Mentira (Final)

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1 hora después.

Cuando Rose llegó a su transporte, respiró lentamente mientras buscaba lugar y se sentó en el antepenúltimo asiento, al lado del gran ventanal.

Se acomodó con tranquilidad y pensó muchas cosas a la vez. Percibía que el destino quería hacerle un mal truco sin embargo él sabía usar bien sus cartas.

Luego, vio en una de las ventanillas, admirando el hermoso y despejado cielo. Aclaró su mente y regresó a la calma. Todo estaba hecho, en dos minutos arrancaba.

Al mismo tiempo, ella arribó con prisa al aeropuerto, siempre enfocada de espaldas corriendo hasta llegar a la pista.

Y se encontró con la gran sorpresa...

Se dio cuenta que no estaba.

Que no tenían ningún avión en ese sitio. Hoy no habían vuelos.

Ella descendió de rodillas al pavimento de la vía, con la cabeza baja y el pelo cubriendo su desolado rostro. Dejó caer sus escasos hombros y las manos apoyaron en sus rodillas.

Comenzó a llorar, devastada.

El bolso con su teléfono cayeron al suelo, marcando la llegada de un mensaje.

Rose nunca estuvo allí, le mintió.

Se fue al otro lado de la ciudad, a la parada de trenes.

Dispuesto a tomar el tren directo a Europa.

Y ya sentado en el tren. Arrancó.

Adiós a Derk City.

Inclinó la cabeza luego de mirar la ventana y supo que todo estaría bien.

A veces...

Sólo a veces...

Es necesario mentir para proteger lo que amamos.

Y más cuando usas una corbata rosa por delante de un endeble y frágil corazón...

Detrás de él, en el último puesto, colgó el teléfono una chica. Que retenía gafas oscuras con pañoleta y sombrero, leía el periódico.

La chica al instante dejó de leerlo, y dobló el periódico suavemente después de sacudirlo, se quitó las gafas para acercarse al frente.

Rose, un segundo después sintió algo.

Alguien le tocó el hombro.

Y volteó...

—Te amo, Oasen.

Reconoció la voz de inmediato.

—¿¡STELLA!? ¡Dios! ¿¡Qué es esto!?

—Oasen—Sonrió con ternura y los ojos brillosos—, sabía que ibas a llegar aquí.

—¿Qué haces aquí?—preguntó entrecortado.

—Al aeropuerto envié a Carmine... yo creí en mi corazón, y terminé aquí.

—¿Pero cómo? ¿cómo...? si te mentí...—Bajó la cara al piso.

—Tal vez me mentiste, pero sé que no era tu intención. Aquí no me mentiste a mí.

Oasen subió la cabeza y la observó conmovido.

—Le mentiste a tu destino y le ganaste. Como me dijo ese sabio señor del parque, el único error del rosa... es que no tiene errores—Sonrió—, eres demasiado bueno, piensas primero en todos antes que en ti.

Oasen asintió con la cabeza.

—Pero tú me mentiste. No sé cómo lo hiciste pero lo hiciste, todo por salvarme, pensabas que iría al aeropuerto pero fue nuestro amor imposible el que me hizo llegar hasta aquí. No por decir todas las verdades que existan eres el mejor hombre del mundo, ni tampoco por mentir una sola vez dejarás de ser corbata rosa. ¿No crees que recordé el día que me dijiste que no te gustaban las alturas?
Te repito. Sabía que ibas a llegar aquí—Sonrió resplandeciente.

—Stella...

—También Caín nunca me quiso de verdad. Me di cuenta de eso cuando te fuiste y él solo fue, me dio un abrazo deseándome buena suerte, luego el resto lo hice yo... Te amo Oasen, no me dejes, tú no sólo eres corbata rosa, tú también eres el hombre de mi vida y quiero mi vida a tu lado.

Después de acabadas sus palabras, Oasen sonrió conmovido...

Y volvió a llorar de alegría, después de tantos años sin volver hacerlo.

Pronto, apoyó sus dos manos en el rostro de Stella. Ambos sintieron el alma en un respiro.

Se acercó mirando a sus labios, delicadamente, con el amor en su mirada... Y también con una enorme sonrisa de felicidad.

Y le dio un gran beso.

...

Luego de engañar al destino, me di cuenta que existe un color mejor que todos juntos.

Ese es el color de la vida.

Oh si, que bien se siente...

Caín me dijo en lo último de la despedida que si él no me quitaba a Stella, el destino se iba a encargar de hacerlo... pero sentenció diciendo que estaba seguro, que ella no iba a terminar con él.

Condenado Caín, yo creo que después de Ian sigue él como mejor amigo, es asombroso...

Robert, maestro... al final tenías razón, el destino de un corbata especial es encontrar su propia felicidad.

Aún así se tengan que pasar por las barreras más grandes. Nunca dije una mentira tan cierta...

Miré al cielo, y le susurré muy suave a Estela.

—Gracias amor. Sé que me cuidas desde allá...

Después miré a la otra Stella y le dije:

—Existen las mentiras disfrazadas de verdades. ¿Cierto Stella?

—Claro que sí, mi Oasen.

—¡Hey! ¡no me aprietes tanto la corbata!—dije entre risas.

—Es que te queda perfecta amor. Dime, ¿Qué más puedo hacer?

—Pues apurarnos—Volví a reir—, ¡vamos rápido! ¡¡apresúrate que llegaremos tarde al medio siglo de nacimiento de Forest!!

...

Cuenta la gran leyenda.

Sobre una academia de hombres magníficos, en donde solo un selecto grupo de ellos es capaz de formarse parte y miembro.

Son aquellos hombres con las habilidades, virtudes y actitudes correctas para ser el mejor esposo, amante y compañero. Guerreros de la vida, dispuestos a cuidar de los más necesitados.

Aunque es solamente un mito pues no se conoce existencia de la misma.

Pero viene enmarcada en un gran secreto.

El de un hombre con corbata rosa. 

Que buscó en su cruel, triste y oscuro destino.

Una luz con su verdadero color.

Viviendo así sus días junto a Stella.

No a color de rosa, sino a color de vida...

Y corbatín colorado, estos corbatas han acabado. (por ahora risas).

¡GRACIAAAAAS Y GRACIAS POR LEER LAS PRIMERAS AVENTURAS DE LOS CORBATAS! ¡Espero seguir escribiendo más historias para ustedes! y en un futuro se viene otra nueva parte ;)

Mientras tanto, quedan invitados para leer...

La bolsa de panes.

¡Un gran abrazo!

Corbata rosaWhere stories live. Discover now