Prólogo

11.6K 746 273
                                    

El tacto de mis manos se sintió frío contra la tela negra de mi vestido. Alcé la mirada, y a pesar de que aquella máscara que había decidido llevar esta noche resultaba realmente incómoda, conseguí que no me entorpeciera la vista.

A mi lado, mi madre estaba hablando con Woo Joonsik, un viejo amigo de la familia que junto con su mujer, dirigía una cadena hostelera a nivel internacional.

Giré la vista hacia mi izquierda, encontrándome con mi padre, plantado de pie en medio del pasillo de butacas con la copa de vino en mano y charlando con un señor mayor al que, al menos yo, no conocía.

Hice lo mismo que hacía cada viernes de mi vida en estos últimos tres meses desde que las amigas de mi madre decidieron organizar pequeños conciertos una vez a la semana, por puro placer.

Y sí, los pequeños conciertos habían crecido.

La pequeña sala de conciertos en la que empezaron a darse las actuaciones terminó sustituyéndose por el auditorio más grande de toda Corea del Sur.

Los músicos que compartían su arte con los espectadores empezaron siendo conocidos e invitados de las familias que participaban en el evento, y ahora artistas de todo el mundo tenían lista de espera de algo más de un año para lograr deleitar a las familias de la clase alta de Corea del Sur con su música.

En solo tres meses, lo que cinco familias adineradas invirtieron en organizar pequeños conciertos de música clásica, terminó convirtiéndose en una fortuna inimaginable. Un tráfico de dinero y ganancias que no tenía parada y que no dejaba de aumentar.

Como mi aburrimiento.

Me hundí en mi butaca, situada en el centro exacto del auditorio y a un nivel de poco más de un metro por encima del escenario.

En definitiva, el mejor asiento del salón de conciertos.

Miré mi reloj de muñeca, rogando a todos los dioses de cuyos nombres me acordaba porque el concierto empezara ya y mis padres dejaran de ignorarme, como siempre. Estaban a mi lado, sí, pero las únicas palabras que cruzaban conmigo en toda la noche eran "Siéntate como una señorita, no avergüences a tus padres" o "¿Por qué no haces como tu hermano, y pasas la noche con tus amigas?"

Ante el último comentario siempre me callaba la boca. Claro, porque mis padres tenían a su primogénito como el perfecto de los hijos.

Y no, Nakamoto Kai no era así.

Mi hermano mayor decía venir a estos conciertos pero en realidad se tiraba en el sillón a holgazanear entre sacos y sacos de patatas fritas y gominolas.

Y el jodido no engordaba. ¡Eso era lo peor!

Para mi sorpresa, las luces del auditorio se apagaron con un minuto de antelación a las 20.00 de la noche.

Mentalmente agradecí al señor que estaba sentado en la sala de dirección porque hiciese comenzar el concierto antes de tiempo.

Mi padre se sentó con rapidez a mi izquierda, en el asiento al borde del pasillo y luego me miró, dedicándome una dulce sonrisa.

-Hoy se cumplen tres meses. Ese hombre con el que estaba hablando es inglés, y acaba de sugerirme que la Filarmónica de Londres podría dar un concierto privado aquí mismo, en el Teatro Nacional de Corea. ¿Te lo puedes creer?-susurró en silencio, acercándose tanto a mi rostro que hizo que las mejillas de nuestras máscaras de porcelana chocasen entre ellas. Las luces del escenario comenzaron a encenderse, indicando que el concierto estaba a punto de comenzar y mi padre se separó con brusquedad de mí, aplaudiendo junto con el resto de los espectadores-. Crecemos rápido, Aiko.

Hacía tiempo que mi padre había dejado de nombrarme cariño o mi niña y había comenzado a llamarme por mi nombre, cosa que le agradecía, ya que cada vez que alguien se acercaba a nuestro entorno tenía que soportar el bochorno de mi padre llamando a su hija de diecinueve años por apodos tan tontos.

Sin embargo, no podía evitar reírme cuando mi madre llamaba dulcemente a mi hermano por su apodo desde nacimiento: "cielito".

Kai tenía veinticuatro años y mi madre seguía tratándolo como a un bebé.

Tan gracioso.

Mi vista se perdió entre las vetas de la madera del escenario. En el medio de éste, había un enorme piano de cola que los Kim se habían encargado de donar al auditorio, agradeciendo que nos dejasen llevar a cabo aquí nuestros extravagantes conciertos.

El precioso Steinwey de un negro barnizado, el mismo piano que me quedaba mirando cada vez que los conciertos terminaban, deseando saber tocarlo.

Y escuchar cómo otras personas lo tocaban era igual o más placentero que imaginarme a mi haciéndolo.

Sin embargo, nunca pensé que un concierto para piano me fuese a cambiar tanto la vida. Tampoco pensé que un pianista lo haría.

Aquella noche, ningún músico de renombre subió al escenario ataviado con los típicos trajes extravagantes y las máscaras de porcelana, no.

Aquella noche, al escenario subió un chico que tendría a penas un año más que yo, vestido con un traje de terciopelo azul marino y una máscara blanca con vetas negras.

Era hermoso, debía admitirlo.

Y la manera en la que aquella noche movió las manos sobre las teclas del piano y en la que transmitió sus sentimientos al público, suspirando, cerrando los ojos y dejándose llevar por la música, me cautivó.

Y a partir de aquella noche, ningún otro músico volvió a hacerme sentir lo mismo que aquel chico del que no habían comentado ni su nombre.

Sus labios carnosos frunciéndose al tocar uno de los pasajes más complicados de aquella Sonata de Beethoven, sus finos y huesudos dedos pulsando las teclas con exactitud y sentimiento, solo como un profesional lo es capaz de hacer.

No solo lo hermoso que era, su figura alta y esbelta, de hombros anchos que se encorvaban sobre el teclado del piano, inclinándose para dar todo de sí a la música. No solo fue aquello lo que me encandiló.

Había algo en él.

Quizás porque era un músico, y se dice que los artistas tratan a sus mujeres como a la música: saben tocarlas, escucharlas, comprenderlas...

Pero el corazón de Nakamoto Aiko dio un vuelco ante la majestuosidad de aquel chico.

-※-

Buenas °˖✧◝(⁰▿⁰)◜✧˖°

Bueno, esta es mi primera historia oficial en Wattpad, y espero que el fandom la reciba bien, ya que estoy poniendo bastante empeño en ella.

Espero que os guste la historia y dejéis vuestro apoyo, os lo agradecería mucho.

-Patri.

pianist ♨ j.jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora