir al hotel después de cenar, todas están hechas polvo, y cómo aún tienen muchos días por delante en Barcelona, la fiesta puede esperar.

Adicción ProhibidaWhere stories live. Discover now