Capítulo 34: El fin de la maldición.

971 109 2
                                    

- ¡Annie!- lloró Hanji.

- ¡(TN)!- gritaron mi nombre.

- ¡Levi!- respondí.

De inmediato, Levi se acercó a tratar de desatarme pero Petra lo tomó de los hombros y lo aventó con una fuerza descomunal hacia la esquina de la habitación.

- ¡Arruinan mis planes!- gritó la de cabello color miel.

- Basta, Petra.- gritó una voz detrás de mí. Me parecía conocida pero no lograba recordarla en estos momentos. Petra, sin embargo, parecía aterrorizada por aquella persona.

- ¿C-Cómo me encontraste?- tartamudeó la demonio.

- No fue difícil. Recibimos ayuda.- dijo el hombre mientras se arrodillaba y dejaba el cuerpo sin vida de Annie a los pies de Petra. Una gran línea roja partía su frente y la sangre seca logró colarse hacia uno de sus ojos haciendo parecer que lloraba sangre. Pero había un par de cosas que Annie llevaba antes de morir y ya no estaban ahí; sin embargo, cuando el cuerpo inerte de la rubia tocó el suelo, aquellas poderosas y negras alas aparecieron sobre el piso, como si hubieran sido pintadas con ceniza.*

- No lo entiendo, Petra.- habló otra voz de mujer. Hanji. Pero su voz era diferente, más grave, más llena de odio.- Tenías al amor de tu vida frente a tus narices en todas las vidas y nunca quisiste verlo.

- No... Te equivocas. Él y yo no estamos destinados. ¡Yo amo a Levi!

La cabeza me empezó a dar vueltas. ¿Qué estaba pasando?

- Petra...- susurró el hombre.

Todo empezó a dar vueltas.

- ¡No!- gritó ella, tapando sus oídos tratando de no escuchar.

La vista se me nubló.

- Petra, tienes que escuchar.- dijo Hanji.

Cerré los ojos.

- ¡No quiero!- gritó de nuevo. Como un niño al que le dan una reprimenda.

Escuché un pitido dentro de mi cabeza y al instante se detuvo.

- Petra, tu amor no es real. Es sólo un capricho.- siguió el hombre.- Tu destino es estar conmigo.

Abrí los ojos.

- Si tan sólo lo intentaras te darías cuenta de que-

- Basta.- ordenó Petra de vuelta a su postura malvada de antes. Me percaté de un pequeño hilo rojo atado al dedo meñique de Petra que se extendía hasta la del hombre. Tuve que hacer una maniobra con todo lo que mi flexibilidad me permitía para ver de quién se trataba: el maestro Auro.- Basta de tanto drama. Acabemos con esto de una vez.- sus uñas negras se alargaron hasta parecer garras.

- Estoy de acuerdo con eso.- dijo alguien tras ella. Petra se dio la vuelta sólo para ver la mirada de odio en la persona que más ha amado mientras le rasgaba el cuello con el mismo cuchillo que anteriormente había arrebatado una vida.

- ¡Bien hecho, Ravioli!- felicitó Hanji a Levi. Tenía el rímel corrido.

- Tch. Demasiado fácil para mi gusto.- dijo Levi dejando caer el arma que se clavó justo frente a los ojos abiertos del cadáver de Petra.- ¿Estás bien?- preguntó.

- Lo estaré.- sonrió Hanji. Sorpresivamente, le dio un abrazo a su amiga, dejándose apretar entre sus brazos para consolar a la morena.

La cuerda que amarraba mis muñecas se aflojó y pude moverlas de nuevo. Toqué las marcas casi moradas que me habían quedado por la fuerza aplicada.

- Maestro-

- Dime Auro, (TN).- sonrió él.

- Auro...- susurré.

- ¡(TN)!- gritó Hanji, envolviéndome en sus brazos. Cómo extrañaba ese amor.- Lamento no habértelo dicho antes. Tenías que entenderlo por tu cuenta o no me creerías.

- Después de tantos años llamándote "madre" no sé cómo decirte ahora.- reí con lágrimas a punto de escaparse de mis ojos.

- Puedes decirme como quieras, (TN), yo siempre te traté como a una hija.- rió ella.

- (TN)...- solté a Hanji para pasar a otra persona importante para mí.- Me alegra que estés bien... casi.

Lo abracé.

Él pegó nuestras frentes y ambos cerramos los ojos. Sus pulgares acariciaban mis mejillas ya mojadas por las lágrimas.

Podía sentirlo enredado entre mis dedos. Lo sentía apretando mis piernas. Lo sentía amarrado con forma de moño en mi dedo meñique. Y sonreí porque sabía quién era la persona que estaba al final de mi hilo rojo del destino.

*Supernatural, plz.

Después de tus Alas: Mi Hilo Rojo (Levi y Tú)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz