-De una forma u otra terminaré en la cárcel- fingí resignación.

Nos reímos a carcajadas, las lágrimas ya eran más de felicidad que de tristeza.

-Lucy y Veronica me vieron-solté de repente, tomando asiento de nuevo en la cama.

-¿Qué?

-Lo que escuchaste.

Le conté como me termine asustando y de lo que puedan hacer ellas ahora. También le dije que si la escuela era un infierno antes no quiero saber en lo que se convertirá ahora, Keana no estuvo tan de acuerdo con ese pensamiento.

-Ellas dos son tus amigas, jamás se atreverían a hacerte daño.

-Keana, algunos amigos cambian cuando descubren tu sexualidad.

-Tú lo has dicho, algunos amigos, no todos. En mi opinión, esas personas no deberían llamarse amigos. Conozco a Lucy y a Vero mucho más tiempo que tú y sé que te aprecian de verdad. No van a olvidar eso por lo que eres.

-¿Enserio crees eso?

-Por supuesto. Mira, para que estés más tranquila, hablaré con ellas ¿Qué te parece?

Eso logró calmarme un poco.

-Sí, creo que está bien.

Nos sonreímos sin dejar de mirarnos. Keana me abrazó con fuerza y se apartó cuando escuchamos unos golpes en la puerta.

-Siento interrumpir lo que sea que estén haciendo- resonó la voz de Zayn del otro lado-, pero quiero comer pizza. Y antes que me digan que soy un insensible quiero decirles que escuché todo lo ocurrido por sus gritos y lloriqueos.

Soltamos una carcajada tentadora. Pobre Zayn, intenta ayudar y lo único que recibe es un regaño.

-Ya entra niño llorón- le dije un poco más tranquila.

Zayn pasó al cuarto. Por alguna razón la pierna me volvió a molestar en ese momento. Me quejé débilmente entre dientes, dejando caer mi cuerpo otra vez en la cama.

-Prima, si sigues así me parece que vamos a tener que llamar a un médico.

-No creo que sea para tanto, debe ser porque hace tiempo que no corres y tu pierna perdió la costumbre- explicó Keana.

Ojala sea solo eso. Espero no llegar a la fisioterapia y que me digan que hubo un error y tengan que ponerme el yeso otra vez. O bien, que me digan que hice algún mal movimiento y me volví a romper la pierna.

-Relájate- Keana dice tomando mi pierna y poniéndola arriba de las suyas.

Utilizó sus manos para darme un suave masaje. Se sentía tan relajante como doloroso.

-Ya verás que pronto esta pierna estará pateando una pelota de futbol de nuevo.

-No hay otra cosa que desee en este momento- comenté.

Un partido de futbol con mis amigas, eso cuando tenga el permiso del médico y si todavía las sigo teniendo, por supuesto que me encantaría.

Un rato después, pedimos pizza, helado y vimos una película. Hicimos bromas durante toda la noche. La película la vimos apenas y al final ni entendimos de qué se trataba. Keana pasará la noche conmigo y se iría por la mañana temprano. Mis padres y mi tía llegaron justo cuando nos estábamos por ir a dormir.

A pesar de que pasé un buen momento, y que todas mis sonrisas eran sinceras, permanecí despierta. Estuve hasta muy tarde con los ojos abiertos mirando el techo. Keana dormía en un colchón en el suelo, a un costado de mi cama. Tan pronto cerró los ojos cayó en un profundo sueño.

Tu amor, mi dolor (CAMREN ADAPTACIÓN)Where stories live. Discover now