01.

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Para su madre él era especial, diferente..., único. Algo que el resto del mundo jamás lograría comprender, tampoco importaba si él estaba por cumplir los dieciséis, jamás dejaría de ser el bebé de su pequeña familia.

Su hermana mayor cada mañana le daba los buenos días y le revolvía el cabello juguetonamente, y como era costumbre entre ambos muchachos, ella antes de partir a la preparatoria le daba aquellos dulces de manzana, los favoritos de LuHan . Los mismos dulces que ambos solían compartir desde que tenían memoria, al menos por parte de MeiLing.

Su madre bajo el marco de la puerta de la cocina negaba con su cabeza sin quitar la sonrisa de sus labios

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Su madre bajo el marco de la puerta de la cocina negaba con su cabeza sin quitar la sonrisa de sus labios. Ellos jamás cambiarían y sin embargo, nunca podría dejar de emocionarse con la alegría que irradiaba su pequeño al recibir tales dulces después de que su hija mayor partiera a la escuela.

LuHan  valía oro, pero nadie lo notaba. Ni siquiera quien creía que fue el amor de su vida..., quien le dio la vida a LuHan, él simplemente decidió marcharse. No podía soportar tener un hijo como lo era LuHan.

Aquél quince de agosto él simplemente tomó sus pertenencias luego de haber obtenido los resultados del diagnóstico de LuHan y sin más...                                                                                               Desapareció.

Sin dejar rastro.

— ¿Mami? —Oyó en un susurro bastante dulce para provenir de tan gruesa voz. Y simplemente amplió una sonrisa, quitando todo mal recuerdo proveniente de quien fue su esposo.

— ¿Sí, amor? —Él ladeó su rostro a un costado, su rostro demasiado angelical ante aquellos gestos. Elevó su dedo índice en dirección al rostro de Lin , la cual rápidamente llevó sus palmas hacia sus mejillas, notando la humedad que le embargaba. Ni siquiera notó que estaba llorando. — Oh, bebé no es nada.—Rápidamente quitó cada rastro de lágrimas con las mangas de su suéter, queriendo parecer como si nunca hubiera sucedido.

Y sin ningún esfuerzo lo logró.

— ¡Oh, mami! ¡Mira lo que MeiXin  me regaló! —Había extendido sus manos hacia su madre, pudiendo de aquél modo que notase la cantidad de dulces en sus manos. Sus ojos brillaban de felicidad.

— MeiLing, amor. Se llama MeiLing, es tu hermana, ¿lo recuerdas? —Y allí iba de nuevo. Él lo había olvidado. Algo bastante común, algo con lo que Lin había aprendido a vivir. Su bebé tenía memoria selectiva y era un milagro que él la recordase a ella.

Él sabía que aquella mujer de castaños cabellos y grandes ojos cafes era su madre, jamás lo olvidaba. Podían pasar años y él jamás la olvidaría, mientras que con MeiLing solía olvidar su nombre, algunas veces olvidando que era su hermana, pero también sabía que cada mañana aquella muchacha de brillante sonrisa y graciosa actitud lo recibiría dándole los buenos días, bromeando y jugando con él hasta marcharse. Para posteriormente volver a jugar con su pequeño hermano, el mismo que la esperaba ansiosamente en la puerta de su casa a la misma hora.

Every Minute [HunHan]Where stories live. Discover now