Alianzas 3.

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Capitulo 6, parte 3. 


Montañas Rocosas, Colorado.

Carecía de sentido continuar una lucha de la que no saldrían victoriosos, Logan, asesinando a cuanto ser vivo se le pusiera por delante quería parar, encontrase con el muchacho de cabellos plateados y arrodillarse en busca de su perdón, aun no recordaba mucho pero si algo tenía claro era la calidez que la mirada marrón del menor le transmitió antes de perder la inocencia en sus manos, mirada que en sus difusas memorias se encontraba repetidas ocasiones. Echó un vistazo a sus compinches que tampoco se dejaban derrotar en tal masacre, donde tres contra cientos parecía una batalla justa.

Wade rompía cráneos con más fuerza de la acostumbrada, seguían y seguían llegando refuerzos a sabiendas de que ofrecían su vida en la causa. Estaba seguro de que algo, o alguien, los estaba enviando contra su voluntad, manipulando sus mentes y tirándolos como carne de cañón para rematar con algo más dificultoso luego, lástima que el mercenario no tuviera tiempo para regalarles un buen espectáculo. Necesitaba estar con Peter y decirle la bomba de palabras empalagosas que le endulzaban la lengua.

Ambos mutantes juntos eran invencibles, inmortales y sanguinarios, maquinas de matanza hechas por las manos que manejaban todo el recinto y de cuya cabeza estaban seguros, había salido la idea de usar sangre mutante para ganar la guerra como excusa para financiar su propio ejército de superhombres.

Y ninguno de los dos lo permitiría, pero continuar con esa pelea les gastaba el tiempo y la paciencia que no tenían.

-que tal...-Wade le pisó la rodilla a un hombre en el suelo, fracturándole la rotula- si nos largamos.

Raven asintió en medio de una llave de defensa, Logan solo guardó las garras y se encaminaron a la salida con los últimos rayos de sol alumbrándolos, las puertas abiertas dejaban que el color anaranjado invadiera todo, haciendo brillar la sangre fresca en la cerámica bicolor.

Una puerta secreta se abrió cerca de la entrada y Jean Grey miró marcharse a sus antiguos aliados de la escuela sin cambiar de creencia, merecían ser aniquilados por el bien mayor.

-volverán- una figura masculina salió de las sombras del escondite, se acercó a la pelirroja con falsa empatía-los jóvenes serán presa fácil pero Xavier querrá hacerte cambiar de opinión y tendrás que acabar con él, ¿podrás hacerlo?

-sí, coronel Stryker.

Westchester, Nueva York.

El día se transformaba en noche, devolviendo algo de tranquilidad a los habitantes de la escuela de jóvenes dotados, todos agrupados en el primer piso por la destrucción en el segundo.

Peter Parker había despertado gracias a los antibióticos que le administraron y por supuesto, a la comida que Maximoff le entregó a escondidas. El castaño miraba su muñón, ya limpio y con vendaje nuevo, teniendo la estúpida ilusión de que podría regenerarse como había visto a Wade lograrlo varias veces, pero no, su mano no volvería a crecer y a balancearse entre los rincones de Manhattan.

Se animó a quitarse la sucia bata y ponerse la ropa que le habían prestado pero no era capaz de levantar el brazo mutilado sin proferir aullidos dolorosos... miró alrededor en busca de alguien que le ayudase, topándose de frente con el velocista.

-¿necesitas una mano? Olvida el chiste, que mal gusto-Spiderman se esforzó en separar las palabras del contrario para entender la frase, le gustaban las personas con sentido del humor, el mismo era bastante ácido con las bromas así que no se enfadó.

Guerra Mundial X #X-MEN AWARDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora