Epílogo

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Tiempo después...

Lauren

No logro recordar la última vez que me sentí completamente feliz o quizás sea porque nunca sucedió. Por más que rebusco dentro de mis pensamientos (ahí donde todavía yacen mis más sucias y turbadas memorias) no hay una sola imagen que me genere tanta felicidad como la que siento ahora mismo viendo a mis tres hijos dirigir sus atenciones a mi único universo:

Camila.

Mi amante y confidente, mi cura y mi salvación, mi esposa; la cómplice de mis más sádicas fantasías. Eso significa Camila para mí, el equilibrio y complemento perfecto que siempre le hizo falta a mi vida. Una vez alguien me dijo que de los amores tormentosos aprendemos a gozar, de los dañinos a alejarnos, de los imposibles a luchar y de los inolvidables a aferrarnos: esa fue mamá.

Hoy por hoy he descubierto lo cierto de su frase; porque quizás y todo pasa porque tiene causa y error, de lo que hacemos y vivimos, aprendemos y seguimos el camino. La madurez es el factor del tiempo para seguir en el entendimiento con las ganas y el amor propio que necesitamos de la vida y el sentimiento. Al final cada uno tiene el pasado que le tocó, el presente que se merece, y el futuro que se proponga; por la simple verdad de que cada quien construye su historia, vive su época y hace lo que quiere ahora mismo.

Mi historia empezó a escribirse cuando ella apareció sorpresivamente aquella madrugada a través de un canal de comunicación. Jamás había amado tanto una falta o un descuido. Sin darme cuenta empecé a amar todo aquello que estaba perdido e incluso lo olvidado para sentir el amor de un presente y un futuro, ese que se lleva en el pecho y duele en la mente. Aprendí a sentir la necesidad de valorar los errores cometidos, sin ningún perdón y sin importar las esperanzas. Viví en tristezas eternas con heridas abierta, pidiendo ayuda en silencio sin obtener respuestas. 

Para no contagiar a nadie de lo que sentía solía pensar mucho, para no sentir el llanto ni la rebeldía. Fui nada, como una solitaria más que despreciaban y todos a su alrededor se burlaban y, decían lo que les daba la gana, pero entonces seguía respirando en frio y pensando calculadoramente…¿al final? Me rio, porque sé que hoy tengo el motivo más fuerte y hermoso para caminar con orgullo.

Ya no soy más esa desconocida de siempre que imaginaba lo que sería de su vida; viviendo en pensamientos perdidos, con ganas de ser ganas, aferrándome a un sentimiento que me mantiene viva y con ganas de ser amada...queriendo ser deseo del deseo de mi amada. La presencia de Camila no deja espacio en mi mente que pueda regresarme a mi antigua yo. Jamás volveré a permitir a los pensamientos darme razones por las cuales no creer en el amor, a veces simplemente hay que dejar al corazón hacer su trabajo.

Camila se ha convertido en mi paz, quien bautiza con besos esta realidad que ella misma me ha mostrado. Ella es parte de mi lógica, mi locura y mi fantasía; una hermosa armonía…sencillamente más que mi vida. Camila siempre será mi mejor reto por cumplir, es lo eterno, lo bello y lo más cierto. Ella es mi lluvia, mi cielo, mi calor y mi esperanza sin dolor. Tiene la pasión divina, la gracia de confiar y entregar su vida a la mía estremeciéndome el día a día.

La vida me regaló un motivo y yo sin pensarlo lo bauticé con su nombre, y aunque mi corazón este lleno de cicatrices y tropiezos, mis ganas de amarla seguirán por siempre intactas; porque ella tiene todo lo que sin saber buscaba, lleva la verdad con sensualidad, la pasión con entrega, un flujo dulce y espeso, unos sentimientos perversos y, un amor y respeto al desnudo.

Desnuda Tú Alma (Camren G!P)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora