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Enero 20, jueves, 22:36pm


Era su vaso número dos, y todavía seguía cuerda.
Sus dos amigas se encontraban bailando, mientras que ella prefirió quedarse sentada en una mesita tomando whisky. La música y las conversaciones aturdían molestosamente. Vagamente se levantó para dirigirse fuera del bar.
Tomó su abrigo y su cartera, y se encaminó hacia donde estaban sus amigas. Les explicó que quería irse, y que mandaría un mensaje al día siguiente para arreglar la despedida de soltera. Las dos chicas, que en ese momento estaban bastante borrachas, asintieron y se despidieron de ella.

[...]

Ya llevaba unos largos minutos sentada en el cordón de la vereda, mirando cómo la gente iba entrando y saliendo de la discoteca. Pudo haberse ido, pero no tenía ganas de caminar hasta su casa, o de tomar el metro... Entre barullo de gente borracha, gente sobria y discusiones pasadas de tono; reconoció una risa peculiar. Una risa conocida, una risa a la cual ella adoraba. Se dio la vuelta y sí, era lo que ella pensaba.
- Daniel...
El chico dejó de reír y la vio, allí sentada en el suelo, sola y tiritando de frio. Sonrió de la misma manera que Emily, sin mostrar los dientes.
- Hola- dijo caminando lentamente hacia ella.
Emily extendió sus brazos, pidiendo ayuda para levantarse. Dan la tomó de las manos y en un abrir y cerrar de ojos, Emily ya estaba de pie. Notó que detrás de él había dos chicos. Uno era un poco más bajo que Daniel, con él cabello negro y ojos claros; el otro era de la misma altura que el chico de los ojos azules, pero tenía el cabello muy rizado. Daniel se dio la vuelta y les hizo unas señas a los dos chicos, los cuales se acercaron con sonrisas tímidas.
- Phil, Zack. Esta es Emily. Ems, mis amigos- dijo presentándolos.
- Hola, un gusto- dijo Emily sonriendo y mirando a los dos chicos altos.
- Igualmente- dijo el chico de ojos claros- Soy Phil, por cierto...
- Y yo Zack- dijo sonriendo amigablemente- Mucho gusto, Emily.
Emily les volvió a sonreír, sin saber que mas hacer.
- Bueno- dijo Dan- ¿entramos?
Los otros dos asintieron y caminaron hasta la entrada. Dan se dio la vuelta y observó a Emily, quien seguía parada todavía sin saber que hacer.
- ¿Vienes?
- Claro...

Entraron los cuatro pasando por entre la gente. Se sentaron en una mesa alejada de la barra de bebidas, y rápidamente comenzaron a charlar.
El aire estaba raro, más allá del olor a alcohol que había en todo el lugar. Emily estaba sentada al lado de Dan, enfrente de Zack y Phil. Ella podía sentir el peso de los ojos de Daniel, mirándola de reojo a cada rato. Estaba nerviosa desde los pies hasta la cabeza. Los cuatro hablaban de películas raras, sobre misterios y temas turbios.
En un momento cualquiera, los dos amigos de Dan se levantan para pedir tragos, por lo que él y ella quedan solos. Sin decir palabra alguna...
- Ems...
- ¿Si?
- Lo de hoy...
- Me gustó- respondió interrumpiéndolo.
- A mi también- dijo tomando su mano.
Se miraron unos segundos.
- Yo...
Ella se le quedó mirando, embobada. Miraba un poco perdida a su hermosa totalidad. Pero más que nada a sus labios. Ella los había probado. Ella los había sentido, chocando suavemente contra los suyos. Fríos y delicados. Se moría en vida por tocarlos de nuevo. Los tenía justo enfrente de ella, a unos centímetros de distancia. Podía tranquilamente acercarse y sentirlos rozando con sus propios labios por segunda vez. Podía simplemente acercarse. Pero no lo hizo.
En ese momento pudo ver a lo lejos a una persona de espaldas, a una persona imposible de no reconocer. Se quedó en shock.
Daniel se inclinó hacia ella para poder besarla, pero Emily se alejó volviendo a la realidad.
- Dan, no...
- No me hagas esto...- alcanzó a decir en voz baja.
- ¿Hacer qué?
- Rechazarme.
- Nunca te rechacé.
- ¡Lo acabas de hacer!
- No es por eso...
- ¿Entonces?¿Por qué no me dejas besarte ahora?
Sus ojos se clavaban con fuerza como si se trataran de afilados cuchillos, y de nuevo volvía a sentir ese dolor tan molesto en el área del pecho. Desde la última vez que había visto a Alex, aquel dolor no había cobrado vida, y esta vez dolía más que antes. Le sudaban las manos, y sus piernas temblaban. Desvió la mirada hacia un costado, intentando evitar el contacto visual. Dan no hizo nada más que quedarse quieto como una estatua, mirándola serio.
- No puedo creerlo...- escuchó a su mejor amiga y se sobresaltó.
- Penny, ¿Qué haces aquí?- preguntó en un tono nervioso.
- No sé si te acuerdas, pero habíamos venido aquí para tomar unos tragos...- Dan volteó y Penny lo miró para luego sonreírle- Y para tener una noche de chicas.
Dan giró su cabeza para mirar a la nerviosa Emily.
-Penélope, ¿Podrías dejarnos solos por unos minutos?
- Claro, estaremos en la barra- le respondió y rápidamente desapareció.
Emily lo miró y se relamió los labios
- Dan, yo...
Dan se levantó y le extendió la mano a Emily, quien lo miraba desconcertada. Ella tomó su mano y lo siguió hasta la entrada.

[...]

- Ems...
- ¿Si?- dijo con las manos en los bolsillos.
La miró y luego de unos segundos movió la cabeza hacia un costado- Supongo que deberías de ir con tus amigas- dijo mirando hacia la nada- además, yo también había salido con mis dos amigos para tener una "noche de chicos"- dio énfasis a lo último.
- Tal vez, pero...
- ¿Pero qué?- dijo mirándola serio, como cuando minutos antes fueron interrumpidos por Penny.
- Pero quiero pasar un rato contigo.
Dan soltó una risita, pero su rostro no habia cambiado mucho, seguia en total seriedad- ¿Qué quieres, Emily? Dime, ¿Qué quieres de mi?- su voz se elevó y en sus ojos ya no había luz.
- ¿Por qué te enojas?- se acercó a él- No te he hecho nada malo...
- Primero que todo, evitas que te de un beso y luego me dices que quieres pasar el rato conmigo. Y no soy estúpido como para no darme cuenta de que algo sucede entre nosotros, y me gustaría saber qué es lo que buscas en mí.- suspiró con enojo- Emily, no soy una distracción. No es broma cuando te digo que te quiero, que me gusta estar contigo, pero yo... yo no sé. Necesito que me digas concretamente que quieres con esto. ¿Me quieres? ¿O solo me quieres para pasar el rato y ya?
Emily se quedó callada, tratando de mantener la mente en blanco y centrarse en el chico que se encontraba frente a ella. Quería poder reorganizar su mente y entender a su corazón. Ella no sabía qué era lo que ella misma quería. Pero si sabía, que algo sentía por Daniel. Y también por Alex.
Maldito Alex. Él siempre se interponía en su vida, molestando y desviándola del camino. Ella lo único que quería era ser feliz por una vez en su corta vida, ella quería simplemente amar y ser amada. Aquello era lo único que le importaba en ese momento. Y Daniel era la única persona que podría darle aquello.
Entonces se arremangó las mangas de la camisa, se ató el cabello en una coleta, y tomo todo el poder de su cabeza y cuerpo. Soltó sin siquiera pensar, todo lo que tenía guardado.
- No sé si te quiero, o si te amo. Sé que siento algo por ti, pero el problema es que no sé lo que siento.- agarró las manos de Daniel y comenzó a jugar con sus dedos- Puedo decirte, que cada vez que me tocas me agarra una descarga eléctrica, que cada vez que me miras siento cosquillas en mi estomago, que tu risa me hace estremecer. Que cuando pronuncias mi nombre me siento dichosa, que con cada abrazo que me obsequias me haces sentir protegida, que el beso que plantaste en mis labios estuvo hecho de estrellas y que la sensación fue magica.- entrelazó fuertemente sus manos con las de él- Sé muy bien que de alguna manera me estoy enamorando de ti, y eso es algo que muy pocas veces me pasa de verdad. Siempre me gustaron muchos chicos pero no de la manera en que tú me gustas. Contigo me siento correspondida, siento que de alguna manera también estás sintiendo lo mismo que yo. Y tal vez sí te quiero, sí te amo, y puede que sea más que eso. Eres alguien raro y extrovertido. Y me importas mucho... Estuviste ahí más que cualquiera, y solo pasaron tres meses desde que nos conocimos. Me quieres por como soy, y no hay muchas personas que hagan eso... Y sé que hay otros sentimientos en medio, otras cosas que todavía tengo que procesar y próximamente eliminar. Pero ahora, en este momento, solo sé que estamos tú y yo. Somos nosotros contra el mundo y me encantaría que siempre fuese así.- pequeñas lagrimas salieron de sus ojos, brillando por el reflejo de las luces de los faroles- Eres de las pocas cosas que actualmente me hacen bien, y no puedo estar más agradecida de haberte conocido. Y si te rechazo o te evito, es porque tengo miedo de que todo salga mal. Y aquellas cosas que me suceden se comportan como obstáculos en lo que quiero. No te uso como distracción, o simplemente porque quiero olvidarme de todo. Te quiero, y sinceramente, el estar contigo me hace viajar a otro universo. Un universo en el que mis preocupaciones, mis miedos, las cosas que me hacen mal, no están. Y me gusta viajar a ese lugar, me hace feliz. Te necesito, Danny...

Daniel se había quedado tieso. A Emily se le había secado la garganta de hablar todo de corrido, pero ésta había sido la declaración más sincera que ella le había dado a alguien.

[...]

-¿Dónde estabas?- preguntó Jane con su bolso en mano.
-Afuera...
Penny apareció entre la gente y miró a Emily, quien estaba completamente decaída.
-¿Qué te pasó?
- Nada... ¿Podemos irnos ya?
Sus dos amigas asintieron y salieron juntas de la discoteca. Caminaron hasta el auto de Penny y arrancaron rumbo a casa de Jane.
- ¿No vas a contarnos, Emily?- preguntó Penny con la vista en la carretera.
- Sabes que seremos comprensivas y que te ayudaremos en lo que sea, así que no tengas miedo- le dijo Jane mientras sobaba su espalda.
- Es que... ¿Por qué siempre me pisotean?- dijo a punto de ahogarse en llanto.
- ¿A qué te refieres, Darling?- preguntó Penny deteniendo el coche a un costado.
- Le dije todo lo que sentía por él, y él simplemente se quedó callado y se fue...- lagrimas brotaban sin parar.
- ¿Daniel?- Emily asintió- Oh, pequeña...
- Quiero que esto te quede claro, Emily- dijo Penny volteándose hacia el asiento trasero- Por lo poco que sé de ese chico, por todas las cosas que me cuentas de él, no creo que te odie o que te haya pisoteado. Simplemente necesitaba tiempo para pensarlo, además no te dijo nada, no te dijo no te amaba ¿O sí?
Emily negó con la cabeza- él antes me dijo que me quería...
- Entonces quédate tranquila, y sonríe un poco. Que la cara de perrito mojado no te sienta muy bien- le regaló una cálida sonrisa- Yo tengo fe en que pronto golpeara a tu puerta y se disculpará por todo.
Emily sonrió- Gracias, Penny...

[...]

Abrió sus ojos ya que la luz del día la había despertado. Se levantó con un bostezo y se puso un saco de lana sobre el pijama. Bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, en busca de algo para desayunar.
Ya en la cocina, vio un plato con galletas sobre la mesada y sonrió. Se dio la vuelta en dirección a la heladera y la abrió buscando el jugo de naranja. Pero ya no quedaba nada.
- Perdón, fui yo, Ems- dijo su hermano Johnnie entrando en la cocina.
- ¿Debo ir a comprar?- suspiró- Se supone que deberías ir tú, por acabártelo todo y sin pensar en los demás.
- Lo lamento mucho, pero tengo que ir a la escuela- agarró una galletita del plato que yacía sobre la mesada- ¡Adiós!
- Mocoso...- bufó luego de que su hermano se hubiera ido.
Subió las escaleras y entró a su cuarto, se sacó el pijama y se puso algo casual, como para salir a comprar jugo de naranja un viernes por la mañana. Corrió escaleras abajo y se puso el abrigo que colgaba del perchero. Tomó sus llaves y abrió la puerta, topándose con un Daniel súper abrigado y con el rostro mas pálido que de costumbre.
- Dan...
Éste la miró y la rodeó con sus brazos rápidamente. Emily posó sus manos en el pecho de Dan y lo empujó levemente, alejándolo de sí.
- Daniel, ¿Qué haces aquí?- preguntó mirándolo - Es temprano, y hace frio...
- No pude dormir en toda la noche- dijo con sus ojos fijos en los de ella. Emily notó sus ojeras- Estuve pensando en todo lo que me has dicho, me estuve castigando mentalmente por haberme ido sin decirte nada. Y yo quiero decirte que estoy enamorado de ti desde el primer día en que te conocí... Me cuesta un poco decirlo, pero- se rascó la nuca-  te quiero a mi lado hasta el fin de los tiempos. Te necesito para respirar. Eres lo mejor que me está pasando, y sin ti yo no sé qué sería de mi en este mismo momento. Seguramente estaría tirado en el sillón, jugando videos juegos, en vez de arriesgarme y confesarle mis sentimientos a la chica que amo...
- Eres tan cursi...- dijo con los ojos brillosos- Te odio, Daniel...
Dan rió- Lo sé.
- Lo siento- se limpió unas pequeñas lagrimas.
- No, yo lo siento. Fui un estúpido, perdóname Emily- se acercó y le limpió un par de lágrimas que colgaban de su barbilla.
- Está bien- dijo con sus ojos cerrados.
- ¡Hey!, mírame...- Emily abrió sus ojos y lo vio sonriéndole- Te quiero.
- Y yo también...


Un Cierto RomanceWhere stories live. Discover now