1

2.7K 84 8
                                    

2010

Cada acorde le parecía una excepcional obra de arte, una melodía que podría escuchar hasta la tumba. Sus dedos eran veloces, como las gacelas al ser perseguidas por leones hambrientos. Su cabello caía sobre su nariz provocándole cosquillas, y él simplemente soplaba hacia arriba para correr un poco aquel molestoso mechón de pelo, mientras tocaba la guitarra con mucha precisión. Emily mantenía la mirada fija en él, y su corazón no dejaba de latir más de lo normal. A pesar de que Alex era su mejor amigo, este se había convertido en su primer gran amor. Aunque no estaba del todo segura... tal vez solo confundida, pero sus sentimientos se ponían muy en duda. Cada vez que Alex estaba cerca, sus manos sudaban y un dolor punzante le molestaba en el pecho. Pero ella no quería aceptar que lo amaba, y por eso intentaba hacerse creer a si misma de que nada era real. Cuando Alex había terminado de tocar, la observo con una sonrisa apretada y riendo le preguntó- ¿Qué te pareció?-.

Emily le sonrió dulcemente – Precioso-; él rió por lo bajo y meneo su cabeza- Me alegra que te gustara, Ems- dijo mostrando los dientes dándole vida a su hermosa sonrisa. Luego de unos minutos de mantener una pequeña charla, se fueron de aquella plaza, él con su guitarra y ella con una lata de gaseosa en su mano izquierda.

Llegaron al gran patio de la universidad, donde Alex rápidamente desapareció de su vista para irse con sus amigos. '-Sola de nuevo-' se dijo mientras caminaba hacia la entrada.

-¡Emily!

Se dio media vuelta y pudo ver como su amigo corría hacia ella, extendiendo sus brazos. Al estar frente a ella, la abrazó y la alzó haciéndola girar. Emily reía como una niña pequeña, pidiendo a gritos que la bajase. Cuando sus pies tocaron el suelo, Alex instantáneamente la tomó de la muñeca, y la llevó literalmente arrastrando hasta un banco que se situaba bajo un árbol.

- Eres un idiota- le dijo Emily mientras reía un poco.

- Gracias, yo también te quiero, Ems...- dijo sacando un paquete de cigarros, poniéndose uno en entre los labios, y buscando el encendedor en su bolsillo.

Cuando prendió el cigarrillo, le espiró el humo en su pálido rostro, sabiendo que eso a ella le molestaba mucho. Entonces, en un movimiento rápido, Emily le arrebató el cigarro, y luego salió corriendo. A él no le gustaba que ella fumase, siempre le había dicho que no cometiera el mismo error que él. Alex tenía el ceño fruncido, y ella sabía muy bien que estaba enojado. Dio una calada mirándolo divertida, y eso molestó mucho mas a Alex. Y ahí comenzó la persecución.

- Emily, basta...- dijo cansado de perseguirla. Alex estaba serio, y ella no dejaba de reírse. Alex la miró y se dio la vuelta, dispuesto a irse. Y entonces a Emily le cambió la cara.

- Alex, perdón- dijo apenada

- Te dije que no quiero que fumes- dijo dándose la vuelta para mirarla.

- No puedes obligarme – soltó una risita.

-Si puedo, soy tu amigo y me importas mucho- fue bastante honesta y dolorosa aquella respuesta. Le preocupaba, y lo sabía perfectamente.

- Lo siento...

Un amigo de Alex pasó caminando, le golpeo la espalda y le avisó que la clase ya comenzaba.

- Debo irme- dijo Alex agarrando con fuerza su mochila.

- Perdón...

- ¿Sabes? No te preocupes, no importa... te perdono.

Ella estaba insegura- No te creo...

- Créeme.

- Lo siento, ¿sí?, te quiero.

Alex se acercó y la rodeó con sus brazos. Ella se quedó quieta aspirando el adictivo olor de su colonia mezclado con el olor a tabaco.

- Nos vemos luego- dijo separándose de ella.

- Está bien- sonrió un poco.

Y Alex desapareció de su vista en pocos segundos.

[...]

-Gracias Penny...- dijo dando un sorbo a su taza de café.

- Este café me lo compró Miles cuando viajó a Francia- dijo sentándose en el sillón grande.

Emily apenas sonrió- Es muy rico.

- Exquisito- remarcó.

Segundos después, Jane volvió del baño. Se sentó al lado de Penny, mirando a Emily jugando con su café, perdida en su mundo.

- Emi...- la castaña levantó la cabeza y se concentró en su amiga de ojos verdes.

- ¿Si?

- Cuéntanos- dijo agarrando la taza de café que había estado esperando por ella el tiempo que estuvo encerrada en el baño maquillándose.

Emily las miró y suspiró- Es Alex...

- ¿Qué hay con él?- preguntó Penny.

Lo pensó dos veces, pero como ellas dos eran sus amigas, no tuvo que ocultarlo. Solamente en ellas podía confiar.

- Creo que lo amo...

Jane había quedado sorprendida, por otro lado, Penny sonreía.

- Lo sabia- soltó la rubia con una gran sonrisa.


[...]


Saltó sobre su cama y se dispuso a leer un par de textos de Literatura. La universidad la tenia agotada, pero su mente la había hartado.

Desde que se había despedido de Alex aquella tarde, no había dejado de pensar en su esplendida sonrisa. En como su cabello a veces se tornaba ondulado, bastante ondulado. En pequeños detalles que solo para ella tenían sentido.

La tenía a sus pies, como loca.

'-Tal vez, solo es una simple atracción, ¿calentura, quizá?-'había dicho su amiga Jane.

Pero Penny negó rotundamente la opinión de Jane. '-Está más que claro que estás enamorada de él-'había exclamado Penny.


Dejó los textos de lado, sobre su mesita de luz. Se levantó para prender el equipo de música y reproducir un copilado de canciones de The Smiths.

Volvió a su cama, se recostó boca arriba y escuchó en silencio uno de sus temas favoritos.

- Some girls are bigger tan others...- susurraba partes de la letra.


No sabía por qué, pero recordó un día momento en especial. Cuando Alex tocaba su guitarra, y cantando una canción de Oasis mientras la miraba. Ella solo admiraba la belleza que emanaba de todo su ser. Es cierto lo que dicen muchos, un chico es más atractivo si le das una guitarra. Y los músicos a Emily la dejaban por el piso. Recordó las miradas, los halagos que ella le había dado por la magnífica canción, y el tierno beso que él le había dado antes de irse a su clase de música.

El tema había terminado, y una nueva canción comenzaba a sonar por toda la habitación. Cambió de posición y ahora estaba boca abajo, con la vista tapada por la almohada. Se limitó a gritar, aunque eso no era suficiente para descargarse un poco de su estado de "estoy enamorada de alguien del que nunca debería de haberme fijado".

Un Cierto RomanceWhere stories live. Discover now