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Cuando escribo las partes dónde Jimin habla me lo imagino diciéndolo lentamente o sensual y se me va la vida al carajo. Necesito una biblia y agua bendita (?

¿8K? ¿en serio? 5comentarios.

[ capítulo largo, disfruten. ♥ ]

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Mi espalda impactó contra el extremo de la encimera de mármol blanco cuando tiré mi cuerpo hacia atrás, quedando encerrada entre éste y el fornido cuerpo de Jimin. Mi corazón azotaba contra mis costillas histérico, parecía querer salir de mi pecho con desespero e inquietud. Dejé salir un jadeo, nerviosa. Mis manos se hicieron puños, apretando el frío mármol entre ellas. El pelinegro ladeó la cabeza y se me quedó observando por eternos segundos. Mi mente no reaccionó cuando, sin previo aviso, su aliento golpeó mi oreja y mejilla, haciéndome estremecer, pronunciando en un tono ronco y lento palabras que me dejaron estupefacta.


– Tienes suerte de que estámos en éste lugar, gatita, porque dejaría más marcas en tu piel.   


Mi respiración se volvió agitada y mi estómago se encogió, sintiendo como sentimientos inexplicables me llenaban. Bajé mi mirada, sabiendo que mi cara ardía y que, seguramente, pronto me volvería loca gracias a la persona delante mío. Cuando pensé que se iría y me dejaría ahí tomó mi mandíbula con su mano inesperadamente y me jaló hacia él, haciendo que nuestros rostros quedaran a poca distancia, de tal manera que nuestros labios rozaban. Sentí un choque eléctrico recorrer mi espina dorsal. Lo miré a los ojos, horrorizada y espantada por el repentino acto. Su flequillo azabache acariciaba mi frente, mientras sus oscuros ojos me observaban.


– ¿Qué? –habló alzando una ceja. Sentí como mis piernas comenzaron a fallar, pues al formular palabra sus carnosos labios chocaban con los míos, haciéndome sentir leves cosquillas. Luego de eso sonrió con descaro y sus finas y suaves manos soltaron mi quijada.


Se alejó y yo me quedé ahí, estática, viendo como su figura desaparecía al cruzar la puerta. Dejé salir todo el aire retenido en mis pulmones y mordí mi labio inferior. No sabía exactamente cuántos minutos había estado parada en ese lugar, sin efectuar movimiento y mirando a la nada. Aunque desperté de mi trance al ver como una persona chasqueaba sus dedos frente a mis ojos. Lo miré fijamente y sonreí incómoda, casi avergonzada.


– Chanyeol.


– Soomin, hay problemas. –fruncí el ceño y con la cabeza me señaló fuera de la cocina. Salí de ahí rápidamente, preguntándome qué era lo que sucedía. Chanyeol me seguía desde atrás y pude ver que fuera del local había dos personas —que no alcanzaba a ver sus rostros— tirando puñetazos y patadas entre ellos. Había una chica de falda y crop top chillando y gritando que pararan.


– ¿Qué demo...? –había una tercera persona ahí, observando de brazos cruzados la escena, parecía divertido por lo que ocurría. Park Jimin, voy a matarte.


– Esos dos estaban dentro de la cafetería. –comenzó a explicar el pelirrojo a mi lado, el cual tenía una mueca– Se vé que la chica de allí es novia de ese grandote, y el otro –señaló al chico de espaldas–, estaba coqueteando con ella cuando el novio se había ido al baño.



Bufé y con paso decidido salí del local, dirigiendome a ellos. Cuando estuve a pocos metros respiré profundo y dejé salir todo, irritada.


– ¡Hey, ustedes! –grité fuerte para que me prestaran atención. Al instante se giraron, dejando ver sus rostro. Mis pies dejaron de caminar y me detuve al ver al chico que goteaba sangre de su labio.


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⏰ Última actualización: Nov 12, 2016 ⏰

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Dared✧ P. JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora