Capítulo 15

890 43 4
                                    

CAPÍTULO     15

Estábamos en mi casa, en pocas horas amanecería, Blade dormía plácidamente a mi lado, yo no lo conseguía, no paraba de atormentarme la conversación con Christian, lo espeluznante que había sido, su impertinencia y cómo yo había perdido todo tipo de control y había evocado fuego en su presencia. La verdad era que me había sentido liberada, natural - me dí la vuelta en la cama para quedar de costado con la mirada fija en la pared - mi esencia sobrehumana estaba impregnando todo mi ser a una velocidad desmesurada. Unas semanas antes esto me habría parecido inconcebible, pero notaba como estaba cambiando. Por una parte mejor que sea ahora, en el final, que no en un principio, a saber lo que habría hecho, el peligro que podría haber causado a segundas personas. Pero por otra parte, a lo mejor si hubiera empezado a sentir esto antes podría haber sido todo mejor, me habría sentido a gusto, segura … -Un suave gruñido de Blade me despertó de mis ensoñaciones, ya era hora de que se levantara o le pillaría el sol .

-Blade.

-Gr… ¿si?

-Christian me pidió que le dejara ayudarnos, tiene muchos contactos en ambos mundos.

-¿Y qué le dijiste? -La verdad era que no se muy bien cómo acabó el asunto. Blade se incorporó en la cama, se apoyó sobre un codo, yo me dí la vuelta para observarle con precaución.

-Que si, que nos informe de lo que se entere, pero no pienso hablarle de nuestros ataques.

-¿Ataques?

- Si, bueno, de cuando nos acercamos a sospechosos, como nuestra asistencia al baile de Edward, solo nos faltaba que un humano quisiera venir con nosotros. -En realidad era porque algo me decía que Christian intentaría impedir que me arriesgara, supongo que para que no resulte gente herida cuando pierda los papeles, como me pasó con él en el callejón. Blade se iba despejando poco a poco, me dí cuenta de que ahora tenía un aire mucho más adulto, seguía con aspecto de joven atractivo, pero algo más “madurito“. Se frotó las sienes mientras reflexionaba, era uno de sus nuevos caracteres, estaba cambiando, como yo. Tenía su pelo color bronce despeinado, dándole un aspecto angelical.

- Shira, yo no me quiero meter entre vosotros, lo sabes, así que si hay algún problema, sabes que puedes contármelo, entiendo nuestra relación, sé que eres libre, al igual que si yo quisiera también podría estar con otras, solo que no quiero estar con otras, pero si tú quieres lo respeto, tenemos una relación no comprometida. -Sabía que en algún momento pasaría algo así, inspiré aire e intenté ordenar mis ideas antes de contestar.

- Entre Christian y yo no hay nada, si, en su momento nos sentimos atraídos, pero a él no le gusta lo que soy, y me lo dejó bien claro…

-Oh, Shira, lo siento. -Se acercó a mí tiernamente y me abrazó, posó su boca en el hueco de mi cuello y me acarició suavemente la cabeza. Yo apoyé las palmas de mis manos en su pecho y me dejé envolver por su aroma, lo inspiré profundamente y lo guarde en los recovecos de mi alma para no olvidarlo jamás, por si algún día necesitaba recordarlo detalladamente, un momento perfecto.

-Sabes lo que soy, ¿verdad?

-Si.

Ya había acabado el instituto, así que por las mañanas me iba al lago, leía e incluso me había comprado instrumentos de pintura para aprender arte, llevaba el caballete al lago e intentaba plasmarlo en el lienzo en blanco, pero en vez de los robustos y altos abetos de alrededor acababa pintando raquíticos arbustos que nada tenían que ver. Llevaba por lo menos una decena de lienzos, todos ellos desechados. Quedaba una semana para el baile, aunque no quería admitirlo estaba entusiasmada por asistir, ver a Edward era un inconveniente, pero el baile temático me recordaba viejos aires, me hacía volver a otra época totalmente distinta.

Incandescente PUBLICADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora