11.

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El reloj marcaba las 20 p.m (8 de la noche) del día. YooRam no había ido a casa aún, debió ser YeWol quien se encargó de la cena ycuidar a sus tres hijas mientras la señora Oh ayudó a Lin luego del repentino desmayo de LuHan en la sala.Habían sido intensos minutos calmando la crisis que no alcanzó a desarrollarse en SeHun cuando escuchó el grito delamento de Lin proveniente de la sala. Había sido probablemente una de las peores en la historia de SeHun  a pesarque no llegó a mayores, pero YooRam oyó claramente la voz que creyó haber olvidado de su hijo repitiéndose ensusurros que todo había sido su culpa. 


Un nudo repleto de tristeza se acumuló en su garganta evitando que saliera cualquier palabra, su niño había habladodespués de tanto tiempo y solo para culparse de algo que él no hizo. Había sido MeiLing quien la ayudó a llevar a SeHun al cuarto de sí misma donde YooRam le cantó como solía hacerlo en Gimhae para calmarlo por las noches. Elpequeño no había demorado en dormirse en los brazos de su madre. 


Sin embargo, por mucho que quiso acomodarse junto a él y rodearlo con sus brazos optó por dar las respectivasdisculpas que creía debía dar. Caminando en dirección a la habitación con la puerta abierta del pasillo y la luzsaliendo en dirección al pasillo vio –cuando ya se encontró bajo el marco– a Lin acariciando el rostro de un LuHan dormido, pero que gracias a Dios respiraba normalmente. 


MeiLing observaba desde un rincón con sus facciones serias, pero sus ojos eran lo bastante expresivos para mostrarel dolor y la preocupación hacia su hermano. YooRam golpeó suavemente la madera, llamando la atención de ambas mujeres. 


—Lamento mucho lo que sucedió, perdón. —Habló con la voz temblorosa, en su cabeza aún se reproducía la voz de SeHun culpándose por algo que sabía no era culpa de su hijo. — Yo no esperaba este resultado de lo que queríamoscon nuestros hijos —Observó fijamente a Lin— La idea era que se ayudarán, pero creo que empeoró 


La castaña mirada de la mujer bajó hacia el suelo, no sabía cómo dar la cara a Lin después de lo que habíasucedido. Ni siquiera sabía si había sido por SeHun, pero no podía evitarlo. Un par de silenciosas lágrimas lastimerasrecorrieron sus mejillas, pero se sorprendió cuando oyó una risita de tono divertido. 


—¿De qué hablas, YooRam? —Nuevamente rió, siendo la nombrada quien alzaba la mirada incrédula. Quienrápidamente secó sus lágrimas. — ¡Debería agradecerte! — 


—¿Perdón? —¿Qué clase de mujer estaría feliz de que su hijo sufriera una crisis? Se preguntó.—¡Sí! — Lin ni siquiera era capaz de calmar su risa al ver a quien tomó el té con ella aquella tarde. — Las jaquecas de LuHan se producen cada vez que recuerda algo. No creí que se desmayaría, seguramente SeHun lo hizo recordar algoimportante y bueno, ya sabes el resultado. —


 YooRam tenía sus labios entre abiertos por la sorpresa, pero ¡Qué sorpresa! Ahora era ella quien reía por la situación,eliminando cada mala vibra de su cuerpo por el estado del menor que aún dormía junto a su madre. 


— Debería agradecerle a SeHun por esto. Bueno, no es que me guste ver a mi hijo así, pero desde que tu hijo aparecióen la vida de mi bebé él no ha dejado de recordar, Yoo. —Fue un duro golpe con una gran mezcla de emociones.Felicidad por lo que su hijo lograba en el castaño, pero una profunda tristeza al recordar el dolor de su pequeño por losucedido minutos atrás. 

Every Minute [HunHan]Where stories live. Discover now