EunHyuk [HaeHyuk/EunHae]

Capítulo 1

El primer golpe de Eunhyuk rompió la nariz de Minhyuk.

—¡Hijo de puta! —Rugió Minhyuk. Dejando caer sus baquetas, él arremetió contra Eunhyuk en el escenario y continuo la pelea.

Para cuando el equipo de seguridad los separo, Eunhyuk tenía un ojo negro, un esguince en la muñeca y la sangre de Minhyuk regada por todo su cuerpo, pero no le importaba. Se sintió demasiado jodidamente bien golpearlo y quitar finalmente esa mirada de suficiencia en la cara demasiada-hermosa-para-ser-real, de Minhyuk.

La que solía ser hermosa, de todos modos. La que en este momento se parecía más como a un par de millas de mal camino.

Eunhyuk sonrió, lamiendo la sangre del labio donde Minhyuk le había golpeado

Se agachó para tomar su abandonado micrófono, mientras que Minhyuk se quitaba de encima a los guardias de seguridad y se tambaleó fuera del escenario, Eunhyuk se volvió hacia el atestado grupo de adolescentes vestidos con ropas brillantes pululando a sus pies. —Damas y caballeros, parece que estamos un poco cortos de batería en este momento. —Miró de reojo, dicho baterista al parecer estaba fuera de combate en el suelo.

Lamentablemente, la causa más probable de eso era la coca que él había inhalado antes del puñetazo de Eunhyuk.

Estúpido bastardo con micro-cerebro de mierda. Si él era lo suficientemente débil como para romper la única y solo única regla de Eunhyuk –no se permiten las sustancias recreativas que interfieran con el rendimiento- él se merecía lo que obtuvo. Nada jodía un buen y perfecto espectáculo como un baterista que no podía llevar el ritmo.

—Para el archivo, —dijo Eunhyuk, apuntando un dedo acusador hacia Minhyuk—. El Neandertal esta despedido. Que se lo diga alguien cuando despierte.

El público enloqueció. Eunhyuk se echó a reír. Le divertía lo mucho que sus fans amaban sus rabietas. El inevitable drama parecía atraer tanta gente a sus espectáculos como lo hacia la música. Más, tal vez.

Eso estaba bien para él. Eunhyuk no tenía ilusiones sobre los motivos de la repentina popularidad que había alcanzado durante este, su vigésimo segundo verano. Él tocaba una docena de instrumentos diferentes, escribía canciones brillantes y poseía una rica y ágil voz de barítono, pero la gente no caía a sus pies por su talento. No, su cada vez mayor multitud de fanáticos lo adoraban porque era hermoso, intimidante, exasperante y todo el conjunto era extraordinario. Él lo sabía, y no veía el punto de fingir lo contrario.

Después de años de duro trabajo y con el propósito inquebrantable, que finalmente estaba al borde del estrellato que había estado persiguiendo desde que salió de casa a los quince años. Cómo llegó hasta allí, en su opinión, carecía de importancia.

Sacando un mechón rubio del empapado cabello de sus ojos, él favoreció a su público con una deslumbrante - aunque un poco sangrante- sonrisa. —Bueno, ahora ¿dónde estábamos, antes de que mi ex percusionista jodiera todo? —Fingió pensarlo, haciendo caso omiso de las peticiones de canciones, declaraciones de amor eterno y varias proposiciones lascivas que le gritaban—. Oh, sí. Estábamos a punto de tocar 'Pixie Dust' para ustedes.

La multitud gritaba como un monstruo de muchas cabezas. Tomó el violín de su soporte, mientras reía. Tocar esa canción iba a doler como a una perra con un esguince en la muñeca, pero maldito si dejaba que eso lo detuviera. Había sólo dos canciones más en el concierto. La adrenalina de la presentación, junto con la adoración de sus fanáticos, lo llevaría a través del dolor. Luego, después del espectáculo, escogería a una afortunada chica o un chico de la audiencia para que lo ayudaran a sentirse mejor.

Tal vez uno de cada uno, se corrigió, guiñando un ojo a una pareja joven tomados de la mano en la primera fila y que casi babeaban sobre sus botas plateadas. Ellos parecían ser mayores de edad, gracias a todos los dioses. Eunhyuk alegremente admitía que era una puta, pero se negaba a joder, o ser follado por cualquier persona menor de dieciocho años. Ser catalogado como un delincuente sexual no haría nada bueno para su carrera.