Capítulo 19

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—¿Quién eres? —le pregunté a esa chica rubia.

—¿No me recuerdas, cierto? —dijo mientras jugaba con su cabello.

—No, nunca te he visto.

—Sí. —Soltó una carcajada—. Definitivamente sufres de amnesia.

—¿Cómo sabes que hoy siento como si no recordase algo? ¿Quién eres? —insistí.

—Soy Cherry. —Se presentó—. Tu hada de primavera. Qué triste que me hayas olvidado, después de todo lo que sucedió.

—He tenido un día extraño, con muchos deja vú y ahora vienes tú diciendo que eres un hada.

—¿Sabes, Anthony Spring? No son deja vú, son recuerdos que sí tuvieron lugar.

—Aguarda —Alcé una ceja—. ¿Cómo sabes mi nombre y apellido?

—¡Esto es irritante! —Se exasperó Cherry—. Anthony ya deja de hacer preguntas. Escúchame, es hora de arreglar esto de una vez. No tengo mucha energía, pero espero que funcione.

—¿Arreglar qué? ¿Energía? —cuestioné, confundido.

—Cállate y junta tus manos. ¡Ahora! —me gritó.

Una extraña varita apareció de la nada. Sinceramente, Yo no podía creer lo que estaba viendo.

—¿Sabes? La primera vez que viste esta varita tenías la misma expresión tonta en tu rostro. —Cherry suspiró—. Junta tus manos, que ya no hay mucho tiempo.

Seguí su indicación. Ella agitó su varita varias veces, mas nada sucedió.

«¿Por qué estoy esperando a que suceda algo?» —pensé.

Cherry agitó su varita de nuevo. Así, un lindo clavel apareció entre mis manos, y luego un recuerdo vino a mí.

—Anthony, quiero que sepas que siempre te amaré.

Las últimas palabras de Theo. El chico de mis sueños, que perdí para siempre en la fuente Clavelrosa.

Los recuerdos siguieron llegando como una reacción en cadena, desordenada y bastante rápida.

—Anthony Spring. Acabo de hacerle una pregunta. ¿Quién es este joven?

—Su nombre es Theo.

—¿Quién eres?

—Soy el chico de tus sueños.

Deseo ser amado por el chico de mis sueños.

Y así fue como recordé todo, desde el día que Cherry me concedió el deseo, hasta el día que Theo falleció en mis brazos.

La fuente, nuestro primer beso, el día que me salvó de caer al vacío. También las horas felices en el desayuno con su caja de cereal. Todo ha vuelto a ser parte de mi memoria.

Supe que el dolor y mis lágrimas eran reales.

—¡Odio todo esto! —expresé mientras lloraba desconsolado.

Cherry me dirigió la palabra.

—Mi madre cree que el olvido es la única forma de borrar el dolor, pero se equivoca, para sanarlo primero debe sentirse.

—Estaba teniendo una vida normal —afirmé—. Un día maravilloso, y tú has vuelto con la magia... —sollocé—. Mejor aléjate de mí.

—Anthony, sé que estás dolido. Puedes sacar lo que te enoja y toda tu tristeza ahora.

Volverá la primaveraWhere stories live. Discover now