-Hmm... ¿Qué tal hoy? Yo voy a quedarme y podrías...

-Sí, claro. Le diré a Adeline que cuide de Amelia mientras tanto. Quiero que siga descansando. –Asentí y ambos salimos de la habitación para ir a hablar con Adeline.

Martha y Scott, quienes habían llegado casi a la par de Zachary, la acompañarían a mi casa para que pudieran descansar allí.

-¿Estás segura de que no quieres que me quede? –Preguntó Key una vez que habíamos vuelto a la habitación.

-Sí, ellos necesitan pasar un poco de tiempo juntos... –Murmuré para que Noah no nos oyera.

-Está bien. Mañana vendré con Adeline y te traeré algo de ropa.

-Gracias. –Sin esperarlo, dejó un corto beso en mis labios antes de dirigirse a mi hijo. –Ya me voy, enano. Nos vemos mañana en nuestra noche de chicos, ¿sí?

-¡Vale, papá! –Key se acercó a él para darle un abrazo bajo la atenta mirada de Zachary.

-Que descanses bien.

-Igualmente. –Respondió él niño sonriéndole con algo más de color en las mejillas.

Key volvió a despedirse de mí y con un asentimiento de cabeza hacia Zach, salió de la habitación dejándonos a los tres a solas y en silencio.

-Yo... Voy a al baño un momento... –Murmuré caminando hacia el cuarto de baño.

Quería darles un poco de tiempo a solas sin que lo supieran. Estaba segura que a Zach no le había hecho nada de gracia ver como Noah trataba y llamaba a Key como si fuera su padre ante sus narices, y aunque el niño lo hacía sin malicia alguna, Key lo había hecho adrede.

-Y... ¿Te sientes mejor ya? ¿Te duele algo?

-No, no me duele nada.

-Mejor así, Noah...

-¿Por qué estáis Amelia y tú aquí?

-Pues... Vinimos a acompañar a Adeline. ¿No te parece bien que hayamos venido?

-Sí, Amelia me cae muy bien... –Murmuró haciendo que saliera del baño, pero quedándome aún junto a este para que siguieran hablando sin llamar su atención. –Y me parece muy guapa...

-¿Ah, sí? –Se me escapó sin poder evitar mirar a Zach.

-Sí, pero como ahora es mi hermana de sangre, solo puedo mirarla como una hermana de sangre, ¿verdad, mamá?

-Claro, cariño.

Pasamos toda la tarde charlando. Noah y Zach tenían muchas más cosas en común de lo que creía y me alegraba de que fuera así. Ambos se sentían muy cómodos en la presencia del otro y eso estaba muy bien. Hasta aquí no había ningún problema, aparentemente Zach estaba a gusto y había llevado muy bien su reciente paternidad.

El problema estaba cuando tuviéramos que sentarnos a hablar seriamente sobre este tema. Comprendería que se enfadara conmigo respecto a ello. Un secreto así no tenía justificación y había sido consciente de ello. Nunca debí de ser tan egoísta y ocultarle los primeros diez años de vida de nuestro hijo...

Charlamos un poco más hasta que una enfermera interrumpió en la habitación para traerle la cena a mi hijo.

-Esto no me gusta, mami... –Murmuró Noah en cuanto había probado la comida que le había traído una enfermera para la hora de la cena.

Dime Que Me Quieres {#2DLQS}Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ