39; Treat you Better

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–Daryl Dixon, quien diría que terminarías así, como un pobre diablo, el esclavo sexual de una niña de 17 –, al terminar Carol soltó una carcajada y bebió de la botella verdosa, el castaño le hizo una mueca volteando al lado contrario, si tenía razón, era vergonzoso

–Fue un favor para Glenn y Maggie...–, se limitó él dando un sorbo de su cerveza

–Excusas Dixon –, y la pelirroja volvió a beber, –Deberíamos irnos ya, tienes que despertar temprano para llevar a tu novia a la preparatoria –, Daryl cubrió sus ojos, esa mujer sabía exactamente como abofetearlo con guante blanco, asintió dando el último trago dejando el pago y propina en el centro de la mesa

La llevó a casa, pero como siempre ella le pidió dejarla unas casas atrás, si no contó mal, eran diez.

Por lo que decidió seguirle el paso, cuando ella se detuvo frente a una desteñida casa, a Daryl se le paralizó el corazón, un hombre -no sabía si tenía su edad o era mayor- le esperaba en la puerta dónde apenas ella colocó ambos pies en la entrada le tomo fuertemente del brazo lanzándola dentro del pequeño jardín

Ella se quedo tendida ocultando su rostro entre sus delgados brazos y el sujeto aprovecho para patearla, Carol seguía inmóvil dejándolo hacerle daño.
El hombre se arrodillo a la altura de su rostro, ella lo elevo levemente y de nuevo se le adelanto y apretó su mandíbula, gritando y diciéndole cosas que el no escuchaba

Daryl quería correr y salvarla, su única y verdadera chica estaba en peligro, su celular sonó con ese característico ringtone que tanto le hartaba

–¿Que ocurre Rosita?

–Estoy bien, tranquila

–Si, nos vemos mañana.–, cuando redirigió su vista a la destartalada casa, ya no había nadie en el jardín, las luces estaban apagadas y la puerta principal propiamente cerrada.

Finalmente se propuso pedirle explicaciones a Carol al día siguiente pues dormir fue todo un reto, su cerebro repetía constantemente todo lo que vio fuera de aquella casa además de intentar memorizar la apariencia de ese hombre: no era muy alto, cabello corto, delgado, era muy noche no podía visualizar con claridad los detalles

–Carol... Carol–, la pelirroja lo ignoro sirviendo prolijamente una fina taza de café –Daryl por favor cariño, espera –, le contestó al fin sin verle a la cara, seguía concentrada en la orden
–¿entregando eso podemos hablar?– preguntó la situación era urgente para él, lo mataba aquello
– ¿sobre qué?, ya vuelvo...

–Tara, tomaré un descanso, no tardó–, la pelinegra asintió mientras Carol se alejaba con su mejor amigo a una mesa en el fondo del local,

–Dime...

–Tu novio, Carol, bueno no sé si es tu novio, pero te espero en casa y... Te golpeó. – durante el silencio de ambos unas fuertes manos se posaron en los a comparación delgados hombros de Peletier

Daryl lo reconoció de inmediato; Castaño, ojos azules, ligera barba y algunos rizos sobre su frente. Dixon noto automáticamente como su mejor amiga se tensó y con la sonrisa más tonta y asustada se giró hacia el tipo, luego lo vio de nuevo:

–Rick, el es Daryl, Daryl es el es Rick mi novio.

–Un gusto, Daryl es un placer conocer al mejor amigo de Carol– el cinismo en su voz podía verse a kilómetros y el tosco muchacho no se quedó atrás –Así que tu eres el que no-vio ¿no? – solto una risa, el sabía jugar mejor.

–¡No lo amas!

–¡Ni tu a ella!

–¡Yo podría tratarte mejor de lo que el lo hace!

𝑪𝒂𝒓𝒚𝒍: 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘯 𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘮𝘰𝘰𝘯Where stories live. Discover now