—¡¿Pero qué?! —Elevo la voz.

—Y si es Asher quien está en peligro a causa de Theo.

—Eso es imposible —bufo—. Theo jamás… —Hago una pausa—. ¡Marisa! —me muestro indignado—. No me hagas dudar de mi novio, confío en él.

—Escúchame bien, Anthony. Estuve uniendo algunas piezas de este rompecabezas primaveral en el que te metiste, y muchas cosas tienen sentido —deduce—. Lamento que sea así, pero es necesario que pongas atención.

—¡Habla ahora! —exijo furioso.

—¿No te parece inusual que cuando Theo llegó comenzaron a suceder cosas extrañas?

—Créeme que eso lo sé —replico con humor—. Lo he vivido cada día. Por favor Marisa, no digas disparates.

—Desde que Theo entró en tu vida, la vida de Asher ha ido en picada. Primero se volvió alérgico a los chocolates, luego él y Chad terminaron su relación —explica, seria—. Por cierto, Asher tiene un odio desmedido y sin razón aparente hacia ustedes.

—¿Y? —Vuelvo a torcer el gesto.

—El cambio repentino en su comportamiento. Su salida de la banda Escorpión Congelado. Además, ¿no crees un poco extraño lo que me contaste hace unos meses?

—¿Qué?

—Asher sufrió un desmayo en el festival inicial de primavera, justo ese día, pediste tu deseo, bueno, según lo que me contaste.

—Aguarda... ¿Estás diciéndome que la llegada de Theo afectó a Asher Woods?

—Por lógica, sí.

—Eso es absurdo —me muestro incrédulo—. ¿Por qué lo afectaría?

—Uniendo las piezas, llegué a una conclusión.

—¿Y cuál es? —le pregunto, expectante.

—Asher está enamorado de ti.

Tuve que contar hasta diez para asimilar semejante disparate.

—Marisa, agradezco que quieras ayudar, pero es imposible que mi novio le haga daño a alguien, y que ese alguien, esté enamorado de mí. Simplemente no lo acepto.

—Bueno, solo quería ayudarte. —Marisa apartó la mirada—. ¿Sabes? Hay una tercera posibilidad, mucho peor que las anteriores.

—No me digas —repliqué, sarcásticamente.

—Sí, y es terrible.

—¿Cuál sería esa posibilidad?

—Perder a mi mejor amigo.

El tiempo parecía detenerse. Marisa estaba tan preocupada... y yo tan terco.

—¿Cómo? —musité.

—Y si tú eres el tercero en discordia —supuso—. Si las mascaras más bien tratan de sacarte de en medio para estar juntas. En ese caso, corres un grave peligro.

—Ok... Ahora dices que Theo y Asher deben estar juntos. —Puse los ojos en blanco—. Marisa, no quiero pelear contigo, en verdad. Theo es el chico de mis sueños —enfaticé—, y lo amo. No es el chico de los sueños de Asher.

—Tranquilízate, Anthony.

—¿Cómo puedo estar tranquilo sabiendo que algo malo podría sucederme?

—Yo tampoco estoy en calma, pero sí te lo digo, es para que tomes precauciones.

—Lo sé, lo sé —repetí entre dientes.

Volverá la primaveraWhere stories live. Discover now