Entrecierro los ojos mientras lo miro con odio, al mismo tiempo, mi subconsciente me recrimina y alega que él sólo tiene la mitad de culpa, algo así como: yo propongo y tú eliges. Mierda, es verdad, pero no lo quero aceptar, tan solo me molesto más y más cada segundo, contemplando al más grande mentiroso que he conocido, mientras levanta en brazos a la pequeña, haciéndole mimos en la espalda para que vuelva a dormir. Es ahí donde me reprimo mis ganas de decirle todo lo que pienso de él.

-No debías enterarte -me dice bajito, para no despertar a la pequeña que se volvió a dormir casi de inmediato.

-Lamento haber descubierto tu puta farsa.

-Tu no entiendes -habla lo más bajo que le es posible, sentándose en el sofá justo a un lado de mi-. Casi nadie sabe de ella, ni siquiera Claude...

Mis ojos se abren y no evito verlo con desconcierto y una curiosidad agobiante, es entonces que caigo en cuenta que si Claude vino a armar un alboroto, su esposa ya hubiera salido, pero solo apareció una pequeña que es la viva imagen de Sebastián.

-No entiendo.

-Es complicado -susurra acariciando la carita de Beast-. Yo... fui lo que muchos denominarían como problema. A los quince años ya me había involucrado en drogas y un mundo que no querrás saber...

-Tu vida privada no es de mi interés -le corto sin saber realmente que pensar, él suspira cansado y se levanta, adentrándose en un pasillo levemente iluminado, el cual supongo que conduce a los dormitorios. Cinco minutos después aparece con el celular en las manos, volviendo a marcar un número.

-Agni... si, si... te lo compensare -murmura en cuanto alguien atiende la llamada-. Actualmente tengo un problema... no, no es eso... ¿dónde estás?... ya veo, ¿podrías pasar a mi departamento para explicarte mejor?... Solo un poco... se puede decir que estoy bien. De acuerdo, entonces en veinte minutos.

Al terminar la llamada suspira aliviado, dejándose caer en el sofá. Luce cansado, y no es la preocupación lo que le agobia, así que intrigado por saber a quién llamó con tanto desespero y sus motivos reales para ayudarme en vez de gritar y maldecir, busco una mejor posición, mirándolo de soslayo. Aun me siento intimidado por su presencia, tal cual lo aria un indefenso cervatillo ante una poderosa pantera que te enseña sus afilados colmillos hasta paralizarte. Y cuando nuestras miradas chocan, balbuceo lo primero que se me viene a la mente.

-Y Agni es...

-Un viejo amigo -dice intentando aparentar calma-. Si hay alguien que puede quitar el video de la página porno, de face y rastrear al usuario es él -desliza su mano entre su cabello, denotando desespero-. Es casi seguro... pero si no lo descubre pronto, al menos abra quitado ese video... -sonríe con prepotencia-. Esto lo hago no tanto por mí, créeme que en mi vida hay una larga lista de incidentes como este, pero al parecer quien lo hizo tenía algo contra ti y Claude, así que mi presencia fue solo la pieza faltante que necesitaba para arruinarte y separarte de mi hermano.

-No hay nadie que quiera separarme de Claude -chillo ofendido por su absurda hipótesis-. Tú mismo lo viste en el correo, aquella persona quiere verme hundido y lo logro, ¡Me humillo públicamente! No conforme con eso ha enviado el link del video completo a todos mis conocidos, o si no es que a la mayoría. Y lo que sea que haya planeado al parecer le funciono de maravilla, ¡tan solo mírame! No soy capaz de volverle a dar la cara a mis padres.

-Tendrás que hacerlo en algún momento -sentencia con autoridad.

-Tu eres padre -le digo con rabia-. ¿Que pensarías si tu hija de veinte años está follando con el hermano de su prometido ¡en un puto elevador!?

-Esto no se trata de mí -me mira con molestia-, yo no soy quien corre asustado buscando un refugio. Te recuerdo que yo también aparezco en el video, si dependiera de mí ahí lo dejaba. No me importa, es más, salgo de maravilla follando a un chiquillo mimado...

Sexo casualWhere stories live. Discover now