Capítulo XXVIII

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Gabriela acababa de servir el desayuno a Emily en la mesa de madera del jardín cuando Christian llegó proveniente de la casa. El día era soleado, pero todavía no hacía demasiado calor. A pesar de ello, él únicamente llevaba un pantalón de pijama fino y el pecho descubierto. Emily, que masticaba un trozo de tortita con sirope de caramelo, descubrió a Gabriela contemplando de soslayo al joven.

— ¿Tortitas y Bacón, señorito Christian?

Emily imitó mentalmente con una voz chillona a la sirvienta: "¿Tortitas y bacón, señorito Christian?".

— Gabriela, te he dicho miles de veces que me llames Christian, solo Christian —le encantaba que le contemplaran y, además, se había despertado de buen humor así que lucía una amplia sonrisa—. Soy un chico de Barrio, no me gustan ese tipo de formalidades.

La sirvienta, con las manos entrelazadas detrás de su espalda, realizó una pequeña reverencia.

— Muy bien, Christian —y se retiró a la cocina en busca de su pedido, no sin antes volver a mirar de manera picarona al joven.

— Es muy mona —bebió un poco de zumo de piña.

— ¿Eh? —se hizo el loco—. ¿Cómo dices?

— Me has escuchado perfectamente... —enarcó las cejas—. Gabriela es muy mona...

El chico dirigió la vista hacia la casa, justo por donde hacía unos segundos acababa de marcharse la doncella.

— Un poco mayor para mí ¿No crees?

— Tiene veintitrés, y no parece que a ella le suponga un impedimento la edad. No te quita la vista de encima.

— Bueno, es que es difícil resistirse a mis encantos —se señaló con ambas manos a los abdominales a la vez que los apretaba de forma chulesca.

Ella negó con la cabeza alegremente y dibujó una sonrisa bobalicona, le encantaba cuando hacía el tonto.

— Anda, ten cuidado no te hagas daño—le avisó ella.

El chico alargó la mano y le robó una uva del plato y se la introdujo en la boca.

— Además, ya sabes que ahora solo tengo ojos para una chica, y no es Gabriela...

Ella se revolvió en el asiento. ¿Qué era lo que le impedía lanzarse en ese mismo momento a sus brazos? No lo sabía, pero algo dentro de ella le avisaba de que no era buena idea.

El chico se percató de que su comentario había surtido su efecto y debió esforzarse para contener una sonrisa de satisfacción y algo imbécil que le pedía paso.

Gabriela llegó con la bandeja repleta de alimentos para Christian: Bacón, tortitas con sirope, zumo, un melocotón y uvas. Una vez servido, volvió a dejarlos a solas.

— Cambiemos de tema, he descubierto algo, Chris.

— ¡Yo también! —detuvo en un gesto de sorpresa el tenedor con bacon a medio camino del plato a la boca—. Tú primero.

Extrajo un papel arrugado del bolsillo de su pantalón de pijama y se lo mostró a Chris, que mientras tragaba lo sostuvo con sus manos y leyó: "Evento madres e hijas en contra de la ablación del clítoris en África".

— Muy interesante —sonó irónico—. ¿Qué tiene que ver esto con nosotros?

— Lee más abajo; ¿Para qué iglesia son las donaciones de ese evento?

Christian obedeció y encontró la información en una pequeña letra blanca.

— ¡La del padre Eichmann! —su emoción se desinfló, seguía sin entender lo interesante de aquel panfleto—. ¿Quieres hacer el favor de explicarte? No tenemos todo el día...

— Está bien... La organizadora de ese evento es mi tía, que colabora con la parroquia del padre Eichmann —ejecutó con las manos un gesto esperando su reacción, pero al ver que no terminaba de captar nada continuó hablando—. Puede ser que el padre Eichmann realmente no tuviera nada que ver con nosotros y con lo de nuestros regalos y que fuera Bárbara la responsable, ya que tiene acceso a las cuentas de la iglesia.

— No sé yo...

— Me he informado. El nombre de mi tía está presente en todas y cada una de las campañas benéficas de esa iglesia. Alguna relación tiene que tener... —su voz sonaba entusiasta ante la pista—. Puede que mi tío tampoco tenga nada que ver y solo sea el vínculo de unión entre Barbara y Eichmann

— Tu tío tiene algo que ver, de eso estoy seguro. —a pesar de la convicción que se apreciaban en la muchacha, él continuaba sin apostar por lo que le contaba, sobre todo porque tenía en mente otra posibilidad...

— ¿Por qué?

— Eso es lo que te quería comentar... —desvió un momento la mirada hacia la piscina, mientras ella se impacientaba—. La pasada noche escuché una conversación muy extraña entre tu padre y Robert...y...

— ¿y...? —acució.

— Steven estaba preocupado porque no quería que tú nunca te enteraras de algo que hizo en el pasado y de lo que se arrepiente...

— ¿Mi padre? —dejó escuchar unas carcajadas de incredulidad—. Mi padre no tiene nada que ver con esto...

— Te aseguro que era muy sospechoso.

— ¡Que no! —gritó—. Me niego a creer eso, mi padre es el único en el que confío de mi familia.

— Pues yo creo que tu tía no es sospechosa.

— Barbara es hermana de mi madre y si comparte su sangre, créeme, es sospechosa.

Hubo un silencio incómodo en el que lo único que se percibió fue el sonido de sus bocas al masticar el desayuno y el sonido de los aspersores de fondo. La chica intentó retomar la conversación.

— Está bien, hay que investigar las dos vías. Mañana es la fiesta benéfica y le voy a pedir a mi tía si le puedo acompañar. Es por la tarde, Robert estará en el trabajo y Maggie y Tyler en la escuela —ojeó su alrededor para comprobar que nadie los escuchaba—. Solo tendrás al servicio en casa, será buen momento para que investigues en el despacho de mi tío a ver si encuentras algo, mientras yo indago en el evento. ¿Te parece bien?

Christian afirmó vehementemente con una firme sacudida de cabeza. Tras esos días de problemas familiares, por fin tenían pistas que seguir. Ambos sintieron que estaban más cerca de saber la verdad, aunque cada uno seguía manteniendo que la pista que había descubierto cada uno era la certera.

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¡Empezamos la cuarta parte! Sé que ha sido un capítulo más corto comparado con los últimos, pero era necesario que fuera así, porque asienta las bases de las pistas que van a seguir los protagonistas a partir de ahora.

Antes de despedirme hasta el miércoles, os pido disculpas porque estos últimos días he estado de viaje y no he podido responder a vuestros mensajes (y me encanta darles toda la atención que merecen), casi temía no poder actualizar hoy, pero al final lo he conseguido ;). En cuanto pueda me pondré al día con vuestros comentarios, mientras tanto podéis darme más trabajo y dejarme mensajes en este jajajaja ;).

¡Hasta el miércoles gente!

Emily Foster y los cinco vérticesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora