65. mine and yours

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La noche era más fría que de costumbre pero a Carol le fascinaba, ella amaba el crudo frío seguramente porque era la única temperatura que se le asemejar

Observo de reojo al hombre a su lado, tal vez a menos de un metro, su cara solo tenía la gran interrogante tatuada en la frente —No voy a hablar de lo que sucedió — sentenció severamente en un murmuró para que nadie más que el le escuchará

—Okay...— susurró él, Peletier sabía de sobra que el la leía como a un boceto, sin embargo había cosas que el nunca debería saber, a menos que..

—Daryl...— dijo tremula en el momento exacto casi olfateo a Daryl cambiar de humor por completo, estaba alerta ante su temor

Maldito instinto protector

El cazador seguía atento a su alrededor dispuesto a saltar antes de ser atacado, aún así lo oculto y débilmente respondió: — Eh...—

—Daryl hay algo en la oscuridad. — seguía fingiendo estar tan asustada, regresando en el tiempo a cuando estaban en la granja, estaba segura que el también, Dixon estaba de pie cerca de los árboles dándole la oportunidad a la mujer de cabello corto de efectuar su plan

—  No hay nada mujer...— el dio media vuelta y una sonrisa sarnosa apareció en la boca de Carol —  ¿Estas seguro? — finalmente el estaba viéndola, petrificado por el terror

—Ca-carol ¿que, que te ocurrió? — sus potentes ojos estaban clavados en ella, Peletier se sentía tan mal por hacerle esto... No. Lo quería para ella y esa era la única opción

Se acerco a él lentamente, dándole una oportunidad de correr o disparar lo que fuera primero una parte de ella se arrepentía profundamente, la otra quería enterrar sus colmillos en su cuello y hacerlo eternamente de su propiedad 
¡Huye! Maldición. ¡Huye Daryl! — Rogaba y rogaba mentalmente pero no funcionaría el seguía ahí sin mover un músculo

Seductoramente atrapo su cuello entre sus brazos y jugo con él, pidiéndole sin palabras que se entregará a ella y como lo esperaba, accedió sin llorar cuando sus dientes se encajaron en la unión de su cuello y hombro. Después de dos minutos el hombre se desmayó se reanimó en menos de un minuto  con una poderosa exhalación sediento de sangre

El frío cada vez era más penetrante, el viento soplaba con todo su eugue rugiendo y arrasando las ramas de los árboles más débiles

Peletier se rasgo la piel obviamente su nueva herida comenzó a llorar sangre, sangre que serviría para alimentar al Daryl Dixon que en ese momento renacía

—Es tan difícil contarte amor mío pero al menos ahora será nuestro secreto — los ojos ahora rojos de Daryl la veían con adoración, con más que de costumbre — Pero ahora, eres mío y yo seré tuya...

Después de que la insaciable sed de Daryl se agotó el busco desesperadamente sus labios obligando a Carol a saborear su propio líquido carmín.

—Todo va estar bien mi reina — murmuro Dixon varonilmente sin interrumpir su beso y Carol sonrió en ese momento con ambas bocas goteando sangre.

—Tu eres mía y yo soy tuyo... Para siempre.

—Para siempre Pookie.

       

𝑪𝒂𝒓𝒚𝒍: 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘯 𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘮𝘰𝘰𝘯Where stories live. Discover now