En uno de los rincones más alejados del gremio se encontraba un pelirosa que mantenía la vista perdida en la jarra de cerveza entre sus manos. Estaba solo, no quería la compañía de nadie, ni de sus amigos ni de su fiel compañero Happy. Estaba perdido en su propio mundo. Muchas palabras y recuerdos se encontraban nublados por una espesa nebrina oscura. Después de todo lo pasado sentía que su cabeza era una maldita bomba a la cual se le estaba agotando el tiempo y en un momento dado, no sabe cuándo, explotara destruyendo todo a su alrededor.

Las palabras de Loke y Cana no salían de su mente, pero, en ocasiones, eran opacadas por susurros silenciosos e inentendibles de una persona que no podía reconocer.

Los susurros lo adormilaban por momento, pero no podía descansar, esa era una de las razones por las que su amor empeoraba a cada segundo que pasaba.

Además, la extraña tranquilidad que se respiraba en el ambiente le estaba poniendo de los nervios.

Fue durante un solo segundo, pero un horrible sentimiento pasó por todo su cuerpo dejándole un muy mal sabor de boca.

Algo iba a ir mal. Muy mal.

     -¡Chicos!- el grito de Mirajane desde dentro de la enfermería, retumbo por todas las paredes del gremio. Todos giraron la cabeza para encontrarse una agitada Mira con una de sus sonrisas que no veían desde hacía semanas - Lisanna ha... ¡Lisanna ha despertado!

Solo bastaron unos pocos segundos para que miles de gritos de alegría se escucharan por todas partes. LA gente empezó a correr con mucha prisa hacia la enfermería donde se encontraban, hasta ese momento, los tres hermanos Strauss.

Todos los que lograron entrar a la pequeña habitación vieron como Lisanna era abrazada en un abrazo asfixiante por Elfman y Mira, ambos con grandes sonrisas y lágrimas corriendo con libertad por sus rostros.

Los integrantes del gremio rieron con felicidad al ver la escena. Después de tanta angustia y miedo, el alivio por fin había llegado. ¡Lisanna por fin había despertado! Eso merecía una buena fiesta.

Cuando la enfermería se vacío para celebrar, solo quedaron Mira, Elfman, el equipo de Natsu, Cana, Laxus y el maestro Makarov.

     -Tenia tantas ganas de verte- dijo Elfman con una resplandeciente sonrisa -¡Despertar es de hombres!

     -Es una mujer...- menciono Mira con una sonrisa de alivio para después mirar a su hermana pequeña. -Nos alegra muchísimo que estés bien, Lisanna -dijo después de separarse de ella y mientras se limpiaba las lágrimas -Hemos pasado tanto miedo... Pensé que te perdía, otra vez...

Lisanna sonrió con tristeza sin saber muy bien como contestar a eso. A pesar de llevar casi un mes inconsciente, estaba muy cansada y dolorida. La gran entrada de todos los integrantes del gremio no había mejorada en nada su condición.

     -Yo también me alegro mucho Mira-nee –susurro Lisanna mirando a su alrededor. Había visto a todos sus amigos aparecer para saludarla, pero faltaba algo... ¿O alguien? –¿Lucy no está en el gremio? Es a la única que no he visto... Creo...

Cana giro la cabeza para mirar al Maestro Makarov cuyo rostro había cambiado de una deslumbrante sonrisa de alivio a una mirada de completa seriedad.

Lisanna los miro a todos expectantes por su respuesta. El silencio y el ambiente tenso que se había instalado en la habitación después de hacer esa pregunta no le parecía una buena señal.

     -¿Chicos...?- volvió a preguntar perdiendo por completo su sonrisa.

     -Lisanna, no debes preocuparte por nada- dijo Erza con una mirada muy seria, demasiado para la opinión de Lisanna- Ya nos hemos encargado de ella. No volverá a hacer daño.

Si pudiera volver a verteWhere stories live. Discover now