Con el agua caliente de la ducha cayendo sobre su cuerpo, aclarándole el cuerpo y la mente, decide en ese mismo instante que se va a olvidar de ella, que va a volver a ser la Lexa de siempre, sin preocupaciones, sin inseguridades, disfrutando de su vida de locura llena de sexo, alcohol y fiestas, lejos de los sentimientos, lejos de ese supuesto amor que creía sentir, y sobre todo, lejos de Clarke Griffin.

Se viste con su ropa de hacer deporte, quiere salir a correr un rato, necesita la adrenalina y dejar de pensar. Justo en el momento en el que abre la puerta de su apartamento dispuesta a salir, se encuentra a alguien con la mano alzada para picar en ella, provocando que se pare de golpe.

-         No, no, no, no – repite Lexa nerviosa, dando un paso atrás, intentando cerrar la puerta de nuevo.

-         Espera Lexa, espera – dice Clarke aguantándola para que no la cierre, colocando un pie para que le sea más complicado.

-         No Clarke, vete, por favor, date la vuelta y vete – ordena haciendo fuerza contra la puerta.

-         Lexa lo siento, por favor, déjame hablar contigo – ruega sin dejar de hacer fuerza, el esfuerzo que está haciendo provoca que pegue algún grito de rabia.

-         No quiero hablar, no quiero verte, no quiero nada que tenga que ver contigo, ¡vete! – exclama casi gritando.

-         Entiendo que estés enfadada, pero no pienso moverme de aquí – se cruza de brazos dejando de hacer fuerza, sin sacar el pie de entre la puerta y el umbral de ésta para que no pueda cerrarla por mucho que lo intente.

Lexa resopla fuertemente después de sus intentos fallidos de cerrar la puerta y acaba cediendo a las suplicas de la rubia, abriendo y dejándola entrar.

-         Gracias – Clarke entra rápidamente, cerrando la puerta, observando cómo Lexa se aleja de ella.

-         Di rápidamente lo que tengas que decir y márchate – Lexa la mira con semblante serio, queriendo aparentar que está controlando sus nervios.

-         Lexa, lo siento, me asusté, me bloqueé y creí que huir sería la mejor manera de afrontarlo – Clarke intenta acercarse a ella mientras habla, pero Lexa da un paso atrás.

-         No te acerques, no quiero que me toques, porque si lo haces, no seré capaz de... - se calla de golpe, no quiere volver a cometer el error de decir lo que verdaderamente siente – ya te has disculpado, ahora si no te importa, será mejor que te vayas, iba a salir a correr.

-         ¿Crees que si no me importaras estaría aquí a las 7 de la mañana? – exclama Clarke, subiendo un poco el tono, exasperada por su actitud – Lexa joder, apenas he dormido, no podía pensar en otra cosa, y le he estado dando mil vueltas a todo.

-         Yo tampoco he tenido la mejor noche de mi vida – se cruza de brazos, aguantándole la mirada.

-         Voy a dejar a Bellamy – dice seria y segura.

Lexa abre los ojos de par en par y su corazón se para de golpe al escucharla.

-         ¿Qué? No, no puedes hacerle eso – esta vez es Lexa la que da un paso adelante, acercándose un poco más a ella.

-         ¿Enserio? Después de lo que hemos hecho ¿ahora te preocupas por él? – la rubia no puede controlar la risa irónica que se le escapa.

-         Claro que me preocupo por él ¡Es mi hermano! – exclama elevando el tono de su voz.

-         Eso debiste pensarlo antes de hacer que me enamorara de ti – dice Clarke girándose hacia un lado, tocándose el pelo nerviosa.

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