Capítulo XV

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Habían apartado todos los muebles del salón pegándolos a las paredes, dejando despejada toda la estancia. En medio de la sala, Emily estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas en una posición budista y mantenía los ojos cerrados mientras Christian daba vueltas a su alrededor.

- Si esta vez te sale bien, damos por terminado el entrenamiento. Una vez más, relájate, respira profundamente y deja tu mente en blanco- Christian hablaba entre susurros creando un entorno tranquilizador-. Dime, ¿qué estoy pensando ahora?

Emily aún estaba en la fase de olvidarse de sí misma. Sin ver nada, debió concentrarse para localizar a Christian, que daba vueltas con unas pisadas bastante sonoras, lo que suponía una ayuda para situarle. Poco a poco, le visualizó y empezó a percibir sus pensamientos.

- Tienes hambre, en eso piensas- soltó una pequeña risa sin llegar a perder la concentración.

- Sí, eso es ¿Lo has escuchado en mi mente o en mi estómago? – él también soltó unas carcajadas, pero recuperó la seriedad inmediatamente-. Muy bien. Ahora olvídate de mí, vuelve a ser tú y solo tú. Solo te importan tus pensamientos. ¿Logras no escuchar mi cabeza?

Durante esa semana habían hecho esos ejercicios constantemente, pero esa fue la primera vez que Emily lograba tener tanto control como para no percibir ninguna mente más que la suya. No pudo evitar sentirse orgullosa de sí misma y pensó en la tranquilidad que le daba el estar sentada en el asiento del piloto, por fin se sentía completamente libre de sus poderes y sin necesidad de recurrir a pastillas ni música a todo volumen.

- Sí. Solo escucho mis pensamientos. Ninguno más.

- Muy bien, una vez más. ¿En qué pienso?

Le dio un poco de pereza tener que repetir el entrenamiento, pero, al mismo tiempo, si lograba el mismo resultado que acababa de obtener, no le importaría volver a sentirse igual de satisfecha. Así que tomó aliento, se relajó y dejó la mente en blanco. Esta vez adentrarse en la mente de Christian le costó un poco más. Fue como una bofetada, pero ella intentó no despistarse y mantener la concentración.

- Albóndigas. Te apetecen albóndigas con tomate. – a Emily también le entró hambre de pensar en ese plato-. ¡Casi puedo olerlas!

- Vale, vamos a dejarlo aquí... – Christian paró en seco y dejó de dar vueltas como un planeta alrededor de Emily.

- Ahora estas en un columpio. Eres pequeño. Estás contento. Alguien te está dando impulso por la espalda, pero no logro ver quién. – La chica tenía una expresión de felicidad.

- Emily, déjalo ¡Ahora! -empezó a alterarse.

- Espera, ahora estás en tu habitación. Pareces algo mayor que antes. Escuchas unos golpes fuera y unos gritos – la chica entristeció la expresión- ¿Qué está pasando?

- ¡Mierda! Emily, ¡basta ya! – Se abalanzó sobre ella tumbándola en el suelo.

Cuando estaban uno encima del otro, él se puso de pie rápidamente y se dispuso a salir del salón mientras ella se reincorporaba sin levantarse del suelo.

- ¿Qué ha pasado? - Christian le daba la espalda.

- Te estaba diciendo que pararas...

- Lo siento, no te escuchaba. No podía dejarlo, estaba demasiado metida en tu mente...

- No lo suficiente como para ver que estabas llegando a un punto que no me gustaba- el chico se dio la vuelta para mirar a Emily. - ¡Qué sea la última vez que te metes en recovecos de mi cabeza! Si te digo que pares, paras. No voy a permitir que me robes mis recuerdos.

Emily Foster y los cinco vérticesNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ