Resurgir

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Después del golpe tan demoledor de la muerte de Feliciano y el Maestro, la legión de corbatas nunca se vería tan desmoronada en toda su historia.

Ahora de sus ocho miembros solo habían seis y dos de ellos traidores.

Solo quedaban un abatido Adonis, Shane, Ian y Rose.

Corbata rosa

Recordé el momento en que el maestro me sacó del infierno y nuevamente sentía como comenzaba otro.

—Malditos...—exclamó Ian.

Shane solo tenía la cabeza baja y Adonis se veía derrotado.

Todos permanecíamos en silencio enfrente del maestro.

Nos hallábamos muertos en vida...

—Estas malditas corbatas lo único que nos hacen sentir es inútiles...—replicó Ian decepcionado.

Al escucharlo estuve a punto de aceptar sus palabras... pero recapitulé al maestro en sus últimas palabras...

"¡Ganarás! estoy seguro..."

—Ganaremos—dije con confianza.

—¿Pero cómo? Si ya no tenemos nada que proteger...—contestó Shane.

—Te equivocas—exclamé.

Todos me veían sorprendidos.

—Tal vez hoy seamos cuatro. Mañana posiblemente no sobreviva ninguno. Quizás el último corbata que exista sea Caín y todos estemos muertos. ¿Y qué? Acaso... ¿no recuerdan a Robert y Felichi?

Cada uno entreabrió sus ojos mirándome. Yo seguí:

—Este magnífico hombre fue quién nos lideró en esa difícil batalla en el que todo estaba perdido... Junto con Felichi y Demetrio al frente en primera línea... sus imágenes quedarán grabadas en nuestras retinas hasta el último miserable día de nuestras vidas... y sí, puede ser que perdamos... Pero mientras exista la luz de un corbata--Tomé mi corbata con fuerza--. Siempre colgará un tenue brillo de esperanza. Somos los ángeles de esta ciudad. No podemos defraudarlos a todos. Hagamos esto por Demetrio, Felichi y Robert. Honremos sus memorias chicos.

Shane estaba llorando como un niño chiquito e Ian me regalaba una gran sonrisa con los ojos aguados plenamente conmovido.

Adonis se irguió y nos dijo:

—¿Crees que esto ha terminado? si esto apenas comienza. ¡vamos ballet rosa! ¡vamos Ian! vamos que todavía existe esa dupla única con Evan y Shane sabes que eres el mejor y más honorable peleador de todos.

Miré atónito como el gran corbata roja se elevaba de pie en una sola pierna, sostenido de un palo. Y con la cabeza en alto nos volvió a decir:

—Yo solo... los guiaré hacia sus prematuras muertes caballeros. Como un buen hombre y líder—Inclinó el rostro dos segundos y luego volvió a alzarlo—, pero primero... ganarán esta noche—dijo con la mano en el corazón.

Pausó un segundo más para terminar sentenciando.

—Tengo un plan chicos.

...

Adonis sabía el paradero final de los vengadores de Salzburg.

Antes de que corbata amarilla luchara contra Samuel, Adonis le colocó un celular en el traje, logrando conseguir rastrear su señal por GPS y dar con su ubicación.

Muy inteligente de su parte prever que se llevarían a Feliciano.

—Están ubicados en Plec'leMonte, en las afueras de la ciudad. En el castillo abandonado de la Reina Isabelina ll.

No perdimos más el tiempo y bajamos.

Afuera se encontraba estacionado el lujoso e irreconocible convertible naranja de Ian.

—¿Y esto Ian?—dije asombrado por el auto lujoso.

—Es de mi esposa. Solo móntate y cierra la boca.

Todos nos reíamos excepto Ian y acto seguido entramos.

Mientras íbamos en camino, vendé parte del tobillo de Adonis en el carro con el botiquín que cargaba Shane. Y se recuperó de su dolorosa lesión de grata manera.

—Con esto te alcanzará para dos rounds.

—Seran tres—exclamó Adonis sonriente.

Sonreí y vi a Shane con una agradable sonrisa en todo el camino e Ian manejando el auto muy concentrado y sereno.

Sabíamos que era la nueva batalla de nuestras vidas

Corbata rosaWhere stories live. Discover now