05.

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Una semana en que las terapias fueron en aumento, tanto con MiNah como con BaekHyun.

MiNah no lograba más allá de que SeHun respondiera según el juego de ambos o de algunos asentimientos, los cuales resultaban ser vagos movimientos. Nada excesivo.

Por otro lado, con las terapias físicas con BaekHyun era diferente, de vez en cuando SeHun reía silenciosamente, temiendo de ser oído por otros que no fueran BaekHyun o ChanYeol "el gracioso colega" que tenía el pelirosa.

SeHun fuera de las terapias se quedaba en nada

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SeHun fuera de las terapias se quedaba en nada. No era extraño que él no fuese a reclamar su figura de acción, pero desde que LuHan se había quedado con ella no pudo evitar pasar por alto que el chico de cabello castaño y lechosa piel jugaba cada día con Linterna Verde.

Era imposible no ver a LuHan con aquella figura de acción, simplemente parecía indispensable en su vida desde que la obtuvo.

Una semana antes.

Aquél jueves en que sucedió su último acercamiento, LuHan llegó con un sentimiento diferente junto a su madre, la extrañeza.

Su saludo a Lin no se basó en lanzarse a sus brazos y hablar de lo que estuviese en su cabeza, sino del porqué Lin le había "comprado" una figura de Linterna Verde.

— A mí me gusta más Superman o Iron Man... pero... —Sus avellanados ojos se desviaron hacia la figura sobre su mano, analizándola por cada rincón. Trataba de recordar el porqué de la existencia de aquél súper héroe de juguete, pero no halló más respuesta que un intenso dolor de cabeza.

Sus ojos se cerraron fuertemente soltando a su vez la figura, la cual cayó sin reparo alguno al suelo. Sus manos tomaron con fuerza su cabeza, desordenando sus ya rebeldes cabellos.

— ¡LuHan! —Lin se inclinó hacia su altura, pero tan rápido como ella quiso tocarle el grito de su hijo fue suficiente para alejarla. El grito de agonía por el menor heló la piel de la mujer quien aún no sabía cómo reaccionar, nunca lo había visto así.

— Me duele... —Susurró con el dolor aun extendiéndose por su cabeza. La sentía palpitar. - ¡Me duele, mami, me duele! — Sus piernas temblaban, flaqueando irremediablemente hasta caer sobre el suelo de la sala de estar de la casa de los Xi.

LuHan buscaba donde sostenerse, pero desde sus ojos solo podía ver como su mundo temblaba sin tener algún tipo de explicación. Lin había corrido hasta el teléfono móvil sobre la mesa de centro marcando a quien había tratado a LuHan desde hace siete años.

— Estarás bien, amor, te lo prometo. —Las lágrimas de ambos acompañaban el momento, pero cada una con diferentes razones. LuHan sollozaba de dolor en el suelo, mientras Lin sentía su pecho oprimido por el pánico de lo que sea que le esté ocurriendo a su bebé.

Every Minute [HunHan]Där berättelser lever. Upptäck nu