Megan Peterson trabaja hace cinco meses en la empresa Gold Coporation, ella es uno de los asistentes del área de publicidad.
¿Quién es el otro asistente? Pues Evans Cox, su guapo compañero y amigo.
Megan siempre lo ha visto como el bromista y car...
Esta mañana estoy de un humor de perros. No tengo muchas ganas de pensar en mi atuendo y decido ponerme un pantalón oscuro y una blusa rosada y lo combiné con unos zapatos y una cartera.
Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.
Cuando me encontraba en el carro me llegó un mensaje de Karen
Declarado que estamos en situación de crisis y he decidido que debemos planificar una salida a la discoteca este fin de semana
Sonrío ante la ocurrencia de mi amiga, ella siempre consigue levantarme el animo.
Llego a la oficina ignorando a Evans. El ambiente es glacial. Cualquiera diría que se trata de dos enemigos que se ponen malas caras.
—¿Te contienes normalmente?—le pregunto
—¿He?—Evans me mira confundido.
—En deporte ¿Te contienes?— le digo.
Evans parece confundido y le veo realizar un movimiento de marcha atrás. El típico movimiento de cabeza masculina. Casi puedo ver que su cerebro ha puesto la señal de peligro. Parece que se pregunta ¿Donde esta la trampa?.
—¿Que estas diciendo?— me pregunta
—Se te fue la mano ayer por la noche— le digo
—¡Oh!— Evans parece totalmente molesto.
—¿Que?— le pregunto
—Siento haber ido demasiado lejos— me dice apenado.
—Al contrario, al menos tengo la sensación de hacer un verdadero combate por una vez— mi tono es claramente agresivo. Esto no es bueno, me conozco y estoy apunto de explotar. Es lo que pasa con los daños colaterales. Hiroshima al lado de esto da risa.
—Francamente no tengo necesidad de que nadie me proteja, se pelear— continuo totalmente cabreada.
—Jamás he dicho lo contrario— Evans me mira sorprendido.
—Entonces porque te contienes— le pregunto, aunque creo que no le hablo del combate.
—No lo se, yo.... yo tengo miedo de herirte, quizás ....— me dijo con una mueca.
—¡Entonces te contienes!— le suelto
—Megan....— me dice apenado
Evans levanta los brazos como si yo le estuviera haciendo una escena por nada. Eso tiene el don de duplicar mi cólera. Estoy lista para pasar de una pequeña cosa amable a un gremlin. Me acerco a él, y me agacho para estar a su altura ya que él se encuentra sentado, y le digo a media voz con el fin de que nadie nos oiga.
—Cuando tenia 6 años y mi nana estaba ocupada haciendo otras cosas aparte de las que mis padres le pagaban, su hijo se divertía conmigo— Evans me miraba con los ojos abiertos— Conozco a las malas personas desde mi mas tierna infancia. Y aprendí a defenderme ¿Ok? No necesito que nadie me proteja.