Rise

5.- Enamorado de ti.

Narra Becca

Me estiré en mi cama y bajé la escalera rascando mi espalda. Me serví un vaso de jugo y me lo tomé prendiendo la televisión del living, me senté ahí viendo las noticias de la hora de almuerzo.

-¿A qué hora vas a salir?- me preguntó mi mamá mientras cocinaba.

-A las 4 de la tarde- respondí antes de dar un sorbo.

-¿Te ha ayudado?

-Sí- y esa fue toda la conversación, me puse de pie dejando el vaso en el lavaplatos y me fui a bañar.

Me bañé rápidamente y fui a mi pieza a vestirme. Me puse unos shorts de mezclilla oscuros y una polera blanca grande, la metí dentro del short y mis legendarias converse negras. Dejé mi pelo mojado y bajé a almorzar. Comimos todos en silencio, las cosas siempre fueron incómodas en mi familia, pero no lo notaba porque estaba casi siempre drogada, pero ahora es prácticamente insoportable.

Subí a hacer hora dibujando en mi croquera alguna cosa que se me viniera a la mente.

A veces me ponía a pensar en cómo fue que mi familia se comenzó a separar, antes lo pasábamos súper bien juntos, éramos unidos... pero de un momento a otro todos nos distanciamos, incluso yo y la Danae.

Aunque suene raro, antes las dos éramos súper unidas.

Sentí que tocaron mi puerta y entra el Benja con una cara de desagrado y cansancio.

-La Dani y los papás están discutiendo- me informó y yo golpee la cama para que se sentara conmigo- ¿Qué haci?

-Dibujo- le pasé la croquera y miró el dibujo atento- no es el mejor, pero le pongo cariño.

Puse el pelo tras mi oreja e hice una mueca.

-Está la raja, no sé dónde sacaste tanto talento- reconoció y me pasó la croquera.

-Tengo una duda, quizás no lo recuerdo, pero ¿En qué momento las cosas entre nosotros se comenzó a ir a la mierda?- le pregunté y él miró hacia la ventana.

-No sé, pero fue antes que comenzaras a caer en las drogas, era chico, pero recuerdo que comenzó cuando la Danae se cambió de colegio. Después tu comenzaste a salir y weas, yo quedé solo y dejé embarazada a una weona, son cosas acumuladas, la soledad principalmente.

-¿Cómo está tu hija?- le pregunté y él alzó los hombros- ¿no la has ido a ver?

-No- soltó una risa nerviosa y yo lo miré seria.

-No lo encuentro gracioso, es tú hija, tienes que ir a verla- lo reté y él alzó los hombros.

-Si sé, pero me cuesta creer que soy papá.

-A mí también me cuesta creerlo- le reconocí y agarré su mano- pero debes asumirlo negrito, es tuya, salió de tus coquitos.

Escuché un plato romperse abajo y puse los ojos en blanco. Tomé mi mochila y eché algunas cosas importantes para ir al psiquiatra.

-¿Quieres venir conmigo?- le propuse al Benja.

-Voy a ir a ver a la Sofi, tampoco aguanto estar más aquí.

Él se fue y fui al baño del segundo piso a lavarme los dientes y peinarme, mi pelo seguía húmedo, pero se veía ordenado.

(...)

-Pensé que me costaría más tiempo integrarme a "la sociedad"- hice comillas mientras sobaba mis rodillas- pero resulta que no fue tan terrible.

-¿Qué pensabas que pasaría?