15 II

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Diciembre 19, 2011

Dan se despertó, sintiendo el frío de la mañana carcomiéndole los huesos. Como en su departamento se había cortado la luz, no pudo conectar la estufa eléctrica. Así que, su cama era una montaña de acolchados.
Merlin se había dormido con él y yacía hecho una bolita en el lado derecho de la cama.
Con muy pocas ganas, se reincorporó y refregó sus ojos, para ver mejor. Notó que su habitación estaba muy vacía, habían cosas dentro de cajas y todo se veía muy gris y opaco. Más allá de que Dan nunca fue alguien colorido, su entorno se sentía apagado... Como si faltara algo.
Agarró su celular, que estaba recostado al lado de su almohada, y se fijó en la hora. Eran las 10:37am, temprano. En unas cuantas horas estaría tomando un vuelo hacia Oceanía, y todo lo que alguna vez conoció y vio en Inglaterra se habría transformando en una fotografía borrosa.
Suspiró al prestarle atención a su fondo de pantalla. Era una foto de él y Emily haciendo caras raras.
- Me va a atormentar hasta en mis sueños...- le dijo al gato.
Merlin lo miró, para luego volver a acurrucarse entre las sábanas. Dan sonrió de lado, y finalmente decidió levantarse.

[...]

- Si... No te preocupes, mamá. Tal vez vuelva para año nuevo, no lo sé... Si, me voy a cuidar, adiós...- cortó la llamada, y se guardó el celular en el bolsillo.
Agarró sus maletas y a Merlin, para así salir de su departamento en busca de un taxi.

Paró en la puerta de la casa de los Darling. Tenía pensado dejarle a Emily su gato, porque no había nadie que pudiera cuidar mejor de Merlin que su admiradora favorita.
Tocó el timbre, y Josh le abrió la puerta.
- ¡Hola, Dan! Qué bueno verte...- exclamó el padre de Emily.
Dan sonrió.- Igualmente, ¿Está Lorene?- Josh asintió y lo dejó pasar.
- Está en la sala, pasa...- Dan asintió y caminó hacia el living, donde Lorene estaba tejiendo.
Cuando la mamá de Emily lo vio, sonrió de oreja a oreja. Lorene le tenía un gran cariño a Dan, y le encantaba atenderlo en su casa. Era por lejos una de sus personas favoritas.
Dan se acercó y la abrazó con cuidado, para luego sentarse a su lado en el sillón.
-¿Qué te trae por aquí?- preguntó ella, dejando sobre la mesa ratona un suéter casi terminado.
- Vine para darte esto...- dijo mientras bajaba el cierre de su campera, y sacaba al gato gris y peludo que tiritaba de frío.
Lorene hizo un gesto de sorpresa y de ternura, y con cuidado agarró a Merlin para abrazarlo.
- Necesito que se lo des a Emily, yo sé que ella lo va a cuidar muy bien en lo que yo estoy lejos...-.
Lorene lo miró y asintió con una sonrisa.
- Voy a extrañar verte por aquí, al igual que todos...- dijo acomodándose los anteojos.- Emily ha estado muy mal por tu partida, pero este amiguito la pondrá mejor-.
Dan no sabía si sonreír o llorar. Optó por sonreír.
- Gracias, Lorene.

[...]

11:15am

Emily despertó muy tarde para ser día de semana. Bajó las escaleras en pijama, y se sorprendió de encontrarse con Merlin caminando por el pasillo.
-¿Qué...?
- Dan lo trajo esta mañana...- dijo su hermano mientras caminaba hacia la cocina.
Emily corrió escaleras arriba, entrando de golpe a su habitación y buscando el celular entre las sabanas. Apenas lo agarró, se fijó en la fecha.
Efectivamente, hoy era el día.
Bajó corriendo las escaleras, y buscó a Johnnie en la cocina.
-¿A qué hora vino?- preguntó con desesperación.
- Hace unos minutos...- dijo mientras comía unas papas fritas.
-¡Johnatan!- lo retó Lorene, entrando a la habitación y arrebatándole el paquete de frituras a su hijo.
- Mamá, ¿me prestas tu auto?- preguntó con la voz agitada.
- Claro, ¿irás por Daniel?- Emily asintió.- Mis llaves están sobre la mesa del recibidor...-.
Emily se esfumó dejando una nube de humo, y corrió como nunca lo había hecho antes.
Volvió a subir las escaleras por segunda vez en el día, y se metió en su cuarto para vestirse y abrigarse. Tardó dos minutos en alistarse y bajar las escaleras.
-¡No me llamen!- exclamó mientras agarraba las llaves del auto y desaparecía por la puerta principal.
Emily había sacado su carné de conducir cuando había terminado la secundaria. No conducía muy a menudo, y menos el auto de su mamá, por lo que le resultó difícil llegar al aeropuerto.

[...]

Sacó un cigarrillo y le dio una gran calada para luego tirarlo al suelo.
Con valijas en mano, una mochila y su guitarra guardada en el estuche, sonrió con tristeza. Este era su último día en Londres, y también la última vez que vería a Emily, si ella se presentaba.
Había dormido muy poco la noche anterior, y todo por mirar una película de miedo a la madrugada, para despejar la mente.
Louise pasó por su casa, esa mañana, para quedarse con el gato naranja de Alex. No hubo mucho contacto entre los dos, apenas hablaron y ella se llevó al gato a su departamento. Él extrañaría mucho a esa bola de pelos, pero supongo que Gato estaría mejor sin él.
Dentro del aeropuerto estaban Miles, Penny, Matt y Valerie, todos esperándolo a él. No se sorprendió de no ver a Emily, pero igualmente fingió una sonrisa.
- ¿Con que Nueva York?- preguntó Matt riéndose.
- Si, increíble ¿no?- dijo Alex sacándose las gafas de sol.
Los dos amigos se abrazaron y por detrás se unió Miles, formando parte de un gran abrazo.
-¿Y Emily?- preguntó Alex cuando se separaron.
Penny miró a Miles, y Miles miró a Alex, quien sonreía. 
- No sé si vendrá...- dijo la rubia.
-¿Se puede saber por qué?-.
- Hoy también se iba Daniel, a Australia... Ni si quiera vendrá a despedirse de él...- dijo Miles arreglándose el flequillo.
Alex no se esperaba aquello ¿El chico alto de acento inglés bien marcado se iba al sur?
-¿Esto es por mi?- preguntó Alex sintiendo culpa.
Penny no sabia como explicarle, así que asintió con la cabeza.
Él no tenía ni idea de que sus acciones habían empeorado la relación entre Emily y Daniel. Nunca fue su intención, y todo por estar ciego.
Se dio la vuelta y pateó una de sus valijas.
-¡Relájate!- le dijo Miles agarrándolo del brazo.
Pero Alex no podía calmarse. Se odiaba por arruinarle la vida a medio mundo, y por suerte esto se iba a acabar.

Noviembre 27

- Dan, no es lo que tú piensas...- dijo Emily, mientras caminaba hacia él.
- ¡Pues es lo que yo vi!- exclamó con humo saliendo de sus orejas.
Emily se mordió el labio inferior, queriendo volver el tiempo atrás.
No creyó que esa simple cita iba a terminar en un beso forzado. Creyó que Alex había cambiado, pero tuvo que haberse dado cuenta por el olor a alcohol que emanaba de su piel de que las cosas seguían igual.
- Emily, yo te amo ¿si? Pero no puedo soportar verte con él.- dijo refiriéndose a Alex.- Estas dándole muchas oportunidades, y creo que él se está aprovechando y no quiere solo una amistad... Que seas mi novia, y tener que verte besándote a otra persona, me rompe el corazón...-.
Emily lloraba, también Daniel. Esto había llegado muy lejos.
- Perdón...
- No tienes por qué disculparte, él fue el que te besó. Lo vi, y te entiendo, pero...
- ¿Pero?- lo interrumpió Emily.
Daniel se le quedó mirando.
Suspiró.- Mejor me voy para mi departamento, no me llames ¿ok?
Emily no pudo responderle porque este ya se había dado la vuelta para irse.

Fue ahí donde empezó el final...

Un Cierto RomanceWhere stories live. Discover now